Y tú, ¿. por qué marchas?

Contra todo pronóstico, sin tanta publicidad y sin sospecha de que este año un millón de personas salgan a las calles, algunos colectivos feministas y pro derechos humanos, están convocando a la marcha #NiUnaMenos somos todas, o sea Ni Una Menos volumen 2. Al comentar esto con mi familia, alguien me dijo, esas marchas son por las puras, el año pasado hicieron tanta bulla y siguen matando mujeres, Sin embargo yo sigo apostando por salir a las calles y protestar.



Marcho para visibilizar el problema. Creo que hablo por todos los contestones, reclamones, protestones y demás que participamos activamente en causas que nos parecen justas, al decir que sería iluso pensar que al salir a las calles con cartel en mano y cantar arengas se va a solucionar cualquier problema, en este caso, el del feminicidio y la violencia doméstica. No señores, nosotros sabemos que solos no podemos, pero al menos marchando ubicaremos el problema en la agenda pública, para que se tomen las medidas necesarias, o al menos las autoridades entiendan que algo anda mal y está en sus manos mejorar la situación.

Marcho para crear conciencia. Ya he dicho hasta el cansancio que la mujer que se deja pegar una y otra vez sin hacer nada, no es víctima, ni mártir, es tan culpable como el boxeador frustrado que tiene al lado, y crea un círculo vicioso, ya que su hijo varón en un futuro no tan lejano le pegará a su pareja y su hija se dejará maltratar porque su madre aguantó, y probablemente la abuela, bisabuela, tatarabuela y demás también. La violencia no es normal, se debe denunciar y castigar. Entonces salgo a la calle para que esas mujeres que ya se están cansando de maquillar moretones o de jugar el papel de las eternas sufridas, se armen de valor y denuncien. Quebrando el silencio, quebramos la violencia.

Marcho para exigir cambios en la educación. Incluir enfoque de género en la currícula escolar, no es un capricho, ni un pensamiento progresista, ni una pose, es una medida urgente y necesaria, porque muchas personas civilizadas pueden hablarle libres y sin prejuicios a sus hijos sobre la equidad de género, la orientación sexual, la igualdad y demás temas, pero nadie les asegura que lo mismo le digan a su compañerito de carpeta. Por eso, la escuela debe apoyar y estandarizar los argumentos en dichas materias. Las conductas se forman y mejoran desde los primeros años, y el colegio debe ser aliado de los padres para crear una sociedad más justa y sin violencia.


Marcho para construir el país que sueño. Es bien bonito y fácil decir que sueño con un país mejor para mis hijos, sobrinos, ahijados y demás generaciones por venir. Los sueños e intenciones no se pueden quedar en el aire, por lo que es necesario hacer algo, por ejemplo ponerse las zapatillas y salir a las calles para exigir un lugar libre de violencia, libre de corrupción, libre de autoridades incompetentes, libre de autoritarismo, y mañana más tarde cuando en algo mejoremos darnos cuenta que lo avanzado es una consecuencia de lo hecho, de las marchas, de la bulla, del gen protestón.

Marcho para ejercer mi derecho a la protesta. Si tanto reclamamos la libre expresión, de opinión, de comunicación, de información y demás estipuladas en un documento llamado tratado universal de derechos humanos, ¿por qué no ejercerlos? Participar en una marcha ejercemos nuestro derecho a reclamo, porque tenemos mucho que exigir si queremos ser ciudadanos viviendo en una sociedad civilizada y desarrollada. Y no martirizamos a nadie, solo ponemos alguito más de desorden en Lima, la siempre congestionada y caótica.


Marcho porque si está en mis manos provocar un cambio y todo lo mencionado aquí, no encuentro más razones para dejar de hacerlo, porque se que no estoy loca y hay muchas personas que también piden una solución a problemas que por cotidianos, dejan de escandalizarnos, de sensibilizarnos, de causarnos indignación. Vemos como lo más normal del universo que un hombre mate a golpes a una mujer y no es así. El amor no duele, no lastima, no amordaza, no nos deja postradas en la cama de un hospital o en el diván de un psiquiatra, 

Como ya lo he dicho antes, hay otras maneras de sumarse a la marcha, por si el frío, o la pereza, o el miedo nos gana. Una es informando a otros a que participen, siguiendo lo que sucede desde las redes, compartiendo los artículos que lleguen a nuestras manos y le den razón a la causa de la protesta. Esta vez es por la violencia doméstica, ustedes ¿por qué causa justa y colectiva marcharían?

Canción para seguir marchando... Una mejor sociedad se construye con trabajo, colaboración de todos y esperanza, esa misma que se conquista a golpes de martillo



Muchas de las mujeres que hoy en día son víctimas de violencia física, sexual, verbal, moral, psicológica o emocional, no se casaron con el sujeto maltratador que hoy por hoy tienen al lado. No prestaron atención y cayeron en la red de un mal nacido, y /o se olvidaron que Romeo y Julieta no eran de este planeta









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