¿Vale la pena celebrar?

Por razones más que evidentes (para mayor información entender post anterior) este año no tengo ni una pizca de intención, si quiera, de celebrar a Don Cupido, sus flechas, corazones y demás. Este año me rehúso  tajantemente a derrochar amor el 14 de febrero. No quiero, no se me da la gana.

Con esta confesión sincera y sentida puedo estar adquiriendo mi membresía al club de las solteras amargadas y envidiosas que no quieren saber nada del mundo, en especial el 14 de febrero. Cierto. O también puedo quedar como una mentirosa que proclama en todos sus post el valor de la amistad y de buenas a primeras dice que no les va a dedicar ni un saludo en una fecha específica, como es el 14 de febrero a sus amigas y amigos. Eso hay que explicarlo.

Si, de chiquilla yo celebraba el 14 de febrero con mis amigas, nos deseábamos feliz día, salíamos a pasear, a tomar helados, o simplemente a compartir un rato simpático en la casa de alguna. Con el tiempo, esta sana costumbre cambió radicalmente, el 14 de febrero a lo mucho nos llamábamos o nos enviábamos un mensaje de texto. Es más, yo siempre enviaba mails a diestra y siniestra el 14 de febrero, y luego celebraba con el acompañante de turno, hasta hace un par de años en que entendí que eso del amor y la amistad lo inventó un forever alone que quería sumarse a la fiestita.

Por eso aplaudí la idea de Pilsen Callao, la cerveza que reúne a los amigos, promueve los jueves de patas y demás razones, porque para chelear cualquier excusa es buena, al instaurar al primer sábado de julio como el día del amigo. ¿Una fecha más comercial que sentimental? Pues si, pero ¿qué festividad no lo es? Entonces yo opto por reunirme con los amigos que quieren y pueden ese primer sábado de julio y brindar por la amistad.


Como contaba líneas arriba, y lo he contado en alguna ocasión, cuando había compañía yo celebraba el amor, con intercambio de regalos, rosas si o si, cena romántica, paseo sorpresa bajo la luz de la luna, canciones melosas y demás. Y si me gustaba, a pesar de la cantidad de parejitas que atiborraban los lugares que inspiran romance, disfrutaba de esa fecha. Este año no hay acompañante, no espero un mensaje, aunque sea a última hora, y lo que es peor, estoy superando un maremoto emocional, así que el 14 de febrero se aproxima en un mal momento.

Contra el tiempo, nadie puede, entonces lo único que puedo hacer es sobrecargarme de trabajo, inventar labores, alejarme lo más posible de las radios románticas, parques y demás lugares públicos, sobre todo después de las 5 de la tarde, y poner de mi parte para que la fecha pase desapercibida. Solo un día mas, sin motivo, sin regalos, sin saludos efusivos, sin vestimenta fucsia, sin nada de nada.

La fiesta me restriega en la cara el hecho de que está vacío ese asiento de al lado. No se si me dejo entender. Yo se que estoy sola, que desde hace tiempo lo estoy, que por ahí apareció uno que otro valiente, pero que las cosas no prosperaron, que a pesar de que luché con todas mis fuerzas caí en la ilusión, y después en la caída libre sin redes, ni piscinas a la vista, tratando de proteger al corazón con todo lo que pude. Y lo supero, todos los días salgo de la cama y pienso que de amor nadie se muere, pero esta festividad pone en primer plano ese lugar vacío, ese corazón maltrecho, esa canción sin dedicatoria.

Es decir, pone el dedo en la llaga y me hace caer en que no extraño ni regalos, ni llamadas, ni paseitos, ni reventarle cohetes a Cupido y agradecer a todos los santos porque el amor existe. Lo que extraño es el hecho de compartir con alguien lo que sea, buenas o malas noticias, fechas marcadas en el calendario o un jueves cualquiera, viajes o largas conversaciones en la sala, como cuenta Paloma San Basilio sentir "amor en buena compañía".


Este año ando en reconstrucción emocional, así que no hay celebración de por medio, ni si quiera con un amor ficticio y forzado (ya que estamos saliendo y mañana es 14 de febrero, ya pues, creamos ser enamorados por 48 horas), que es lo que menos necesito en este instante. Espero que varios de mis amigos lean este post y comprendan que aunque los quiero, los aprecio, los estimo y los adoro, no voy a saludar a nadie, nadie, absolutamente nadie el 14 de febrero, es mas tengo intenciones de recluirme en ese pedacito de mi mundo que prohíbe el ingreso a personas no autorizadas. Se comprende ¿no? Disculpe la molestia, sentimientos en reconstrucción.

Canción para no celebrar el 14 de febrero... Tenían que ser Bon Jovi quienes con honestidad brutal y aunque duela especifican que esta no es una canción de amor, aunque parece


Esta canción en cambio, es mas melcocha y me hace recordar mis años de adolescencia en que el famoso día de San Valentín era la ocasión para salir a pasear con mis amigas y para imaginar que algún día la celebración sería de a dos y este sería el sound track perfecto

 




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