Mucho gusto 2022
Debo confesar que yo esperaba mejores cosas para este 2021, el año del bicentenario. Iba a ser un año de cambios, sin duda, y esperaba que esos cambios fueran para mejor. Hubieron cosas buenas, eso sin duda, pero también hubieron momentos más que malos, dolorosos. Sin embargo, no pierdo la esperanza, y espero con todo mi corazón que este 2022 sea un amo mejor. Recibimos el 2021 sin tanta pompa, en medio de una pandemia que a todos nos golpeó, en mayor o menor medida, con negocios paralizados, sin vacunas a la vista y mucho miedo. La emergencia sanitaria no creía en nadie, pero golpeaba más fuerte a quienes menos tienen. Reconocíamos que la salud era nuestro bien más preciado y teníamos que cuidarnos; que en la medida en que nos cuidábamos, cuidábamos a quienes nos rodean; que ninguna medida era exagerada; que la vida es efímera y te cambia en un minuto. El COVID me quitó a una amiga que conocí desde los 5 años, mi querida Gallito, esa amiga que era más lora que yo, esa amiga con la que