Carta abierta a Cupido

¿Es extraño que a esta romántica por naturaleza no le mueva ni un pelo el Día de San Valentín?, ¿en verdad lo siento o le tengo algo de resentimiento a la fecha por mi situación de forever alone?, ¿o de repente eso mismo ha hecho que me olvide cómo celebrar al famoso santito?, ¿es pura pose o le he agarrado cólera al 14 de febrero?, ¿muérete Cupido, o hazte una y ahí si te festejo?


A ver Cupido, sentémonos a conversar. Yo se que hace mucho no te festejo, hace tiempo no posteo baladas de ayer, hoy y siempre en el facebook en tu día, es más ni si quiera te menciono, mucho menos escribo extensos discursos hablando del amor, la amistad y demás. He sido tan, pero tan ingrata e indiferente contigo que un año dije que eso del día de la amistad, lo inventó un forever alone, como yo, que se quería sumar al festejo de los enamorados, y ya en el colmo de mi malcriadez he dicho que yo saludo y felicito a mis pacientes amigos el primer sábado de julio con sus Pilsen más, tradición que año a año va en declive, debo confesar.

Piensa un poquito y se honesto conmigo y contigo mismo. Después de lo mal que me has tratado en los últimos años, ¿tienes derecho a reclamarme? No seas conchán pues compadrito. Me has flechado con puro perdedor, anti romántico, jugadorazo y patas que se proclamaban como el ya no ya, la honestidad andante, y eran más cuenteros que Alan García, es más parecían sus pupilos por la excelente labia que se manejaban. Se consciente Cupido, tengo razones de sobra para tenerte en mi lista negra, junto con mis archienemigos, pegadito nomás a la ConChacon, a Imbecerril y a la persona a la que se le ocurrió dictar como regla que solo se come pescado en Semana Santa.

De repente, soy un fenómeno, un caso de estudio científico, piensas que tengo algo de más o de menos en mi composición genética, soy media doble cara, soy todo un misterio sin resolver para ti, porque yo asumo, acepto y me proclamo como una romántica empedernida, pero justo faltando unos días para celebrar San Valentín mi chip romántico se apaga, le agarro cólera a los coloridos corazones que decoran las tiendas, pastelerías, parques públicos y demás, me causan urticaria las baladas y el color rosado, fucsia, rojo y todos sus similares, y le encuentro mil peros al hecho de regalar flores, peluches y bombones. 


¿Picona, yo? Bueno, ya que te estoy pidiendo sinceridad, debo ser recíproca. Estoy recontra picona, porque cuando a mi me llevaban a celebrar el dichoso día de los enamorados, me quedaba embobada con la decoración de las calles, restaurantes y demás. Me producía para la ocasión, escuchaba baladas todo el santo día y no le encontraba ningún reparo a las rosas, globos de gas helio, chocolates o cualquier otro presente que aterrizaba a mis manos. Y si, me emocionaba celebrar el día del amor con mi amor, ese mismo título que hace rato nadie ostenta.

Y si es así, es porque yo misma te he pedido, estimado Cupido, que no me fleches con chicos que nada que ver, es más hasta te he enviado un borrador del prospecto, las cualidades de la persona que me podría despertar cierto interés, y soy inflexible en algunos puntos, por lo que no me vas a hacer cambiar de opinión por más que insistas poner en mi camino a la antítesis de la persona con la que pensaría en celebrarte. Pensaría, no te aseguro nada. 

¿Por qué? te preguntarás. Porque creo que no se necesita de una fecha especial para decirle a una persona cuanto lo quieres, porque sorprende y conmueve más que se lo digas, por ejemplo un 28 de setiembre, antes que un 14 de febrero, fecha en que lo harán la mayoría de mortales. Después de todo, en una relación deben establecerse y negociar las reglas de los dos. En lo particular, no me importaría tanto que se pase por alto el día de los enamorados, pero arde Troya si el hombre que valientemente decida caminar a mi lado se olvide de nuestro aniversario o de mi cumpleaños. Si pues, mi vena romántica muere en febrero, pero renace de entre las cenizas un día después.


Lleguemos a un acuerdo pues Cupidito. Deja de poner patanes en mi camino y lanzarme flechas compulsivamente y yo, en un gesto bondadoso, compartiré algún artículo, video o imagen alusiva a la fecha que no incluirá pistolas, objetos corto punzantes o actos de violencia hacia tu persona, siempre y cuando no me irrites porque si empiezo a leer meloserías demasiado cursis en las redes sociales, mi sentimiento de repulsión se va a elevar a la N potencia. Toma en cuenta que yo soy melcocha, por lo que tolero el dulce, pero nunca en exceso, o sea no te pido imposibles.

Hagamos un esfuerzo por llevar la fiesta en paz, yo no hago hígado, y tú no te publicites como el salvador del mundo, porque no lo eres, no me lo has demostrado, y yo año a año me vuelvo un poco más escéptica.

Canción para que pase desapercibido el 14 de febrero... Esta canción se vuelve mi himno por estas fechas, porque así como yo, Joaquín Sabina no quiere 14 de febrero, ni cumpleaños feliz, aunque en esto diferimos. La fecha no importa, lo que vale es pasarla con esa persona querida, contigo



Pedirle a Cupido una persona sensata, honesta y que calce medianamente bien en lo que yo he decretado como mi prospecto no creo que sea tarea tan difícil. Si los hombres han llegado hasta la luna, no creo que sea tan difícil enamorarme






   

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