Las cosas buenas
Hace muchos años vi una lacrimógena película llamada las cosas buenas. La moraleja se resumía en el título del film, a pesar de todo lo malo que podemos encontrar en el camino, lo que debemos recordar, valorar y preservar son las cosas buenas. Creo que esto se puede aplicar al caótico 2016 que, por suerte, ya está terminando.
Este año lo empecé con optimismo, con las cosas en orden e imaginando que el tiempo si me iba a alcanzar, porque total es año bisiesto y 24 horas más nos van a ser de mucha utilidad. Ese entusiasmo hizo que me olvidara que el 2015 dejaba el territorio movido, incierto, desordenado, y en ese escenario tocaba reconstruir. Y no hablo de una situación personal, hablo del mundo en general, un año electoral que fue por más convulsionado, y cambios políticos, que solo fue un saludo a la bandera, pues los mismos congresistas volvieron a sus mismas curules y nos siguen demostrando lo sinvergüenzas que son y, de paso, que miles de peruanos son ignorantes, pues esa es la única explicación que encuentro para que una sarta de criminales tengan mayoría en el Congreso. Si, los fujimoristas me causan repulsión, asco, ira. Por este motivo, he decidido mantenerme alejada de los noticieros, por lo menos hasta que termine el año, y así proteger mi hígado.
Volviendo al tema central de este post, creo que a pesar de lo terrible que ha sido este año, porque realmente ha sido muy malo, se deben rescatar las cosas buenas y agradecer por ellas, así sean nuestros aciertos, desaciertos o designios divinos. Desde mi punto de vista y desde lo que me tocó vivir, esto fue lo mejor del 2016.
- Conciertos. Al terminar el 2015 prometí ir a cuanto concierto me provoque y utilizar mi poder de persuasión para proveerme de compañía, y si bien no fui a todos los conciertos que se me antojaron por un tema de presupuesto que realmente fue ajeno a mi voluntad, me cumplí el capricho varias veces. Solo menciono tres: el de Alejandro Sanz en abril, el del genial Andrés Calamaro en octubre, y el de mi Gianmarco a inicios de diciembre, el cual me dejó conmovida, sin voz y con ganas de volver a escucharlo en vivo. Y hay otro que fue muy especial, y por eso mismo merece un renglón aparte.
- TK regresó y dice que se queda. Diez años después de despedirse por medio de un comunicado de prensa y dejar a sus fieles seguidores con un mal sabor de boca, TK regresó para ese concierto de despedida que debían y fue una noche, como dice una de sus canciones, cargada de emociones. Más allá de recordar todo lo que provocaban sus canciones, esa fue una noche de reconciliación, de sanación y de canje. La disolución de TK fue tan repentina que no me permitió quedarme con un recuerdo tan perfecto, después de todo fue una banda con la que me pegué mucho. Por suerte el 12 de mayo del 2016, faltando una semana exacta para mi cumpleaños, eso cambió, y ahora tengo en la mente la imagen de 5 chicos que hacían música de la buena y que tienen un par de discos que quiero escuchar hasta el día en que me muera.
- Estamos completas. Debo reconocer que este 2016 me puse feminista a la enésima potencia, y es que ver que la tasa de mujeres maltratadas y asesinadas crece día a día no puede barrerse bajo la alfombra y mantenernos inmutables. No era la única que pensaba eso, por eso se organizó la marcha #NiUnaMenos, a imagen y semejanza de otros países, obvio proclamé si tocan a una, nos tocan a todas, y salí a las calles. Fue un evento asombroso. El día de la marcha todos los diarios y noticieros hablaban de eso, al día siguiente no se habló de otra cosa. Miles de personas paralizaron Lima y le reclamaron al Gobierno, y sobre todo al Poder Judicial medidas ejemplares para esos maricones que disfrazan con violencia su falta de sesos. La violencia no se acaba con una marcha, pero al menos ahora se denuncia, ese es el punto de inicio para erradicarla.
- Presidente de lujo. Así como me puse casi casi feminazi, le hice propaganda gratuita a PPK y no me arrepiento. De todos, me parecía el mejor candidato y la única opción sensata en segunda vuelta. A pesar de su falta de carácter, imagen que quiero borrar, pero no lo pude hacer de un plumazo, de sus medidas medias inciertas, y un Congreso que está esperando cualquier paso en falso para traerlo abajo, yo le tengo fe a PPK, y aunque he anunciado tregua hasta fin de año, presiento que hasta el 2021 mi hígado va a sufrir, y no voy a entender como tantos fujimoristas corruptos pueden cpnvertir el Congreso en un circo. Chacón, Salgado, Becerril y toda su mancha a mi no me inspiran respeto, a mi me inspiran asco.
- Piura pone. Volviendo al plano personal, este año cumplí lo prometido y me fui de viaje aprovechando el fin de semana patrio largo y una semanita de vacaciones. Me fui a buscar el sol a Piura y la pasé genial. Los primera mitad de mi viaje Karina me acompañó, y nos maravillamos juntas de la historia y algunos lugares que de esconden en el norte. Luego tocó irme sola a Máncora y descubrir que el momento perfecto existe, sin querer queriendo este viaje me regaló el sunset más increíble que haya visto, y que se me quedará en la cabeza por siempre, o eso espero.
El año 2017 será lo que tenga que ser. Por lo pronto tenemos la certeza de que es valiente, porque para animarse a venir, estando las cosas como están, podemos deducir que es un año guerrero. En enero empieza el año del Gallo, mi año, por lo que espero que vengan cambios positivos y radicales. Sigo buscando cosas nuevas y buenas, con un norte renovado.
Los invito a que ustedes también repasen lo bueno que deja este año, que lo traigan al 2017 y que empecemos todos juntos a trabajar por la cristalización de nuestros sueños, y por dejar una huella que sume a este mundo en el que nos toca vivir. Respiremos fuerte, levantemos la cabeza, reunamos fuerzas y vamos por todo y con todo a vivir de la mejor manera que encontremos este 2017. ¡Feliz Año! Nos reencontarmos en el 2017
Canción para decirle adiós al 2016... Uno de los mejores momentos de este 2016 llegó en octubre, con el festival Ciudad Rock. Si bien yo quería ver a Andrés Calamaro, una banda me sorprendió en el camino y me fascinó, tanto que rescato su canción como una de mis favoritas de este 2016, con el plus de haber sido escuchada en vivo. Con sus más y sus menos, cada año tiene un toque de magia
Este año me di el gusto de ver por lo menos unas tres veces a Mar de Copas, y descubrí una nueva canción de su último disco que me vacila mucho. Así pasa de vez en cuando, para ser más exactos, cada siete tardes de sol, como las que nos trae este verano
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