Hoja de ruta

Decir que nunca planeo las cosas es mentir. Suelo hacerlo, a pesar de que las cosas sin planear salen mucho mejor, y sabiendo de que esos planes no van a resultar al milímetro porque hay factores externos, y algunas veces internos, que pueden hacer que todo lo pauteado no resulte como esperamos. Sin embargo, creo que sería bueno pintar una hoja de ruta para saber hacia donde iremos en el 2016. Estas son mis coordenadas, a manera de promesas.



En el 2016 termino con el inglés si o si. A pesar de que voy a tomarme un respiro porque siento que me demanda una energía que ahora no tengo, pienso retomarlo con toda la fuerza que pueda y no pienso parar hasta concluirlo, y terminarlo bien, no hasta done pueda, sino hasta donde quiera, así el/la teacher me parezca indeseable.

Así como voy a darle con todo al inglés, voy a darle con todo al trabajo, buscando ir por más. Las cosas están bien, todo bajo control, aunque a veces romper la inercia es lo que se necesita para medir hasta donde llego y en el trance marcar un nuevo récord. Si hay nuevas y más cosas por hacer, ir por ellas, pisando con cautela, sabiendo que me puedo equivocar, pero echando a perder se aprende.

Este año voy a retomar mis caminatas. Digamos que estoy cerrando el 2015 haciéndolo y me siento bien por no haber perdido del todo el ritmo, quiero seguir en eso. Por eso, prometo volver a las andadas, literalmente, avanzando un pie a la vez hasta recuperar mis dos horas sin asomo de cansancio. A lo mejor cargar nuevas canciones a mi MP4 puede ser una motivación más.

No tengo intenciones de dejar de atormentarlos con mis post semanales, por eso voy a continuar con el blog. Hay mucho por contar, por rescatar y por redactar. Además puede ser otra motivación para caminar. Paso a paso ir imaginando de que puedo hablar semana tras semana e ir plasmándolo. En el iterín haré el esfuerzo por no aburrirlos. Promesa de (intento de) bloggera.

Pararle a la compra de zapatos en pro de un orden financiero mejor llevado. Un par de zapatos al mes no es necesario, sobre todo porque 31 pares sin contar zapatillas, slaps y chancletas es una suma importante. Sin embargo, un par de zapatitos de vez en cuando, por ejemplo, cuando hayan ofertas imperdibles, o para mi cumpleaños, fiestas patrias y fiestas de fin de año, no es mala idea. Si las zapaterías quieren rematar sus productos, ¿quién soy yo para quitarles ese gusto?



Hacer por lo menos un viaje por puro placer. Este 2015 me deja una semana santa en Oxapampa que me tuvo maravillada y me devolvió las ganas de buscar un nuevo destino, aunque ya tengo un par de lugares en la cabeza. Hay ánimo, hay ideas, lo demás se irá encontrando en el camino, pero este año prometo viajar, quién me dice que de repente puedo cristalizar esas vacaciones perfectas, dos días tirada panza al sol en alguna playa bonita con el mar en frente y una limonada frozen a la mano, suficiente para ser feliz.

No me voy a quedar con las ganas de ir a un concierto. Si está en mis posibilidades y puedo utilizar mi sorprendente poder de persuasión para proveerme de compañía, voy. Lo importante es no quedarme con las ganas y seguir con un gustito que me vacila un montón, me relaja el doble y me entusiasma a mas no poder. Si quiero ir a un concierto, voy, lo vivo, los disfruto al máximo, guardo el recuerdo en mi baúl de momentos gratos y me quedo feliz. La premisa es la misma, un concierto es una inversión.

Quiero conocer nuevas personas. No para reemplazar alguna plaza vacía, no es el caso por suerte, sino porque si, porque ya toca, porque me provoca, porque conociendo a otras personas puedo tener nuevas visiones sobre mi misma y sobre los demás. Entender a los hombres es una tarea sencilla, pero como todo en la vida tiene un grado de complejidad, solo conociéndolos podemos comprenderlos mejor. Hay que vivir para contarla.

A propósito de ello, no tengo intenciones de complicarme la existencia con paltas ajenas, porque como lo he dicho repetidas veces suficiente tengo con las mías. Así que lanzo una advertencia a todos a quienes estimo: puedo escucharlos, tratar de comprenderlos, acompañarlos a maldecir a medio mundo, salir con ustedes y ponerme a contar chistes para distraerlos, hasta darles un consejo y mi visión de la situación si me lo piden, pero no puedo solucionarles la vida porque no soy hada madrina y no tengo ninguna varita mágica (ya saben qué pueden regalarme para Bajada de Reyes). Lo siento.

Salir más a menudo, sin excusas del tipo: mañana tengo que madrugar, ay qué lejos, esa banda no me afana tanto, etc. Si quiero conocer o al menos ver gente, debo poner de mi parte ¿no? Así que voy a esforzarme por salir de mi cubil felino y descubrir que hay más allá de mis narices. Si este 2015 me dejo gratas instantáneas donde y cuando menos me lo esperaba, por qué no seguir en esa aventura.

Esto si me va a costar, pero prometo esforzarme, en no ser tan terca e izar la bandera de la tolerancia. Gente retrógrada, o inepta, o indeseable, o todos los anteriores, siempre habrá. la idea es escuchar sus impresiones, respetarlas y practicar un gesto impasible para ahorrarme problemas. Aunque advierto que en el tema de la unión civil, la despenalización del aborto terapéutico en caso de violación y la reparación a las víctimas de las esterilizaciones forzadas me voy a mantener en mi postura. Totalmente a favor, y no hay nadie quien me quite esa idea.




Ya que estamos en la línea de causas justas, prometo votar a conciencia, leer con paciencia cada plan de gobierno, soplarme las entrevistas a los candidatos, googlear a sus vicepresidentes, sopesar mi decisión y votar acertadamente. Y como nunca está demás, rogar porque ese alto porcentaje que aun no decide su voto, no le depositen su confianza a quien no lo merece. O sea al símbolo naranja dile no, y al señor de las universidades también. Por favor, el futuro del país está en nuestras manos, hay que tomarlo en serio, 18 plazas menos no nos libra de gente corrupta que va a utilizar a los nuevos rostros políticos como meros títeres.

Por último, prometo ahorrar para seguir con la redecorada del mega cuarto. Ahora que hay espacio, faltan muebles y yo he visto un par de silloncitos de lo más simpáticos, queda pendiente comprar el perchero para mis bolsos y un pequeño tabladillo para mis zapatos, aunque de eso se encarga el mejor maestro de obra de todo el mundo, mi papi.

Habiendo dicho en voz alta mis promesas y con el firme propósito de cumplirlas e ir por más, les deseo a todos, de corazón, un espectacular 2016. Que sea lo que tenga que ser, y pongamos de nuestra parte para cristalizar esos anhelos que están clavados en nuestra cabeza. Fortaleza, creatividad y éxitos al por mayor para todos.

Canción para celebrar al nuevo año... Definitivamente esta canción ha sido el más grato descubrimiento del 2015, y trajo el plus de ser escuchada, bailada y celebrada en vivo y en directo. Mientras la escucho por enésima vez, recuerdo que a la larga el amor es bailar



Definitivamente uno de los momentos kodak del 2015 fue el festival Vivo X el Rock 5. Fue una rultea rusa de tiempos, emociones y sensaciones, y cumplí algo deseado por mucho tiempo, escuchar en vivo y en directo a Vilma Palma e Vampiros, el grupo de mi adolescencia. Sueño cumplido el 23 de mayo del 2015






  


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