No puedo esperar

Hay eventos que están por venir y nos causan emoción, o mucha ansiedad, esa que nos hace engordar porque necesitamos comer algo, lo que sea cada media hora. En esos momentos ponemos a prueba nuestra paciencia, nuestra sensatez, nuestra moderación, pero se hace imposible que por nuestra cabeza no pase la idea de que el tiempo corra, porque no podemos esperar.



- Estas en tu oficina repasando las noticias. Lees los titulares de una y otra agencia y periódicos locales buscando sin buscar, sólo para estar enterada de lo que pasa a tu alrededor, porque te has dado cuenta que cuando la gente habla de la coyuntura, tú estás mas perdida que Marco buscando a su mamá. Y de pronto encuentras una noticia que te cambia la cara, esa banda que tanto te pone viene a Lima. Faltan ocho meses, pero está confirmado que viene. Tú no puedes mas de la emoción.

Primero, lo primero, encontrar un alma caritativa que te quiera llevar, pero como tus amigos no son dignos de confianza y tú no te vas a perder ese concierto por nada en el mundo, averiguas cuánto cuestan las entradas y cuándo empiezan a venderlas. Haces sumas y restas, rompes tu chanchito, que está medio flaco, pero de algo ayudará y compras tu entrada. La pones a la vista, para que en los  momentos más difíciles de los próximos meses recuerdes que tienes una razón por la cual seguir. Según se acerca la fecha, la emoción se apodera de ti, todos los días escuchas a la banda en mención, averiguas que canciones irán de todas maneras, y si hay un álbum nuevo lo consigues y te aprendes toditas las letras. Estás entusiasmada, vibrante, es evidente, no puedes esperar.

- Llegó esa época que todos los que alguna vez pasamos por la universidad enfrentamos sin energía y ánimo, los exámenes finales. Lo que falta es tiempo, sobre todo si hay algún trabajito grupal a media caña y con fecha caducada, sin embargo confías que tu carita de gato con botas doblegará la voluntad de tu profesor, ese mismo que te cayó tan bien a inicios de ciclo, y ahora no puedes ni escuchar su nombre porque te provoca urticaria. Es difícil, pero sabes bien que después de los exámenes y tras la bomba digna del fin del mundo, vienen las vacaciones. Justo lo que necesitas, un descanso.

Entonces, después de estudiar para ese último examen, el final de los finales, sientes que los minutos pasan lento, y eso te desespera, porque tu lema es al mal paso darle prisa, y simplemente quieres estar frente al examen, destrozarlo, por las buenas o por las malas y ya, olvidarte del asunto, porque realmente la ansiedad te está haciendo añicos. No sabes si hacer macumba, la danza de la lluvia, crear una máquina que acelere el tiempo o qué. Sólo quieres rendir la evaluación y largarte. Estás estresado, un poco malhumorado, acelerado, pero el reloj no comprende que no puedes esperar.

   
- No sabes qué pasa, pero has conocido a un chico diferente a los demás. Es divertido, inteligente, franco, atinado, caballeroso. Conversan mucho y percibes la química, lo que es mejor, parece que él también. Las citas se dan una tras otra y como nunca, tú evitas alucinar, quieres que las cosas caigan por su propio peso y todo resulte de forma natural. Te mantienes en control, calmadita nomas, ya reconoces los errores, y horrores, que has cometido en el pasado y no los vas a repetir, aunque cueste. 

La cosa se pone seria, aún no se han besado, y tú tratas de no pensar en eso para no crear expectativas, sin embargo las salidas siguen dándose, y si pues, es evidente que hay algo entre los dos, y no está solo en tu cabeza, la química, física y demás ciencias están en el aire. Entonces tu recuerdas una frase de película, y de la mejor de todas, Cuando Harry conoció a Sally.  "Cuando te das cuenta que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, quieres que el resto de tu vida empiece lo antes posible". Si, aunque no te proyectas, quieres descubrir todo un mundo de la mano de este chico que no sale de tu mente. Estás ilusionada, estás pisando con cuidado, estás dispuesta a arriesgarte, y aunque faltan unas horas para la próxima cita, no puedes esperar.

- Las locas ilusiones de una buena amiga tuya la sacaron de este país de las maravillas llamado Perú hace varios años ya. A pesar de la distancia, el contacto jamás se perdió, motivo por el cual viven agradecidas con el creador del skype, fb twitter, instagram, y por supuesto, whatsapp.  Sin embargo, se extrañan, porque aunque la tecnología les permite conversar y hasta chupar juntas, no pueden ir de cacería un sábado por la noche juntas, o irse de fin de semana a la playa, o pasarse los kleenex cuando un hijo de su madre sin que sepa su padre les hace añicos el corazón.

Por eso, el anuncio de su llegada a Lima te pone en el límite justo entre la sensibilidad extrema y la ansiedad angustiante. Faltan dos meses, pero tu ya empezaste a hacer planes, y en ese ir y venir recuerdas las cosas que hicieron juntas y las que prometieron hacer, pero nunca lo concretaron, Reconoces las diferencias, ya no eres la misma chica loca que despidió a su amiga en el aeropuerto entre mocos y babas. Eso te pone más sensible y duplica tus ganas de abrazarla fuerte, lo que harás en el momento en que la veas. Estás que no puedes más por la alegría, estás impaciente mirando el calendario, y el reloj para restar las horas también, estás pensando que la amistad esta intacta a pesar de los años y la distancia, y por eso, no puedes esperar.



¿Me ha pasado? Por supuesto que si. Esperé con expectativa desmedida el concierto de Maroon 5; recé porque el tiempo corriera para dar mi examen de técnicas de grupo, que fue el último de mi carrera; planeé por semanas una salida con un chico que me entusiasmaba y practiqué frente al espejo como decirle para volver a salir sin sonar lanzada; y claro, resté días y horas cuando mi Institución anunció su regreso a Lima, habían pasado seis meses, pero nos extrañábamos como si hubiésemos estado alejadas por décadas.

Dicen que el tiempo no existe, pero está ahí, el tic tac del reloj nos lo recuerda y se hace más lento cuando no podemos esperar más. Tan, pero tan lento que la paciencia nos falta, que las expectativas de un primer momento se hacen difusas. que sólo suspiramos y esperamos que la vida siga su curso, y nosotros con ella, pero con una fecha marcada en el calendario, Una fecha por la que no podemos esperar.

Canción para esperar, aunque no se pueda.... Esta canción es la que le da el título al post. Alguna vez me la dedicaron y se quedó por siempre en mi cabeza y en mi top de nacionales, medias caletas favoritas. El Capi Arbulú y los chicos de Cementerio Club, en algún momento tampoco pudieron esperar  




A veces el tiempo coopera y corra sin que nos demos cuenta. Hace dos meses TK anunció que volvía por única vez y para siempre a La Noche, para ese concierto de despedida que quedó pendiente hace 10 años. Sin querer llegamos a la fecha, yo tengo mi entrada en la mano, una sonrisa enorme en mi cara y no puedo esperar a que entonen esta canción, y sentir la nostalgia alegre y la energía vibrante de Abril


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