Game over

Justo antes de que alguien baje el switch y sufras un apagón emocional, hay un momento doloroso. Ese instante en el que descubres en que ese hombre que te gusta, y un montón, no corresponde más a tus nobles sentimientos. No eres la única que ha pasado por esto. Recopilando información, estos son algunos escenarios en los que el globo de la ilusión se reventó en nuestra respingada nariz y la ilusión, los sueños y el juego se terminó.




No es amor, es ilusión y eso lo sabes. A pesar de ello, te resultó imposible no engancharte, por eso siempre estabas al pendiente de lo que le pasaba, de lo que contaba y no, de que tal había resultado su día. Era usual que le enviaras un sms, un saludo por el whatsapp, una señal de humo cada semana mínimo, todo menos una llamada, porque tan mandada no eres. Su respuesta no demoraba en llegar y eso te alegraba de sobre manera. Te esmerabas en leer entre líneas, y si tu análisis semiótico no fallaba, lo más probable es que tú también le gustabas, pero el chico este aún no se da cuenta. Cuestión de tiempo, pensabas.

Hasta que llega el día en que no te contesta más. Tú, siempre optimista, piensas que está ocupado. A lo mejor los estudios, el trabajo, problemas familiares, su perrito se enfermó, su casa se inundó, o de repente le robaron el celular, en fin, repasas y hasta inventas excusas, porque él no dejaría de responderte solo porque si. Pasan varias semanas sin saber nada de él, y de pronto una noticia te asalta, lo han visto paseando de la mano con una chica. Te armas de valor y le envías un último mensaje invitándolo a tomar un café, un helado, o un té verde, y él se excusa respondiendo que evita salir con sus amigas porque su enamorada es muy celosa. Si, su enamorada, cuya existencia desconocías, lo tiene pisado. El juego terminó.

Misma situación. Tienen más comunicación virtual que en vivo y en directo porque sus horarios son diferentes, y sus distritos también. Sin embargo, sus charlas por whatsapp o skype son extensas, pueden hablar horas de horas, saltando de un tema al otro sin aburrirse, te sientes bien y parece que él también. Pasado un tiempo llega ese día en que le saludas y te contesta con monosílabos, si es que te responde.El cambio es tan extraño como radical. Tratas de que eso ni te vaya, ni te venga, porque total, tú sabes que es solo una ilusión juguetona.

Cierto día, el facebook te sugiere agregar a un grupo de personas a tu lista de amigos, entre ellos está él, quien te dijo que la red no le despertaba mayor interés. Entras para mironear, a lo mejor hay alguna novedad sobre su vida, y de pronto encuentras una foto en donde está abrazando a una chica que no es ni su mamá, ni su prima, ni su hermana. Revisas la fecha, es de hace 2 meses, más o menos el tiempo en que perdió contacto contigo. Sacas a la stalkear que llevas dentro y concluyes que él coqueteaba contigo y con otra chica a la vez, la misma de la foto. No necesitas saber más. El juego terminó.



Ese chico que te quita el sueño y tú han coincidido en una reunión y están conversando de lo más amenos. Sus comentarios son graciosos, tu risa es espontánea, no se han despegado en toda la noche, y tú estás casi, casi segura que en las próximas horas habrá una declaratoria de amor, un beso, o algo que te indique que él pasará de tu ilusión a algo más. Estás tan entusiasmada que te olvidas de el "pero", esa palabrita tan incómoda que espera el momento más inesperado para hacer su triunfal aparición.

A la mitad de la noche, cuando las cosas estaban en lo mejor, aparece una chica que en adelante llamaremos "la huachafita con la que él salía hasta hace 3 meses atrás". Tú la habías visto alguna vez, tú sabías que habían terminado, tú le restaste importancia a su presencia. Lastimosamente él se olvidó del motivo de la ruptura y en cuanto "la huachafita con la que él salía hasta hace 3 meses atrás" cruzó el umbral de la puerta, se robó su atención, esa misma que te pertenecía. Él se acerca a ella, se apartan del grupo, conversan y de pronto los divisas entre la multitud dándose un beso similar al de una telenovela de bajo presupuesto y al poco rato se van de la mano. Tú te quedas tirando cintura, fría, muda, molesta. La huachafita pasó de ser la ex a la que se lo llevó. El juego terminó.

Guiada por el precepto que indica que polos opuestos se atraen, has empezado a salir con un chico que nada que ver contigo. Es exactamente contrario a ti. Tu eres optimista y piensas que él puede equilibrar tu vida y viceversa. Entonces, en pro de que esta relación, que mas parece no - relación, fluya, palabrita que no te gusta, pero dadas las circunstancias aceptas, empiezas a "pulir" esos aspectos que a él no le cuadran. Te vas olvidando de ser tan almibarada, de mostrar demasiado entusiasmo cuando algo te pone, de tener detalles, o de repente tenerlos, sabiendo y aceptando que no vas a recibir absolutamente nada a cambio, a lo mucho un gracias si él está de humor.

Te das cuenta que es mucho esfuerzo para tan poco premio, entonces decides volver a ser quien eres e ignorar esos comentarios que él hace y a ti no te causan gracias. Justo cuando empiezas a tratarlo con la punta del pie, él empieza a buscarte con insistencia, a intentar algún piropo, a decirte todas esas cosas que le gustan de ti. Certificas que a los hombres les gusta el maltrato y  le das entrada. Hasta que él con riquísima frescura, te empieza a hablar de sus otras amigas, con las que sale también. Montas en cólera y piensas que hasta acá llegó todo. A él no le importa como te sientes, y tú piensas, vete a jugar con tus amiguitas, a mi ya no me provoca. El juego terminó.


Sea cual fuere la circunstancia, entender que el juego, léase coqueteo, entendimiento, saliditas, o cualquier similar se acabó no es fácil. Revientan el globo, si, y también esa nube en la que flotas por ilusión - landia, cayendo a un cuarto oscuro y siniestro, y eso se refleja en tu cara, tu mirada se apaga, el tono de tu voz cambia, sientes un inexplicable frío interior y abres la mano a regañadientes, mientras asimilas que se acabó eso que tanto te entretenía, que se cierra esa puerta que le habías abierto a la persona que ahora no le interesa entrar, que tienes que olvidarte de él.

Antes de que te des cuenta, otra ilusión aparece en tu vida, esta vez entras a ella con zapatos de plomo, sabiendo que es lo que puede pasar y estando preparada a todo. Empiezas a ir con cuidado, porque sabes que si corres es muy probable que te resbales y que te duela caerte, ya sabes que una no sufre por las puras y que antes de entrar a ilusión - landia es bueno aprender las instrucciones de evacuación en caso de emergencia, y estar alerta para que esta vez el game over no te agarre desprevenida.

Canción para aceptar que el juego terminó... Al inicio vamos a extrañar ese mini alboroto que se armaba en nuestro interior cuando el chico este, que nos traía ilusionadas, aparecía en escena. Después de superarlo, nos dará hasta risa lo emocionadas que andábamos, estúpidamente eufóricas. Eso pasa cuando acaba la fiesta




Esta canción es recontra pre histórica, pero me gusta un montón e inspira en algo el título de este post. A ellos no se les acabó ningún juego, por el contrario, convencidos de que hay cariño por explotar le dicen a esa persona que el sueño no ha terminado


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