Si no eres Ken...
Ya hemos hablado que la sociedad nos marca, desde chiquitas, un patrón de belleza en el que debemos encajar para ser aceptadas, amadas y, finalmente, desposadas, caso contrario somos mujeres incompletas, por más que nosotras sabemos de sobra que nuestro máximo propósito en la vida no es necesariamente ser madres de familia. Este pensamiento, medio retrógrada también está sembrado en la mente de algunos caballeros, que no son ni guapos, ni musculosos, ni nada por el estilo, sin embargo, exigen como novia a una candidata a Miss Universo.
La idea es recontra fácil de entender. Si no eres Ken, no pidas una Barbie. Vamos amiguito, mírate sin miedo en el espejo, y sin sumir la panza chelera que se asoma despiadadamente y dime lo que ves. Si Ken fuera de carne y hueso, mediría, por lo menos 1.80, no tendría un solo grano en el rostro, ni en ninguna otra parte del cuerpo, el mismo que delataría una estricta rutina de ejercicios en algún gimnasio local, tendría unos hermosos ojos, del color de tu preferencia, verdes, celestes o negro intenso, su cabello liso siempre estaría perfectamente recortado y peinado, se vestiría muy bien, y presiento que hasta olería rico.
¿Al verte en el espejo encuentras alguna de estas características? Pero se brutalmente franco, porque no hay nada más horrible que engañarse a uno mismo. Si tu respuesta es no, entonces se un poco coherente y no le exijas a la amiguita que le tienes ganas, enamorada, novia, esposa, o prospecto de lo que sea, que corra al gimnasio, deje de comer esos postres que tanto le gustan, se planche el pelo, use lentes de contacto, camufle bien ese granito, que créeme a ella tampoco le hace gracia lucir, y use tacos, porque se te ha ocurrido que no te gustan las chatas.
O sea, no pidas lo que no tienes, ni exijas lo que no estás dispuesto a ofrecer. Si no posees una mente brillante, no le pidas que lea completa la gran enciclopedia Larrouse, el almanaque mundial 2018, cuanta revista de ciencias encuentre a su paso, y vea todo el día History Channel, o Discovery. Si no eres precisamente un alma noble y caritativa, no le exijas que le nazca el espíritu altruista, vaya a misa y participe en los grupos carismáticos de su parroquia.
Ahora, pongámonos en el caso que amas ir al gimnasio, comes sano, has adoptado un estilo de vida súper saludable, tienes buen gusto para vestir, te gusta estar siempre bien peinado y bien afeitado y usas Diavolo o alguna colonia de renombre. Y de pronto, tu novia, o esposa, o amiguita con derechos, o como prefieras nombrarle ha subido un poco de peso. Como tú eres churro, le dices con todo el desparpajo del mundo que está gorda, y después de que ella te dice hasta de que te vas a morir, tú piensas que es una reacción exagerada a un comentario libre de malicia.
Por si no lo sabes, te explico que a muchas mujeres no nos gusta el adjetivo gorda, ni gordita, a menos de que sea un término cariñoso utilizado por una persona de enorme confianza. Y eso, que puede que lo tolere por costumbre, y que no le simpatice el sobrenombre. De otro lado, es de pésimo gusto decirle a una persona que quieres y/o es cercana que está gorda, por más que lo esté, porque a lo mejor ella se siente regia, y quién eres tú para pincharle el globo. Si es feliz, no te metas, por más que sea una recomendación positiva por una cuestión de salud.
Nuestra salud, nuestro peso, nuestra apariencia, es nuestro problema, y si bien en la base 3 la autoestima se eleva, por un tema de madurez, de aceptación, de admitir que debemos hacernos cargo de nosotras mismas, seguimos tratando de romper estereotipos en una sociedad que sigue exigiéndonos kilos menos, centímetros mas, y una gran industria que lucra con nuestros complejos e inseguridades, que existen, existieron y existirán.
Si tú, gentil amigo lector, eres recontra progresista y crees en la igualdad de género, porque eso es bien visto, aprobado y aplaudido, se coherente y no nos exijas entrar en un molde que nos inspira tanto como un pepino cortado en cubos. No nos señales porque hay algo que no te gusta. No nos regañes porque no coincides con nuestra manera de pensar. Ahórrate tus comentarios. No exijas una Barbie, si no eres un Ken.
Canción para los alucinados Ken... Romper estereotipos es una tarea noble, pero titánica, sin embargo nosotras seguimos en la lucha, y ellos deberían sumarse a nuestra causa, o al menos no aumentar nuestra chamba. Si los hombres han llegado hasta la luna, ya todo es posible
Este verano esta resultando un poco atípico. Hay sol tímido, luego se nubla el cielo y más de uno se arrepiente de haber guardado las casacas porque a eso de las 6 presenciamos tardes frías de verano
Comentarios
Publicar un comentario