Días de Radio
La semana pasada, el 13 de febrero para ser precisos, se celebró el Día Mundial de la Radio, fecha establecida por la UNESCO en el 2011. No, la idea de este post no es hablar sobre la historia de la radio, su valor como medio transformador, ni mucho menos. Lo que quiero es hablar de esas fotos imaginarias en las que la protagonista fue la radio encendida.
- De chica viví en el Centro de Lima, no tenía amigos en el barrio y no salia sola ni a la esquina (las salidas con mis amigas empezaron a los 15, pero eran solo una vez al mes y en mancha). Por eso en verano los días de semana me las pasaba jugando con mis hermanas. Cuando fuí creciendo cambié las barbies por el atari, la PC y después, el Nintendo. Y mientras jugaba escuchaba la radio, y de vez en cuando grababa esas canciones que me gustaban y sonaban en la radio.
Tal era mi afán que una vez llamé a radio Panameriacana a pedir "La Fuerza del Corazón" de Alejandro Sanz, la canción de moda que le faltaba a mi casette (si, leyeron bien casette) para poder oirla todos los días a la hora que me provocara. Años después eso de llamar a la radio y pedir una canción se hizo rutina, también se hizo cotidiano concursar por entradas para algún concierto y, de paso, coquetearle al DJ de turno.
- En el 2004 todas las noche religiosamente mi hermana y yo escuchábamos un programa llamado "Tres x Tres" en la hoy desaparecida, radio Miraflores. Nos gustaba el estilo del locutor y del programa en si. Incluso una vez nos animamos a ir para ver en persona a TK, una banda que a mi hermana le afanaba, y a mi me gusta hasta la fecha. Cierta tarde, yo estaba estudiando y sonó mi celular, al contestar una voz que se me hacía familiar me informaba que había ganado el concurso de "DJ por un día" en radio Miraflores y que me esperaban por la noche para compartir cabinas.
Mi hermana y yo fuimos puntuales, nos ubicamos, ella en controles, yo tras el micrófono y durante dos horas estuve hablando junto con los locutores del programa. Pusimos varias rolas nacionales, atendí llamadas al aire y me divertí. La experiencia me dejó una gran certeza, quiero hacer radio toda mi vida, y si no se puede, quiero estar lo más cerca posible a ella.
- Habiendo contado mi experiencia de "DJ por un día" a una amiga, ella me invitó a que fuera parte de un proyecto que estaba presentando al círculo de radio de la universidad. Yo quería ser parte del círculo, pero no tenía ninguna propuesta concreta, así que me sumé a su causa. Esta amiga es cristiana, y su programa era de ese corte, proponiendo un estilo de vida en comunión con Dios, es decir una onda que no me terminaba de convencer. sin embargo la acompañé proponiendo algunas canciones y lanzando algunos comentarios, algo desatinados a veces, debo reconocerlo.
Para el ciclo siguiente yo ya tenía mi propuesta, y acudí sin pensarlo dos veces a la primera reunión del círculo a presentar "Hora Local". Todos los miércoles de ese ciclo, de 10 a 11 de la mañana era mi hora de recreo. Presentaba las canciones, contaba las historias, el tema que hilaba todos los temas, bromeaba con la gente que caía en el set, , la pasaba bien. Estaba haciendo radio y eso me hacía infinitamente feliz.
- Por buen tiempo trabajé en una ONG que tenía un plan de comunicaciones amplio y a la radio presente en todos, o casi todos sus proyectos y alianzas. Había un programa de 30 minutos auspiciado por la Junta Nacional del Café. Cuando se pensó en una nueva temporada del programa, yo me perfilaba como la productora, y me solicitaron una secuencia de consejos técnicos, dándome carta blanca para que hiciera lo que me provocara en esa secuencia.
Una noche se me vino a la cabeza la idea de crear un personaje para la secuencia. Tras ajustes, solicitudes y dejando de lado el temor inicial, nació Octavia, la sabia. Una cafetalerita que compartía tips para combatir plagas, aumentar la producción cafícola y promover el consumo del aromático grano de bandera. Claro, que Octavia no hubiera nacido sin el apoyo de mi Institución querida, es la muestra más clara de que juntas somos dinamita.
- Tras una exhaustiva y algo frustrante búsqueda laboral, mi ex profe, ex jefe y amigo, me invitó a sumarme al equipo con el que ahora trabaja. Al inicio la idea no me terminaba de cuadrar, pero como estaba desesperada, pensé, bueno, me meto a esto hasta que aparezca algo mejor. Con el correr de las semanas le fui agarrando camote al trabajo. Mas todavía cuando les contaba a mis amigos en que estaba trabajando y ellos me respondían "radio, lo que siempre te gustó". Me di cuenta que este trabajo me estaba gustando, se me acomodaba bien y me daba la oportunidad de crear historias y narrarlas, de volver a acercarme a la radio.
Hoy, estoy convencida de que es el trabajo ideal, porque me permite hacer realidad aquello que hace 10 años me planteé, quiero hacer radio toda la vida. Quiero hacer propuestas, crear personajes, escribir historias, producir, y si aprendo con facilidad, hasta editar y mezclar. Aunque suene fetichista, admito, sin sonrojarme que aunque a veces me desquicie y me haga renegar, la radio es el amor de mi vida.
Si pues, yo no concibo mi vida sin encender la radio, es tan vital como beber agua, o tan típico en mi como mis extensas caminatas. Por eso, quiero que se me relacione con mi afición por las compras, mi gusto por comer rico y mi manía de canturrear con la radio encendida.
Canción para celebrar a la radio... Creo que esta canción, que me encanta, reúne los dos ejes de este post, radio y recuerdos. Redondea la idea
Y esta canción le da título al post. Este año me he propuesto hacerle honor a "Hora Local" y poner semanalmente, por lo menos una tonada nacional de grupos recontra conocidos o medio caletas. Este nunca fue ultra popular y desapareció sin pena, ni gloria. Pero esta canción describe mis días de radio
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