Al colegio no voy mas

Tal vez sea una especie rara, tal vez sea una en un millón, tal vez sea una renegada social, pero si pudiera dar reversa en el tiempo, nunca, jamás, nica, volvería a los días del colegio. No es nada contra mis papás que eligieron la escuelita a la que fuí durante 11 años, no es nada contra las compañeras que dejaron las aulas el mismo día que yo, no es nada contra la religión católica. Es todo contra las nazis que vestían hábitos (léase monjas), contra el sistema escolar, son muchas cosas que esta vez no voy a callar.


Yo se que hay muchas personas que añoran aquellos años de carpetas, uniforme, formaciones, libretas, patios de recreo y demás. Yo se que hay niños que se enfrentan a sentimientos encontrados en diciembre, la alegría por la proximidad de la navidad y unas horas mas de juego, y la tristeza porque se acaba el año y van a  estar unos meses lejos de sus compañeritos del cole. Yo se que hay padres que sufren un colapso nervioso cuando ven vacaciones a la vista. Yo se que mas de uno dice que el colegio es la mejor etapa de la vida. pero como soy terca, les doy la contraria.

Haec 19 años que dejé las aulas. Cuando terminaron los exámenes finales me sentía afortunada, tranquila y recuerdo que esa tarde canté voz en cuello y brazo en alto una canción que hoy por hoy es una tonadita que me pone de buen humor, Carmín de Roxana Valdiviezo. Le ponía especial énfasis al coro: "al fin comienza la vida, esto es lo que yo esperaba, hoy todo en diferente, mas lindo mas fácil, como lo soñaba". Bueno, en la universidad no todo era lindo y fácil, pero al menos respiraba cuando quería, podía decir mi opinión sin miradas inquisidoras y dejaba de hacer cosas a las que les dije hasta nunca un 19 de diciembre de 1997, día en que salí del colegio (no puedo decir que para no volver porque mentiría).

En primer lugar juré nunca mas ponerme ese horrible uniforme azul. Ese azul casi negro me parece deprimente (o sea el hecho de ir al colegio deprime, ponerse eso empeora la situación), se me veía cuadrada, la blusita me llevaba al borde de la asfixia y la corbata era una burla. Encima creo que las monjas nazis le tenían fobia a las piernas femeninas ya que el uniforme iba hasta las rodillas y las medias también, o sea oculta tus piernas o vete a otro lado. Del uniforme de educación física mejor ni hablar. Y lo mismo de la cola de caballo, que no me molestaba hasta hace varios años en que me cambié el look radicalmente y ahora solo me amarro el pelo para ir al mercado (bueno hasta hace un par de semanas en que me cansé nuevamente del pelo largo y apliqué operación renovemos imagen). Nunca volví a utilizar ese uniforme horroroso y nunca lo pienso utilizar de nuevo.


Lo que viene a continuación es una crítica al sistema, porque creo que todos los colegios tradicionales de Lima lo hacen. Señores del Ministerio de Educación, señores de las Fuerzas Armadas, señores directores de todos los colegios a lo largo y ancho de nuestro lindo Perú alegre y jaranero ¿a quién diablos se le ocurrió que marchar equivale a amar a la patria? En julio una mezcla de estres y alegría se apoderaba de mi. Por un lado llegaban las vacaciones de medio año y la feria, lo cual me provocaba una emoción desbordante (Servando y Flornetino son unos hijos de su madre, le restaron una alegría a mi parca vida) y por otro lado marchar y marchar durante horas era algo que no toleraba.

Encima había que hacerse la trenza francesa. Yo tengo una linda y frondosa cabellera castaña y lacia por lo que hacerme la fucking trenza implicaba madrugar (mi tía me peinaba a mi y a mis hermanas) y utilizar cantidades industriales de laca (sabemos que la laca y el pelo no son amigos) y ganchitos para que el pelo quede en su lugar. No recuerdo que día de julio fue la última fecha en que marché, solo recuerdo que ese día le prometí a mi lindo cabello nunca volver a someterlo a esa tortura. Hasta hoy lo he prometido y lo seguiré cumpliendo, trencita francesa nunca mas, lo juro.

El amor a la patria se demuestra respetando los valores, trabajando, aprendiendo historia no para memorizar fechas, sino para rescatar lecciones de los errores, emitiendo opiniones sensatas, por último estudiando, entrenando (¡atención peloteros de quinta que conforman la selección, si Pizarro a ti te hablo!), poniendo empeño. A marchar al cuartel. Lo mismo opino de la formación. Durante esas filas innecesarias, sobre todo los días de llovizna y con la temperatura de una congeladora, yo me preguntaba ¿este es un colegio católico o es un colegio militar?, ¿es necesaria esta disciplina castrense?, ¿soy una terrorista en potencia porque mientras todos cantan el himno yo pienso cuántas horas faltan para la salida?

