Dame que te doy

Estimado Papá Noel: Si, ya se, para variar estoy tarde. Entiéndeme, nuevamente me he disfrazado de duendecita y como buena samaritana que trato de ser te estuve ayudando, comprando regalos para los integrantes de mi familia (léase como familia a quienes viven conmigo), y somos bastantes así que no es poca cosa.,



Todos los años te facilito aunque sea en algo el trabajo, y siempre es desinteresadamente, pero esta vez las cosas cambian. Este año me voy a poner más exigente que nunca. Te voy a pedir cosas imposibles para cualquiera, menos para ti que todo lo ves, todo lo sabes y todo lo puedes. Yo te ayudé, ahora te toca a ti. Es una lista algo disparatada, hasta jocosa, pero hablo en serio. Creo que tantos años de haber trabajado como tu duendecita sin cobrarte un sol por ello, debe ser reconocido, agradecido y recompensado.

Como sabrás el próximo año, 2016, se viene bien convulsionado. No nos hagamos los locos, eso de que es año par y bisiesto, no es garantía de nada. La cosa ya está fea, el próximo año no se sabe que puede pasar, porque hay elecciones. Tú nos conoces a nosotros los peruanos, los desmemoriados, los conformistas, los ingeniosos e ingenuos, que creemos en imposibles aunque digamos que no. Los que nos resentimos, pero al ratito se nos pasa y volvemos con lo mismo. Los que cada cinco años nos encontramos cara a cara con los mismos candidatos de toda la vida, los escuchamos, nos dejamos seducir, les damos nuestro voto y con él todas nuestras esperanzas, las cuales son aniquiladas una por una, pero nunca perdemos la fe. Porque yo creo en ti candidato, y en esas promesas que de antemano se que jamás cumplirás.

El panorama está más horrible que nunca, porque Fujimori lidera las encuestas. Ya sé que uno no elige a los padres y que no puedo juzgar a alguien por su apellido,  pero Keiko solita se está haciendo mala fama, se pone a la defensiva, y encima su entorno me huele a podrido. Escéptica como ando, me cuesta creer que le va a dar oportunidad a los jóvenes. O sea, obvio, sus ministros, legisladores, asesores y demás van a estar en la foto, y serán solo eso, la fachada, los títeres de los mismos políticos corruptos de toda la vida. Y me mantengo firme en esa idea, más todavía después del mensaje enviado por su padre.

Es una analogía, así como Humala tiene la banda presidencial, pero la que manda en Nadine, en caso Keiko gane (toco madera tres veces), ella dará la cara, pero su padre, que saldrá libre antes de que nadie se de cuenta y en medio de una bien armada cortina de humo, será quien ordene. Estamos a un pase de entrar en una máquina del tiempo que nos llevará al área mas sórdida de los 90, nos volveremos a entrampar en las redes de la corrupción.

Por eso te pido, querido Papá Noel, no para mí, sino para esos desorientados y desmemoriados peruanos, inteligencia, entendimiento, conciencia, sabiduría. Ni si quiera te voy a pedir que voten por el candidato al que le voy a depositar mi confianza, solo que se informen, lean los planes de gobierno, escuchen las propuestas, si tienen entusiasmo desmedido, que vayan mitin por mitin para oír al candidato en vivo y en directo, o por último que vean los noticieros y programas periodísticos que generosamente nos presentan en full HD todos esos juramentos a los que ya estamos acostumbrados, pero nunca nos cansan.


Ya que andamos en esas, te voy a pedir algo más grande todavía. El próximo año hay olimpiadas, de repente alguno de nuestros deportistas, los mismos que brillaron en los panamericanos, nos trae al menos una medallita de bronce y se gana sus laureles en el estadio. Eso nos va a emocionar, nos va a hinchar el pecho de orgullo y justo en el instante en que nos disponemos a cantar voz en cuello el himno nacional, aparecerá el fútbol para malograrnos la fiesta.

No te espantes, no te voy a pedir que Perú vaya a un Mundial, yo sé que eso sucederá el día que los sapos bailen flamenco, pero si te voy a solicitar, y no para mi, sino para todos esos hinchas que no se cansan de alentar inútilmente a esos 11 que dicen que nos representan, un poquito de realismo. Válete de las estadísticas y de nuestras más bochornosas derrotas, explícales que España 82 y todas sus precuelas ya fueron, ábreles los ojos de par en par para que asuman que una copa América es una cosa totalmente distinta a un Mundial, que estamos lejos de Rusia, y de Qátar, así una decepción más no será tan dolorosa. 

Si, soy bien generosa, pero ni creas que con esas dos cositas difíciles para todos, simples para tí, se acaba mi lista. No Santa, he pensado en un par de ítems que me harían infinitamente feliz. Primero, ya que los Rolling Stones vienen el próximo año, ¿tú crees que Madonna pueda venir algún día, y obvio, si lo hace tú me regalas la entrada y todos contentos? Yo se que ella se lleva el 90 por ciento de la taquilla, igual que U2, por eso aún no le cumplen el sueño a sus fanáticos peruanos, pero por ahí debe existir un productor de conciertos, muy ingenioso y que se irá derechito al cielo si nos demuestra que vale la pena soñar. Búscalo, háblale en sueños, llévale una colección de discos de la diva y no pares hasta convencerlo. Yo sé que tú puedes.

