No me saludes
El 8 de marzo, mujeres de muchos lugares del planeta seremos saludadas, felicitadas y hasta festejadas. Muchas de nosotras sabemos que esta fecha no es una celebración comercial, y que los saludos que recibiremos no se deben a que nacimos con xx en nuestra composición genética. Tampoco es un reconocimiento a que las mujeres somos lo máximo. Es una conmemoración por el terreno que hemos ganado las mujeres en materia de derechos y un recordatorio de todo lo que nos falta por hacer. Si no conoces mis derechos, no los reconoces, no crees en la equidad de género y no te interesa que más mujeres y niñas sean maltratadas y violadas diariamente, entonces no me saludes.
Si no entiendes que soy una persona perfectamente capaz, completa, independiente y que me quiero y cuido no me saludes. Si insistes en decir como debo vestirme o maquillarme, me montas escenitas de celos que rozan con lo ridículo, si crees que tus ideas son superiores a las mías y no te cansas de humillarme, y encima te crees stalkear profesional y revisas mis redes sociales, correos, celular y hasta cartera, no me saludes. Mejor aléjate, eso si te lo agradeceré de todo corazón.
Si tu cerebro, que es del tamaño de un maní, y tu carencia de materia gris, no te permite procesar la idea de que una relación es de a dos, y por lo tanto yo no soy la culpable de los tropezones que tenemos como pareja, y tampoco es mi culpa de que la vida te trate mal, no me saludes. No soy ni hechicera, ni bruja, ni gasto mi tiempo en desearte todo el daño del mundo. Sin embargo, mis minutos son valiosos, por ello no te permito que controles la frecuencia con la que visito a mis familiares o el tiempo que comparto con mis amigos. Si no estas dispuesto a lidiar con ello, no me saludes. Solo lárgate, y haz de tu vida lo que quieras (al mejor estilo de los Hermanos Yaipén).
Si nunca en tu vida has escuchado hablar de modales, te informo que no tienes derecho a insultarme o tratarme con desprecio, ni en privado, ni en público, si no lo entiendes, no me saludes. Mucho menos te permito que me empujes, jalonees o pellizques, así esos golpes sean de mentira, o lo hagas jugando. Entiendo que por tu naturaleza seas tosco, pero a mi me tratas bonito, y si necesitas tener esas actitudes como muestra de cariño, complicidad, o lo que sea, consigue una muñeca y juega con ella, te repito que conmigo no. Si insistes en ello, no me saludes. Yo misma te doy la dirección de la juguetería mas cercana para que compres un porfiado.
Si no sabes que el hecho de ser mujer no anula mi capacidad de crecer en el campo laboral o académico, no me saludes. Por lo tanto, tampoco debes prohibirme estudiar, trabajar o hacer las dos cosas al mismo tiempo. En ese sentido, si yo trabajo es para manejar mi dinero a mi antojo y manera, comprar mis cosas, o cumplirme de vez en cuando un capricho, por lo que tú no tienes porque saber cuánto gano, decidir en que lo gasto, y tampoco tienes por qué manejar mis documentos, lo mío es mío y de nadie más. Y como sabes, lo que tengo, me cuesta, por eso no tienes derecho de destruirlo. Si tienes constantes ataques de rabia y te desahogas rompiendo cosas ajenas, no me saludes. Más bien vete a romper los platos de tu mamá, o de cualquiera que te soporte.
Si me infundes más miedo, que otra cosa, y no es que sea paranoica, sino que tus actitudes me causas crisis nerviosas, no me saludes. Te enumero, todas esas actitudes que te delatan como agresor en potencia. Amenazas constantes, algunas veces solo con palabras, otras con objetos corto punzantes en mano; obligar a una mujer a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad, y eso se llama violación, por si lo desconoces; acoso, a pesar de estar separados, o perseguir cual sombra a una nueva pareja, o algún familiar o amigo cercano; agresión bajo los efectos de drogas, alcohol, o peor todavía, golpear sin necesidad de estar fuera de tus cabales. Si encima, eres tan cínico y montas una escena de sentidas disculpas,no me saludes. No te acerques a mi, pero si al psiquiatra más próximo, porque tus actitudes no son normales.
Si por el contrario, comprendes el escenario que vivimos y sabes que mis reclamos son es totalmente justificados, que entiendes lo difícil que es para una mujer sobresalir en un mundo machista, que el feminismo defiende la igualdad entre hombres y mujeres, que Ni Una Menos no es ninguna pose, es algo en lo que creo firmemente, que necesitamos penas ejemplares para frenar tantos feminicidios y agresiones contra hombres o mujeres, a estas alturas da lo mismo, que sabes que tengo un largo camino por delante para conquistar uno a uno todos mis derechos, y te sumas a mi lucha, salúdame y demuéstrame con hechos todo lo que proclamas.
Chicas del mundo somos valiosas, avanzamos en puntas de pie. logrando más espacio en los escenarios sociales, laborales, académicos, políticos, y muchos más, pero aún hay mujeres que son dominadas, maltratadas, menospreciadas, y otras tantas que justifican la violencia, en lugar de repudiarla. Por eso debemos seguir alertas, gritar y gritar hasta que nos escuchen, patalear y patalear hasta que se discutan esas medidas que necesitamos, no cansarnos de construir una sociedad mejor, con mucho esfuerzo. Lo hacemos por nosotras, por las niñas, por las que están por venir, por todas. Porque todas merecemos un mundo mejor, que solo será posible si ponemos manos a la obra.
Canción para celebrarnos... Si bien esta fecha no es muy festiva por lo que conmemora y por la actual coyuntura, animarse de vez en cuando no está de más. Así como tampoco está de más recordarnos que gracias a nosotras este mundo es un lugar más bonito, porque todas somos bellas
Mujeres admirables hay muchas. Una a quien admiro mucho, y me encanta, a pesar de que a veces olvido que existe es Shania Twain. Su historia es realmente inspiradora, y sus canciones oscilan entre lo lúdico y lo conmovedor. Esta me encanta, y me lleva directo y sin escalas al verano del 99, en el que pensaba, algún día tengo que decirle a alguien, todavía eres el único
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