Reconstruir
Tras el golpe inicial que supone una ruptura, la negación, la tristeza infinita, la culpa y la aceptación, llegamos al momento más complicado, aunque si has transitado todas las etapas anteriores con mucho dolor, esto te va a parecer papaya. Toca reconstruir, la pregunta es, ¿por dónde empiezo?
Más allá de reconstruirse, lo que se hace sin querer queriendo, es reinventarse. Si esa relación que estas olvidando poco a poco y más por las malas, que por las buenas, significó algo importante, pues definitivamente no eres la misma persona que eras al empezarla. Has crecido, has aprendido, has cambiado, inevitablemente. Y eso es lo normal. Es lo primero que se debe tomar en cuenta, antes de empezar de nuevo.
Ahora, nos ubicamos en el centro de los escombros y empezamos a rescatar esas virtudes que siguen ahí, algunas resquebrajadas, otras intactas. Con eso en la mano, nos miramos en el espejo y nos reconocemos. Cuesta trabajo porque, como lo he dicho, hay muchos cambios, unos más visibles que otros. Reconozcamos nuestra esencia, eso que no cambio, y sientes que jamás cambiará, porque es tu sello, lo que te caracteriza y, valgan verdades, lo que más nos gusta de nosotras mismas.
Pongamos a salvo esas virtudes que nos hacen únicas, y ahora nos daremos a la tarea de buscar todas esas cosas que antes no estaban ahí, eso que en adelante llamaremos los saldos de tu última relación. No todo es malo, porque puede que él susodicho haya sacado a la ogra que llevabas dentro con sus impuntualidades, sus olvidos, su falta de atenciones, pero algo bueno debemos haber aprendido, recogido o ganado. Si sientes que algo te suma, te hace mejor personas, y te ayuda a crecer, guárdalo, al lado de esas cualidades tan tuyas, y trabaja cada día en ellas.
¿Y lo negativo? Primero, vamos a buscar todo eso que odiamos de nosotras mismas y que antes no lo teníamos, o si, pero en dosis milimétricas, y ahora, no entendemos bien por qué se han expandido. Tras hacer esa sesuda recolección, agarra una bolsa negra, de esas que venden a 10 por un sol, y pongamos dentro todo lo malo, incluidos los recuerdos amargos que, sospechas, son los que hicieron que la ira, la desesperación, la desidia, y demás defectos aparezcan. Acto seguido, nos deshacemos de la bolsa, mandándola al basurero más próximo, y listo lo malo pa' afuera, pa' la calle.
Una alternativa a este proceso es hacer un cambio físico. La clásica es hacerle algo al pelo, nuevo corte, cambiarnos el color, sacarnos cerquillo, hacernos un laceado, que puede ser japonés, brasilero o ucraniano, lo importante es sentirnos mejor con nosotras mismas. Insisto en que esto es opcional, hay mujeres que tras una ruptura no se han tocado ni un solo cabello, y han seguido adelante. Ahora, si crees que es un buen momento para empezar el gimnasio, o para estudiar un curso que hace rato tienes entre ceja y ceja o aprender a bailar zarzuela, adelante. Después de todo, se trata de reinventarte, y mantener la mente ocupada siempre es un punto a favor.
Lo que es obligatorio, es hacer una cosa a la vez. Reconocerte primero, para identificar esos cambios positivos, y en ese trance deshacerte de los malos hábitos. Es un proceso lento, y no hay un tiempo aproximado, porque es la parte final del luto post ruptura, y ese tiempo que tomas entre olvidar al ex, o convencerte de que lo mejor era poner punto final lo estableces tú, y nadie más.
Nos damos cuenta de que ya estamos reconstruyendo y reinevntándonos, cuando nos volvemos a querer, nos volvemos a valorar, nos volvemos a sentir cómodas armando y desarmando solas, solteras y sin apuro. Cuando ya no hay reproches frente al espejo y nos sentimos contentas y conformes de nuestra historia y nuestra vida como esta. Eso es poner punto final y enfrentarse a lo demás, que lo iremos escribiendo en el camino, sin mocos, ni lágrimas de por medio.
Canción para reconstruirse... Sospechas que vas por buen camino cuando por ahí te sorprende esa canción que era el himno de tu última relación fallida y ya no te afecta, ya no te pone nostálgica, ya no vas corriendo a buscar una cajita de kleenex. Nos remite a la persona que fuimos estando enamoradas y nos recordará cuanto podemos amar. A mi me pasa eso, cuando escucho esta canción
Como decía al final del post, al reconstruir se nos regala un libro en blanco, que escribimos en el camino
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