Pienso que el colegio debe formar ciudadanas y ciudadanos responsables, sociables, con capacidad de emitir una opinión informada y válida. díganme, ¿qué opinión se va a formar en un colegio que te dice que creer y qué no?, ¿qué opinión se puede formar en un coelgio que intenta provocarte una fobia al mundo real?, ¿qué clase de personas forman al obligarte a pensar y actuar de una determinada manera, so pena de unos puntos menos en conducta, orden y otras cosas que a la universidad poco o nada le importan?


Mi ex colegio desde el punto de vista académico cometió muchos errores y horrores (¿será que elegían a dedo a la directora?). Ok, yo no soy profesora, pero algun día seré madre de familia, y no quiero pecar de metiche, pero si me entero que una monja le va a enseñar filosofía a mi retoño, lo cambio de escuela en una. ¡Eso no es posible! La monja que nos enseñó filosofía en primer lugar se sentó sobre el horario y dijo yo quiero dos horas de filosofía (en realidad la sonsa es la directora académica que no la cuadró y le dijo las cosas como eran), casi me excomulga cuando dije que el pensamiento de Marx no me parecía tan descabellado, una revolución es necesaria, yo que iba a saber que este señor al referirse a revolución se refería a matar a medio mundo (fue eso o Hitler lo malinterpretó, una de dos). Encima la monjita preguntaba cosas que no nos terminaba de enseñar (siempre he sido algo distraída, pero nunca tanto como para pasar detalles importantes). En el colmo de los colmos satanizó a Kant. No lo lean, no pregunten por él, no crean en él, Kant se esta quemando en el quinto infierno. Años después cuando en la universidad estudié a Kant me pareció genial, tanto que sigo su línea de pensamiento en algunas cosas.

Solo dos horas de literatura, restándole importancia a un curso tan esencial como matemática, sobre todo para quienes seguiríamos una carrera de humanidades como es mi caso. Poner matemática en la última hora, justo en ese momento en que el 99 por ciento del alumando pensaba cuál será el menú de hoy en casa. Sacar de evaluación a las alumnas que adeudaban pensiones (¿dónde quedó la caridad y los votos de pobreza?). Y puedo seguir enumerando para llegar a una conclusión, no formaron seres humanos pensantes, solo un monton de personas cuadriculadas que una vez fuera del colegio tomaron rumbos distintos y decisiones que acertadas o no fueron propias, de eso se trata la libertad, de eso se trata la vida.


Extraño a mis amigas del colegio, si a veces. Extraño las clase, no ni a balas. Extraño las horas de recreo, no, me quedo con las horas en que hacía radio en la universidad (¡eso es un recreo!). Extraño aunque sea el quiosco, no, me quedo con la cabañita de la universidad (¡unas empenadas de pollo y unos triples mas buenos!).

Respeto a quienes extrañan su colegio, respeto a quienes se estan despidiendo de su etapa escolar (entre ellos varios de mis primos), respeto a mis ex compañeras de carpetas, pero siento que el colegio, mi ex colegio, no nos enseñó el sentido de la palabra libertad en toda su magintiud, que impuso valores de manera arcaica, que sus métodos no eran los mejores, y de todo corazón espero que la mejora en la infrasestructura haya venido de la mano con la mejora del capital humano, mejores métodos y enseñanzas que vayan a la par de una infancia y adolescencia que a la buena o a la mala ahora sabe mas.

No es nada contra mis papas, se que ellos quisieron darme lo mejor, lamentablemente las nazis con hábito no pensaban igual. El día que yo tenga hijos y deba inscribirlos en algun colegio voy a tomar en cuenta varias cosas contadas aquí. Chicas de la promo, se que con este post firmo una sentencia de muerte y lo asumo, solo sepan que no es nada contra ustedes, creo que el tiempo nos ha hecho mejores o peores personas, si me incluyen en el segundo grupo, no comparto la opinión, pero la respeto... y el respeto lo aprendí por mi cuenta.

Canción para recordar el cole... vamos, no todo fue tan malo, cada vez que escucho esta canción recuerdo mis dos últimos años de secundaria. Si viera a las monjas nazis ahora les diría exactamente lo que cuante esta canción la estoy pasando bien, mas de lo que nadie imagina


Y esta canción es la que da título a este post... Leuzemia es un grupo de culto, pero sus letras son híper groseras. advertidos estan, no vale escanadalizarse



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