Ella, él, tu y yo

Hace un par de semanas, entusiasmada por el trailer, por el director y porque es peruana, fui al cine a ver Ella & Él. Digamos que nunca ganará mucho reconocimiento, porque más que ser un largometraje bien cuidado, de guiones impecables y un lenguaje audiovisual perfecto, es una película terapéutica. El trabajo de fotografía nos apunta a nosotros, para ver las luces y sombras de nuestra realidad.


Cuando vi Un día sin sexo, quedé encantada. Es más, para mi una de los momentos kodak del cine nacional, es esa escena en que Melania Urbina le dice a un picaflor Fabrizio Aguilar: "no seas una m... con ella también". Por eso me emocionó saber que Frank Pérez Garland volvía a presentar una película de la mano de su actual pareja, Vanessa Saba. Me entusiasmé más al ver el trailer, que sin mucho aspaviento presentaba algunas escenas de la película mientras Saba entonaba No me imagino. Me afané el doble al saber que la protagonista era una mujer soltera de 38 años. Pensé que podía verme reflejada. Debía ir.

Como suele suceder, y más si hay una película peruana involucrada, las expectativas no fueron colmadas. Tampoco fueron superadas. No encontré esos picos de emoción que cualquier película debe tener. Una historia plana, con un final que trata de ser abierto. A pesar de mi entusiasmo, nunca me detuve a leer la sinopsis, que imaginaba debía hablar sobre los encuentros y desencuentros de una pareja de treintones. Bueno, me equivoqué de nuevo. La sinopsis dice que es una pareja que debe asumir su adultez. Y desde hace un tiempo pienso que eso es un chambón, asumirnos y aceptarnos como adultos con todo lo que implica. Caernos solos, levantarnos solos y rescatar las lecciones solos. Y lo más doloroso y difícil, dejar atrás a ese adolescente que alguna vez fuimos, con todas nuestras rebeldías, malas crianzas, meloserías y demás en el olvido.

Entonces, una mujer de 38 recién cumplidos, conoce a un chico contemporáneo, se enamoran, y ella que parece tan desprendida de todo, tan bohemia, tan libre, tan open mind, se engancha con él. Se le nota templada y yo empecé a verme reflejada en Ella, la que no tiene nombre para que así como yo, las muchas mujeres que la vean traten de encontrar su imagen, y lo mismo ocurre con Él. Detalles en navidad que no son correspondidos; ganas de decirle que lo extrañas, las mismas que son reprimidas; pensar en dos, aunque prefieres no verlo; tragarte tu tristeza, desazón y todo lo que sientes para no cargarlo o no parecer drama queen, pero si tolerarlo, escucharlo y pegártela de psicoterapeuta cuando al señorito le provoca.


Él no se termina de enganchar con ella, con el correr de los minutos entiendes el porqué, comprendes que los hombres no son del todo legítimos, y quien no te miente, cae en pecado de omisión, olvida contarte un detalle, por ejemplo que está involucrado con otra mujer y por eso se siente tan mal cuando te ve ilusionada y no puede colmar tus expectativas. Creo que ese es otro mal común de los hombres, asumir, sin preguntarte, sin ponerse en tus zapatos, sin admitir que pueden estar en un error. De repente por eso para ellos es más sencillo terminar. Suponen, asumen, lo hacen, y se justifican pensando, una vez más, que es lo mejor. La pregunta es, ¿quién se beneficia con otro fracaso sentimental? De seguro que nuestro corazón no.

La película gira en torno a la relación que Ella y Él emprenden, con todos sus tropiezos, aciertos y desaciertos, y sin titubeos, ni metáforas, ni sutilezas, la película te va develando varias cosas que sabemos que andan por ahí, pero no encontramos bien donde porque o está muy bien camuflado, o no lo queremos ver, hacerse los locos, a veces es la salida más sencilla. En ese ir y venir, te das cuenta que las relaciones no son fáciles, fueron complicadas a los 15, a los 24 y pasados los 30 la cosa no se simplifica.

¿Por qué? Porque pasados los 30 se supone que ya tienes las cosas claras. Tus creencias, tus valores, tus gustos y disgustos, tu raciocinio y tu insensatez, ya te dibujas de cuerpo entero sin tanto miedo, y si le das permiso a alguien, quien sea, a entrar en tu vida, será bajo la condición de que haga cambios mínimos, pequeñitos, casi nulos. Es tu vida, son tus reglas. Y viceversa.


Entonces adaptarse a la otra persona cuesta más, tragarse toda su historia previa sabiendo que no la vas a cambiar también, y tratar de que cambie de opinión en temas trascendentales es imposible. Hasta que llega un punto, un momento, un giro, una pataleta, que te deja todo claro y comprendes muchas cosas. Porque es así, porque no te cuenta, porque se queda callada, porque se le da por fumar compulsivamente, porque no quiere saber nada con ciertas personas. 

Es ahí cuando la otra persona involucrada en la relación, también se confiesa, si es que no lo hizo antes, y deciden si continúan, o no; si vale la pena o es por gusto; si matan la ilusión de un porrazo, o le pintan alas, y pajaritos. Esa decisión es de a dos, en el mejor de los casos, y es tan personal, que la película no te la cuenta. te deja la sospecha, pero con el temperamento de los personajes, no se sabe qué podría pasar.

La verdad, la verdad, fui a ver esta pela hace como un mes. Recién hago mi reseña, porque ya no está en cartelera y no la destruyo, por si alguien quería verla y después de leer dice, mejor no. A la larga Pérez Garland es uno de mis directores locales favoritos.

De todos los 100 minutos que dura la película, rescato una escena chiquita, casi imperceptible, secundaria, pero que a mi me tocó, porque el personaje, la mejor amiga de Ella, es mi tocaya, Sandra. En un diálogo mínimo que estas dos amigas sostienen, Ella le dice a Sandra: "tú harías muy feliz a otra persona si te decidieras". Sonreí y recordé a una amiga, que en medio de una borrachera me dijo: "el hombre que te elija se va a sacar la lotería". Bueno pues, el pozo de la Tinka aún no revienta. Tal vez nunca lo haga, pero ese es otro cantar.

Una relación compleja, la confirmación de que hay más solteros en la base 3 de los que imaginamos, 100 minutos de terapia, nuestras necedades bien iluminadas. De todo eso se trata Ella y Él. Y algo de eso, tienen ustedes y tengo yo.

Canción para relaciones complejas... Cuando se conocen bien y se dan cuenta de que lo más saludable es decir hasta aquí nomás, aparece el asesino de la ilusión. Definitivamente esta canción, es lo mejor que me deja la película



Mar de Copas tiene su propia versión de No me imagino, se la prestó a la película, y en agradecimiento invitaron a Vanessa Saba a que cante con ellos. Juzguen ustedes el resultado.



  


 



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