Reconstruyendo

Se acabó. Te cansaste de su cara larga, de su mal humor, de que volteara la mirada tras cada falda que pasaba delante, o simplemente concluiste que lo suyo no iba, y en un ataque de sensatez terminaste, o te terminaron (a veces pasa y hay que admitirlo). Esa etapa de la vida se acaba de cerrar y nos espera un enorme libro con páginas en blanco. Hay que empezar de nuevo y aparece la interrogante ¿por dónde comienzo?


En realidad la pregunta es ¿por dónde empiezo si no tengo energía? Y es que un rompimiento agota emocionalmente, más aun si te has pasado días enfrentando a solas la idea de que lo mejor es terminar, otros tantos días pensando cómo decir ya no quiero nada sin herir sentimientos ajenos y por último, explicando por horas, que no es él, tampoco eres tu, son los dos y una serie de desafortunadas circunstancias. O, de la otra cara de la moneda, escuchaste por horas que él te acribillaba con el argumento de que no te merece, o  en este momento de su vida prefiere estar solo, o todo ese bla bla bla que nos sabemos de paporreta, porque en el colmo de los colmos descubriste que el pata este llegó tarde a la repartición de ingenios.

Entonces, te encuentras tratando de recuperar el aliento, y de pronto te das con la sorpresa de que hay que volver a empezar. Que tienes que terminar de destruir todo, luego remover los escombros y construir de nuevo. Es pesado, es cansado, es  un mega trabajo y solo de pensarlo te derrumbas, pero es imperiosamente necesario. Recuerda que paso a paso se llega lejos, toma aire una vez más (y un gatorade por si acaso) y levanta la mirada, es hora de volver a construir.

Primero, no te desesperes. Durante semanas, meses o años hiciste planes de a dos, y ahora te toca caminar sola, y aunque al inicio te parece recontra atractiva la idea de ir y venir a donde se te de la gana sin consultarle o informarle a nadie, la nostalgia, siempre inoportuna, te saca de la fiesta de un sopapo para hacerte ver que las cosas no son ni fáciles, ni bonitas, ni veloces. Pues si, no es un proceso rápido, no es que un día terminas y al día siguiente estas lista para empezar de nuevo, o al menos no es lo más recomendable.

Tómate las cosas con calma, no te tortures con recuerdos de aquellos días en que eran felices, asume lo que está pasando, vive una por una cada etapa post ruptura, llora y maldice todo lo que quieras, y en el proceso manda a volar a todos tus fantasmas, porque nadie puede pensar en el futuro con el pasado presente (frase trillada, pero cierta). 


Saca todo lo que tienes dentro, desahógate y convéncete una vez más, de que poner punto final fue lo más saludable, lo más sensato, lo mejor. Esto toma tiempo, puede ser un par de días, o un par de meses (si es un año o más busca ayuda ya mismo, y es en serio). Una vez con las lágrimas evaporadas, recoge las lecciones que una relación siempre deja, y tómalas en cuenta para no caer en lo mismo, pero también ten presente que no todas las personas son iguales. No te aventures tan alegremente, pisa con cuidado, no leas entre líneas y presta atención al infalible sentido de la intuición (descubre su utilidad).

Ahora, tu una vez escuchaste que olvidar en compañía es más fácil y que eso de que un clavo saca otro clavo es absolutamente cierto, por eso en este momento vas a sacar el mejor escote del closet y vas a buscar a tu clavo, que puede ser algún ex, o amigo que te tiene ganas, o desconocido que conociste en una noche de copas, una noche loca. Pues si bien es entretenido, no es lo más recomendable, porque la sensación de absoluto vacío después del encuentro cercano del tercer, cuarto o quinto tipo, es espantosa y te das cuenta de que la cura resulta más fuerte que la enfermedad, como dice una salsa antigua.

¿Por qué? Porque en una relación bien concebida se construye, entre otras cosas, cierta complicidad y mucha confianza, algo que no se da en un agarre al paso, por eso la resaca emocional es el triple de complicada que la peor resaca física que te puedas imaginar y mas crítico aun ya que ninguna aspirina, litros de agua helada, cebiche, caldo de gallina, bebida rehidratante o cualquier remedio casero hace que te repongas en una.


Descubre nuevos placeres. Esas cositas que pospusiste o que nunca te atreviste a hacer, o que eran abucheadas por aquel a quien queremos anular justo cuando tu la planteabas emocionada. Cualquier cosa positiva es válida cocinar, ejercitarse, leer compulsivamente, estudiar chino mandarían, practicar tai chi o hacer origami. Lo básico es mantenerse muy ocupada, tanto que no tengas tiempo para pensar en lo que paso. Hacer esto equivale a barrer los escombros, es decir ya estamos listas para empezar a construir.

Ahora, llega un momento en que te sientas y piensas ¿fue lo mejor? Y llega a tu cabeza la idea loca de llamarlo y preguntarle a él si esto de terminar fue sensato. A ver, si él te terminó, no se te ocurra hacer eso, no hay forma, no seas tonta. Es más, en este minuto hazte un bien, llama a tu amiga más próxima y pídele que borre su número de tu celular y que esconda el aparatito hasta que la idea desaparezca de tu cabeza, o que te de una soberana cachetada para hacerte caer en la tontería que estabas por cometer.

Si tu terminaste, escribe bien grande y con tinta indeleble las razones que te llevaron a decir hasta aquí nomás. Y no vale decir que no las recuerdas, si tienes mala memoria haz un esfuerzo, date cuenta que es una decisión dolorosa, pero sabia. Ponte terca con tu idea y mantenla hasta el final, porque estamos hablando de una determinación pensada, evaluada, razonada y fundamentada, no de una pataleta que te dio porque él no te regaló tus chocolates preferidos o no te dejo elegir la película que iban a ver en el cine.

Ahora mírate en el espejo, pero mírate bien. Responde honestamente y a puerta cerrada si te sientes bien. Se sincera, porque no hay nada peor que engañarse a uno mismo. Definitivamente ya no eres la persona que inició llena de ilusiones una relación que ahora ha terminado, tampoco la mujer que pensó durante semanas si estaba bien terminar o esperar a que con el tiempo él dejara esa manía que te resulta intolerable. Has crecido y aprendido a quedarte con lo bueno y soltar eso que no te ayuda a crecer.
Llegados a este punto te informo complacida que ya estas construyendo de nuevo. No te apures porque después de levantar el edificio, toca pintar y decorar a tu antojo. El capitulo debe cerrarse y asimilarse para superarlo y empezar a escribir una historia nueva. Todo lo que está por venir lo pones tu y el ánimo de iniciar una aventura para el recuerdo, viviendo a brazos abiertos y a lo que venga.

Canción para nuevos inicios... La Oreja de Van Gogh viene a Lima, yo ya tengo mi entrada y ya me estoy aprendiendo las nuevas canciones. Este es el sencillo promocional del último disco y llegó a mi vida en el instante preciso, el primer día del resto de mi vida... inicio sin ti, y por suerte queda poco por decir y poco para recordar


Una ruptura puede dolerte y derrumbarte, el tiempo límite lo pones tu, después hay que levantarse, empezar con la reconstrucción y, con el tiempo y las heridas sanadas, jurar que no morimos, como cuenta esta canción de Campo de Almas

 


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