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Mostrando entradas de 2017

2017 tenemos que hablar

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Cuando una relación se aproxima a su final, uno de los dos involucrados se arma  de valor y lanza esta frase lapidaria, "tenemos que hablar". Bueno, ya que el final irremediablemente se acerca, es momento de conversar. Si, (des) estimado 2017, tú y yo tenemos que hablar. Estimado 2017: Quiero ser lo más sincera que se me permita en estas líneas, porque estos 365 días que has traído de la mano me han dejado un montón de preguntas y disconformidades. La primera es, me puedes explicar qué te he hecho yo para que me trates tan mal ¿Alguna vez te puse mala cara?, ¿te puse cabe y me reí a carcajadas cuando caíste?, ¿te tire barro con ventilador?, ¿te quité al novio? Soy honesta al decirte que tengo la conciencia bien limpia, y tú no tienes un motivo fehaciente para darme con palo. Y no te hagas el loco, que sabes perfectamente a que me refiero. Por si sufres de amnesia selectiva, te recuerdo que te recibí con el mejor de los ánimos, deposité todas mis esperanzas en ti,

¿Dónde está mi espíritu?

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Estas fiestas navideñas, así como todo este año que gracias a Dios ya se está acabando, me están resultando atípicas. No he llenado mi agenda con desayunos, almuerzos y lonches navideños; ni con días de compras que empiezan cuando abren las tiendas y terminan hasta comprobar de que tengo regalos para todos, incluyéndome. En ese escenario es normal que mi espíritu navideño ande desaparecido, por eso, con esa última chispita mariposa que se resiste a morir y que evita que me convierta en un Grinch, me animé a buscarlo. Como mi casa se convierte en casi casi el hogar de Papá Noel - sede Pueblo Libre cada diciembre, decidí empezar aquí mi búsqueda. Aunque terminé trepada en la ventana de la sala, enredada entre guirnaldas y luces y corrigiendo todo lo que no me convencía del árbol y el nacimiento, no me sentí tan navideña que digamos. Yo siempre me he proclamado como la encargada de logística en el asunto de la decoración navideña, y este año mi participación ha sido casi nula. De

Lo que quiero

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Cuando nació en mi cabeza loca la idea de escribir un blog, pensé basarme en la bitácora personal de la mujer a quien considero mi mentora, Alicia Bisso, y titularlo "Yo también busco novio". Por motivos que conocen quienes siguen este pequeño espacio desde sus inicios, el nombre cambió, pero no el norte. Qué es lo que quiero en ese novio que, espero con fe inquebrantable, llegue algún día. Quiero paciencia. Porque soy arrebatada, y a veces media taba. También tengo actitudes de calabacita. Leo revistas de moda, me se varios tips de belleza, conozco lo que dicta la moda en cada temporada, me encanta Sex & the city, la serie y las películas, y sueño con pasear por New York y comprar unos zapatos que tranquilamente pudieron ser usados por Sarah Jessica Parker. A veces mi rostro se apaga y me quedo callada de buenas a primeras, por favor, respeta eso, así soy. Quiero que respetes mi espacio, ya que andamos en esa onda. Hay cosas que me gustan hacer a solas, por

No, pero si

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Hay situaciones que no nos afectan, o no nos deberían afectar mucho, sin embargo si nos vulneran, nos entristecen o nos alegran. Después de todo, vivimos en una sociedad, y lo que pasa a nuestro alrededor nos impacta de una u otra manera. Hoy, 8 de diciembre, hay tres acontecimientos que no me deberían mover un pelo, pero si lo hacen. El fútbol y yo no somos muy amigos que digamos, aunque a raíz de la clasificación de Perú al Mundial, como que ya le tengo algo más que respeto. A pesar de ello, Paolo Guerrero no es santo de mi devoción, me cae mal y me parece un exceso eso de haberle hecho una película. Eso no quiere decir que celebre lo del antidopping, y mucho menos que esté contenta con la decisión de la FIFA de suspenderlo un año sin jugar y, de pasadita, dejarlo fuera del Mundial Rusia 2018  La noticia nos ha congelado a todos, y la pregunta se cae de madura ¿y ahora, qué va a pasar en el Mundial? Igual vamos a ir, igual vamos a jugar, igual vamos a alentar, igual los

Game over

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Justo antes de que alguien baje el switch y sufras un apagón emocional, hay un momento doloroso. Ese instante en el que descubres en que ese hombre que te gusta, y un montón, no corresponde más a tus nobles sentimientos. No eres la única que ha pasado por esto. Recopilando información, estos son algunos escenarios en los que el globo de la ilusión se reventó en nuestra respingada nariz y la ilusión, los sueños y el juego se terminó. No es amor, es ilusión y eso lo sabes. A pesar de ello, te resultó imposible no engancharte, por eso siempre estabas al pendiente de lo que le pasaba, de lo que contaba y no, de que tal había resultado su día. Era usual que le enviaras un sms, un saludo por el whatsapp, una señal de humo cada semana mínimo, todo menos una llamada, porque tan mandada no eres. Su respuesta no demoraba en llegar y eso te alegraba de sobre manera. Te esmerabas en leer entre líneas, y si tu análisis semiótico no fallaba, lo más probable es que tú también le gustabas

