Atrapados en la red

Si no todos, la mayoría alguna vez hemos visitado una sala de chat y nos hemos tropezado con todo tipo de gente. Pero el mundo virtual es totalmente frágil y ficticio. El estar tras una pantalla nos da la capacidad de inventarnos, recrearnos, mostrar nuestro mejor ángulo y finalizar una conversación con una pregunta que en mis primeros acercamiento al mundo chat era obligatoria: ¿tienes un e-mail?


Creo que la película protagonizada por Meg Ryan y Tom Hanks, a pesar de no ser de culto, ni ser la más taquillera de todos los tiempos, ni tratar de una pareja que se conoce en el mundo virtual (ya que eran vecinos, aunque no lo sabían) nos vendió la idea de que las relaciones on line existen, de que el cuento de hadas en la era digital es posible, de  que el www.yvivieronfelicesporsiempre.com. se puede dar.

Yo, romántica como pocas creo que si. Deben haber varias parejitas por ahí que se conocieron una mañana, tarde o noche cualquiera en una sala de conversación, que tomaron un café, cada uno desde su escritorio, se fueron conociendo, se encontraron cara a cara y al verificar de que esa conexión iba más allá del click, nació el amor.

Si, yo se que esto que cuento parece salido de una novela de poco presupuesto, que no siempre funciona así, porque como lo dije, la pantalla nos permite acomodar, retocar o alterar la realidad. Pero al menos alguna amistad legítima debe haber surgido por ahí y no digan que no, porque yo tengo dos ejemplos que dan fe de ello. Lo viví para contárselos y darles la contra (terca como soy).



Al publicista del que les hablé hace mucho tiempo y se que vive (o vivía por acá) lo conocí en una incursión en el chat con el exclusivo interés de matar las horas hasta mi siguiente clase en mis años universitarios. Recuerdo que fue en setiembre del 2000, que como lo conté en el post que le dediqué, me sentía una grandaza porque él me llevaba ocho años y yo, recontra superada le dije que la diferencia de edad no me molestaba. Aunque en verdad siempre imaginaba que ese sería nuestro talón de Aquiles, porque en algún momento se haría notoria Jamás fue así.

Él nunca fue mi enamorada, sin embargo hubo mucho cariño, muchas bromas de a dos, muchas risas compartidas y algunas lágrimas también. El publicista siempre me prestó sus oídos abiertos, su respetuoso silencio, sus palabras de aliento, sus ojos mirando los míos. Esta amistad honesta, lúdica, sincera y divertida nació en una sala de chat.

Lo mismo ocurrió con el Ingeniero limeño que ahora vive en Madrid (bueno, la verdad es que por la crisis se mudó y ahora está en París).  No recuerdo con exactitud cuando nos conocimos, pero si se que fue en mis épocas de auxiliar de oficina en Ogrilandia. Al conocernos todo fluyo de manera natural. A pesar de que lo veía radical y en algunos temas éramos polos opuestos, congeniamos y hasta la fecha, si lo encuentro en el skype hablamos por horas. 

Entonces mi experiencia me señala que no todo es tan falso en el ciberespacio. Sin embargo, creo que estos dos casos son la excepción a la regla, las agujas en el pajar.


Hay otro chico con el que la amistad solo fue el inicio de una historia almibarada y extensa. Si, yo me enamoré de un chico que conocí por Internet. Y él se enamoró de mi. Dimos el salto de la web a la realidad, y aunque fue medio caótico, aun recuerdo con cariño sus llamadas, las canciones que hicimos nuestras, los extensos correos que intercambiábamos, nuestras salidas. O sea, fue bonito mientras duró (es decir, justo antes de que le dedicara: voy a levantar bandera blanca, no es para rendirme, es para que te vayas, arranca - oye vete). Pero ese es un tema aparte.

Por más romántica que sea no me voy a hacer la loca y negar la realidad. Los periódicos, noticieros, programas políticos y hasta novelas o series dan cuenta de que lo que sobran en las redes son pedófilos a la caza de alguna adolescente enamoradiza e incauta. Y también sujetillos que buscan chicas con el fin de llevarlas a la cama. Hay quienes dentro de todo son honestos (y con esto no quiero decir de que sean unos santos) y de frente te dicen lo que quieren, la decisión de darles cuerda y aceptar está en cada quien. 

Otros tantos, disfrazan el objetivo, lo camuflan y lo disimulan demasiado bien, pero en algún momento sus verdaderas intenciones salen a la luz. Repito que la decisión final está en cada quien. Va más allá de decir si o no, es finalmente tener el encuentro face to face o eliminarlo de tus contactos, es decir realizar el acto de desaparición sin dejar huella.



No voy a satanizar las salas de conversación, pero tampoco pintarlas como la tierra prometida. Si quieres dar click ten claro que vas a encontrar absolutamente de todo. Patas que solo piensan en una cosa (que no es encontrar el amor de su vida, ni invitarte a jugar monopolio, ni hablar de política porque les pareces muy inteligente y critica), patas que buscan amistad, otros que buscan enamorada para olvidar su último mal paso o porque ya están hartos de pasar solos los fines de semana.

Encontrar al hombre que tanto buscabas es poco probable. Que ni te vuelvan a hablar al darse cuenta de que no eres tan modelo de portada, eso si se puede dar. También que un chico lindo se convierta de la noche a la mañana en una pesadilla andante, repito es surtido como botica.

Y ustedes, ¿tienen alguna historia que empezó con un click?

Canción para el chat... Esta canción estaba muy de moda cuando todo el mundo entró a la onda web. Tam Tam Go no pudo ser más coyuntural pidiendo un e - mail y prometiendo abrir su buzón


La historia con mi ciber chico, que pasó a ser mi enamorado en la vida real (y fue la primera relación seria e importante que tuve) tuvo una banda sonora no apta para diabéticos, todas las baladas que sonaron en ese entonces fueron dedicadas. Confieso que cursi como soy (y más aún a mis 19) le dije alguna vez que él era mi tormento de amor








  


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