Mentiras individuales
Te pago mañana, dos más y nos vamos, te juro que no quería, en cinco minutos estoy ahí. Estas son solo algunas de las miles de mentiras universales, argumentos que sirven para chistes, pero no son útiles como tabla de salvación. Pero hay otras mentiras que nosotras mismas nos inventamos para justificar a otra persona y, de paso, ponernos cabe.
En muchos, muchísimos, innumerables casos nos mentimos a nosotras mismas. Nos repetimos la misma historia una y otra vez hasta llegarla a creer, por más que no sea cierta, así nos olvidamos de una verdad dolorosa, que a la larga dolerá el triple cuando la tengamos que enfrentar. Como dicen por ahí, no hay nada mas terrible que engañarse a uno mismo, sin embargo nosotras lo hacemos, inventando cuentos dignos de Disney o creyendo las palabras de un cretino a quien realmente le importamos bien poco. Ejemplos hay de sobra.
Él va a cambiar por mi. Mamacita, permíteme abofetearte a ver si entiendes que nadie cambia por otra persona. No importa el amor que le profesas, la comprensión que derrochas o la paciencia de la que haces gala cada vez que te hace un desaire, te planta o hace caso omiso a algo que realmente te importa. Si es que algún día ese hombre que tanto te gusta, o te gustó en un momento de tu vida que prefieres no recordar, cambia, será por si mismo y después de haber tocado fondo.
Nadie garantiza que eso va a pasar, a lo mejor es más sencillo que los sapos bailen flamenco, así que mejor no pierdas tu tiempo, sácate la venda de los ojos y escribe unas cien veces la lección aprendida: Nadie cambia por nadie más.
No era su intención hacerme daño. Claro, por eso siguió agarrando con la RP que siempre te dio mala espina lo más alejado posible y en horarios que por pura casualidad coincidían con sus sagradas noches de pichanga, sus reuniones de trabajo a horas rarísimas porque su socio estaba en Tailandia, o esos extensos paseos con su abuelita. Si él no quería hacerte daño, pues debía respetarte y no andar agarrando con la regalona con la que lo ampayaste.
Para una infidelidad se necesitan tres personas, un infiel en potencia, una RP que active ese gen que no cree en la monogamia, y una chica buena que le cree todo al potencial canalla. No juegues el tercer papel, da un paso al costado y prepárate a disfrutar ese momento en que la RP le haga exactamente lo mismo a tu ex, porque el mundo da vueltas y esa es una verdad universal.
Me llama a las tres de la mañana porque me extraña. ¡Por favor, reacciona! Un pata que te llama a las tres de la mañana e interrumpe tu sueño es un sujeto que salió de cacería, ni las moscas le hicieron caso y para no sentirse mal busca consuelo en esa chica que siempre le presta oídos y le infla el ego. No te extraña, necesita sentirse mejor consigo mismo porque es un inseguro y si tú le haces caso eres una tarada.
Esos timbrazos de madrugada no son admisibles, a menos de que alguien se esté muriendo, y el indecente este anda más vivo que tú y yo juntas. Si alguien te extraña, te lo dice al mediodía, cuando estas en pleno uso de tus facultades y no con los ojos entreabiertos, la almohada babeada y sin poder pronunciar una palabra por los constantes bostezos. Mándalo con el cuento de te extraño a su mamá y que ella le levante el ego, esa no es tu responsabilidad porque ese bulto ya no es tuyo.
Está confundido y necesita tiempo. Puede que si, que esté en permanente estado de confusión ya que su coeficiente intelectual equivale al de un maní, y necesita tiempo para inventar una excusa creíble y dejarte, sin sentirse miserable. Antes de sacar conclusiones adelantadas, reflexiona, una se da cuenta cuando las cosas ya no tienen remedio, si ese es tu caso, asúmelo, dale tiempo y date tiempo también.
Ahora, démosle el beneficio de la duda e imaginemos que ya aclaró sus ideas, te extraña con sinceridad y continúan juntos como si nada hubiera pasado. Todo bonito, hasta que regresa con la cantaleta, ahí si, regálale un reloj, todo el tiempo del mundo y también espacio, alejándote lo mas que puedas, porque una confusión cualquiera lo tiene, pero una cada dos meses, no es más que un permiso para vivir extensas jornadas de soltero y luego volver con el rabo entre las piernas.
Últimamente está muy ocupado y no tiene tiempo para nosotros. A ver, digamos que al inicio del romance, o pseudo - romance andaban juntos de arriba para abajo, el tiempo que compartían era sagrado y siempre que podían escaparse entre semana a almorzar o al cine lo hacían, pero ahora por sus múltiples ocupaciones el tiempo de a dos se ha visto drásticamente reducido, pero tratan hasta de inventarlo porque sienten que su relación va en serio. Si ese es tu caso, todo bien, el tiempo es un tirano.
Pero, si desde que comenzaron él nunca te tomaba en cuenta al organizar sus fines de semana, priorizando sus pichangas, noche de copas con los amigos, reencuentros de promoción y jamás pensaba si quiera salir a dar una vuelta al parque contigo, eso de la falta de tiempo es puro bla bla bla. Si eres importante para alguien y esa persona te quiere, pues te busca, te luce, te incluye en sus planes. No tienes porque ser el pasatiempo o el mientras tanto de otra persona, y mucho menos que te de ese tiempo en el que está aburrido o no tiene nada mejor que hacer. Imítalo, elimínalo de tus planes y, de paso, de tu vida.
Si él te dice una mentira y tú lo sabes ¿por qué seguirle la corriente? Por comodidad, porque qué flojera discutir, porque ojos que no ven , corazón que no siente, porque es mejor una mentira piadosa que una verdad que va a doler. El problema es que en algún momento esa verdad puede salir a la luz, y va a doler igual, o de repente el doble, porque el dolor brota con todo.
Entonces, es mejor vendarnos los ojos y hacernos las locas ante una justificación tan usada que ya es risible, o exigir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, por más terrorífica que pueda ser. La decisión está en cada quien. Una mentirita piadosa puede pasar, pero una de proporciones titánicas y que nos tragamos a regañadientes no pues. Las cosas como son, y la verdad aunque duela, y si duela nos plantamos, como hembras que se respetan.
Canción para no tragar mentiras... Al churro de Alejandro Sanz alguna vez lo engañaron, y el cual noble caballero se quedo calladito, camufló su historia en una canción y años después sigue arrancando suspiros y sonrisas, ¿lo ven o no lo ven?
Black Eyed Peas pide encarecidamente en una canción nada de mentiras, pero a mi esa canteleta de no baby, don' lie no me gusta mucho y estamos en mi mundo así que escuchamos lo que a mi se me da la gana. Antes de decirme una mentira, mejor quédate callado, a veces el pecado de omisión es menos escandaloso
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