No tiene sentido

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Cuando el tiempo sobra, o queremos abstraernos de la realidad, o simplemente pasa algo que nos remite a una circunstancia o persona, empezamos a darle vueltas a una idea que imaginábamos, ya había pasado. Nos planteamos situaciones que rozan lo ridículo, lo imposible, lo insensato, y terminamos por concluir que ya no tiene sentido. No tiene sentido recordar esos días en que una llamada tuya quebraba la inercia, el equilibrio, el orden que trataba de poner en mi vida. Te lo he dicho cientos de veces, ese quiebre me gustaba un montón, porque tú me gustabas un montón, no tienes idea de cuánto, y honestamente no sé por qué. O de repente si lo sé, me gustaba tu sentido del humor, tus arranques tiernos, tus comentarios subliminales, coquetos y zalameros, todo eso fue lo que mató al galán que jamás me ha importado tener al lado. Confesarlo corazón en mano, o quedarme callada y decir en voz alta no tengo idea de por qué me fijé en él, ya no tiene sentido, porque eres parte del pas

All together now, again

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En agosto del 2016, miles de mujeres y hombres del país tomaron las calles, diciendo tocan a una, nos tocan a todas, ni una menos. Fue una marcha histórica. La gente sabía que solo unidos y alzando la voz podíamos hacerle frente a ese problema, o por lo menos, hacer que las autoridades entiendan que los feminicidos, violaciones y abusos domésticos no son normales y deben tomar cartas en el asunto, y de manera urgente. Las cosas no han cambiado del todo, por eso este 25 de noviembre hay una nueva marcha. Todos juntos ahora, de nuevo. Ha pasado más de un año y miles de mujeres siguen siendo asesinadas, violadas, acosadas, golpeadas y hasta quemadas. Y mientras tanto, la impresentable y pelafustana presidenta de la Comisión de Mujer y Familia del Congreso, se araña por su pseudo líder y se llena los bolsillos.¿Atiende el problema? No, porque no le interesa, esa lucha por erradicar la violencia contra las mujeres no le significa más plata, entonces la inútil esta no piensa mov

Se hizo historia... y victoria

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Sin roche y a viva voz he contado de que el fútbol y yo no somos amigos. Las malas experiencias y los sinsabores me hicieron dudar de la capacidad de la actual selección. También dudé de Gareca, de la FPF en pleno y hasta de la FIFA. Me convertí en la Grinch del fútbol y pinchaba globos a diestra y siniestra cada vez que la selección se enfrentaba a otra eliminatoria. Me molesté cuando medio mundo se pudo a celebrar cuando Perú le ganó a Ecuador y se colocó en el cuarto lugar. Pero, así y todo, el miércoles me senté frente al televisor, canté el himno nacional, grité los goles y, después de que el árbitro tocó el pitazo final, aplaudí y dije, así te quería ver Perú... se hizo victoria nuestra gratitud. Tal como lo confesé líneas arriba, me molesté cuando Perú le ganó a Ecuador, nos colocamos en cuarto lugar y todos se pusieron a celebrar como si ya hubiésemos clasificado, cuando teníamos en frente a Argentina y Colombia, dos países para los que ya es materia común ir al mund

Apariciones

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Ella no creía ni en las apariciones, ni en las casas embrujadas, ni en los espíritus chocarreros. Escuchaba con poca atención las historias de las almas en pena. Debe ser que a mi nunca me ha pasado, por eso soy escéptica se justificaba. Sin embargo ella tenía sus propios fantasmas, que justo en el momento menos pensado aparecieron, uno tras otro, en fila india, y no había ni armarios, ni espacios bajo la cama en donde esconderse.  Un correo electrónico marcó la reaparición del primer fantasma. Uno que ella perdió y enterró para olvidarse de su existencia. Seguía respirando, y ella podía terminar de despertarlo y sumergirse de nuevo en un jueguito que la verdad, la verdad le aburría y le había dejado de gustar hace mucho, o desaparecer sin dejar rastro. Ella solía hablar de sus fantasmas sin tanto problema, pero de este jamás dijo nada, porque le avergonzaba, le recordaba un pasado del que prefería desentenderse, es su secreto mejor guardado. Por eso mismo eliminó el corre

Date cuenta

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Digan lo que digan, la víctima de una agresión de cualquier tipo no es culpable. Por lo menos la primera vez no, si esta persona se queda callada y acepta seguir recibiendo golpes en lugar de besos, ya es otro cantar. ¿Cómo saber que este caballero que tenemos al lado no es un asesino en potencia? Hay algunas alertas que debemos tomar en cuenta. Un hombre que agrede a una mujer o a una persona más frágil que él es un maricón y merece pudrirse en la cárcel y después de muerto quemarse en el quinto infierno, no hay vuelta que darle a eso. Sin embargo, sucede que en un primer momento ese mal nacido que osó tocarnos, no era malo. O mejor dicho, no parecía malo, por el contrario nos pareció inteligente, simpático, hasta tierno, y de pronto las cosas cambiaron. No sabemos si de la noche a la mañana, o fue un cambio paulatino e imperceptible, o siempre fue así y la máscara se la cayó en una. Sea como fuere el cambio fue para mal. La pregunta es ¿cómo saber si él, que parece tan