Necesito muebles. Con eso del remodelamiento del cuarto, que ahora es un pent house tengo sitio de sobra y creo que unos silloncitos, una mesita, un perchero para mis carteras, una lamparita para velador y otra para mi escritorio no me vendrían nada mal. También otra radio enana para que me acompañe en mi cuarto y puede darme ese mínimo placer matutino que tanto disfruto, escuchar radio tumbada en mi cama.

Otra ropa de baño tampoco me vendría mal. Planeo sacarle el jugo a este verano, así que un traje adecuado para remojarme y luego tumbarme en la arena y tostarme cual pollo a la brasa se me hace preciso. Hace un año vi uno de Leonisa que me entusiasmó mucho, Supongo que alguno de tus duendes debe haber estado espiando por ahí y recordará cual es. Caso contrario, no te hagas bolas, regálame una gift card y yo me hago cargo de todo.



Y ahora si, dejemos que Papá Noel se recupere del surmenage que le debe haber causado mi solicitud, y hablemos alguito en serio. Si, voy a empezar con la misma cantaleta de todos los años. Las mismas ideas, el mismo trasfondo. Yo sé que no soy quien para hablar del verdadero sentido de la navidad, porque el consumismo me gana y me emociona comprar cosas para decorar la casa, aunque este año he caído en cuenta que tenemos más cosas que casa, me gusta hacer mi lista de regalos e ir de tienda en tienda buscando cada ítem, y este año se que lo de la cena navideña me va a dejar en la quiebra, pero igual me hace ilusión.

Sin embargo, en medio de esas cosas tan superficiales trato de rescatar el sentido de la fiesta que es recordar que tenemos una familia que nos quiere, nos acepta, nos acoge y por supuesto quiere celebrar con nosotros. A mi me gusta tener detalles con ellos para hacerles saber que me importan, valgan verdades tienen un lugar prioritario en mi vida. Podría tener la mega chamba, la mega casa, el mega carro, y todos los títulos del mundo, pero si no tuviera con quien compartirlo me sentiría miserable. ¿Ven? No soy tan superficial como parezco.

Diciembre siempre corre, se apura y nosotros nos apuramos con él, sin embargo, con organización, cariño y esfuerzo es posible darle aunque sea treinta minutos a nuestra familia por elección, los amigos, y también con ese gesto hacerles saber lo mucho que los queremos. Es una buena ocasión para devolverles toda la paciencia, el cariño y la incondicionalidad que nos tienen. 

Eso hice a principios de mes con mis pos pos modernas, en la primera reunión navideña de la temporada. Como algunos saben, a mi me gusta celebrar mi cumpleaños con ellas, y ellas siempre me cumplen el capricho. Este año no fue la excepción y como es costumbre me sorprendieron con una deliciosa torta de chocolate. Yo quise compensarles el detalle en sus cumpleaños, pero se me hizo complicado. Por eso dijo, ah no, en navidad de todas maneras y encontré unos regalitos perfectos para ellas. Sus sonrisas, abrazos efusivos y emoción desbordada al verlos fue la mejor recompensa. Más allá de que la pasamos increíble cuando nos reunimos, ellas me regalan todo eso que valoro en las personas y por eso espero tener un lugar en sus vidas siempre, así como ellas lo tienen en mi corazón.

El otro día en misa, si estoy yendo a misa todos los domingos, el curita dijo "cuando nace una amistad, nace el amor, y eso celebramos en Navidad, el nacimiento del amor". Tiene sentido, ¿o no? 


Entonces por qué no hacemos el intento de no renegar tanto, a pesar del tráfico, la delincuencia y los políticos que alteran los nervios a cualquiera; sonreímos más, rescatamos a ese niño interior que pide a gritos salir y derrochamos amor. Si las actitudes se contagian, podemos desatar una epidemia.

Yo tengo ese bichito navideño dentro, ese mismo que no paró hasta matar a ese Grinch que me quiso secuestrar. Espero haberlos contagiado, aunque sea un poquito y que el 25, o desde ahorita, tengan ganas de decirle a alguien Feliz Navidad, pero de corazón, sino, no vale.

Canción para desatar una epidemia... En Navidad celebramos el nacimiento más grande de la historia, y de paso el nacimiento del amor, que es todo lo que necesitamos para pintar el día más gris. Y si The Beatles lo dice, debe ser verdad



Continuo con la lista de mis canciones favoritas del 2015. Nuevas o viejas que recién conocí este año, da lo mismo. Como siempre, no me puedo decidir por una, pero mientras más escucho esta, más me gusta. Si pues, tenia que ser de mi Gianmarco





  








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