Creo en ti

El tiempo corre, como siempre, y casi sin darnos cuenta ya estamos en julio. Los chicos más chicos andan felices porque hay 15 días de libertad, la gente se emociona con los días festivos que saben a unas mini vacaciones (aunque con esto de que no se sabe si el 27 es o no feriado, como que todos andan confundidos), y unos cuantos, los que se la pegan de analistas políticos, periodistas sabiondos y ciudadanos comprometidos con la vida del país, ansían escuchar el mensaje presidencial del 28 de julio. ¿Qué de nuevo nos contará el Presidente?
 
 
Antes de que se desanimen de leer este post, les advierto que no se trata de política. Yo no sé mucho del tema, más allá de lo que cuentan las noticias y de que las elecciones presidenciales son el próximo año. Pero si, voy a confesar que en el 2011 voté por a actual presidente, Ollanta "cosito" Humala. ¿Por qué? Porque ni muerta iba a votar por la hija de un presidente que se sentó en el poder más de 10 años, y aunque no dudo de la capacidad de esta señora para gobernarnos, no confío en su entorno. Yo si tengo buena memoria.
 
Por eso mismo, recuerdo todas las promesas que hizo Humala, o al menos la principal. El Presidente prometió inclusión, pero parece que hubo un problema de interpretación. Para el común de ciudadanos, la inclusión equivale a la igualdad de oportunidades, beneficios, derechos y, por consiguiente, deberes para todos. Sin embargo, desde mi humilde punto de vista, el Presidente cree que la inclusión es dejar al próximo gobierno algunos asuntos espinosos, como los derechos a la tierra de los pueblos amazónicos, o la ley de unión civil. Si pues, o Cosito no prestó atención a sus clases de lenguaje, o nosotros lo entendimos todo mal.
 
Y en unos meses, vamos a ver a una sarta de individuos prometiéndonos de todo, precios más bajos, oportunidades laborales por doquier, seguridad ciudadana al mil por ciento, o sea convertir al Perú en el país de las maravillas con un plan de trabajo bien bonito, atractivo, hasta coherente. El problema es que nosotros ya sabemos que ese plancito se va a quedar tal cual los cinco años que el presidente electo llegue al poder, sin ser revisado, sin poner acción, sin usar. Y en cinco años, va a ser reciclado, a ver si también le da suerte a algún nuevo candidato, o alguno conocido, cosa típica en nuestro querido y desmemoriado país.
 
¿Saben que es lo más triste? Que desde hace un tiempo, a falta de verdaderos líderes, votamos por el mal menor. ¿Acaso no escuchamos en las elecciones municipales que se decía que era mejor votar por el que robe menos y haga algo? Y miren nuestra capital, calles intransitables, delincuencia al por mayor, plazas recién remodeladas que vuelven a diseñarse, desorden gracias a los ambulantes y serenos improvisados que con las justas terminaron la primaria (¿alguna vez han hablado con uno exigiendo explicaciones? no es una experiencia grata, se los aseguro). Si, Castañeda esta haciendo algo. Está convirtiendo a Lima en una ciudad en la que solo sobreviven los valientes a los que no les queda más remedio que enfrentarse al caos diariamente.
 

Y así como en el ámbito político, en el plano sentimental miles de veces nos prometen la luna, el sol, las estrellas, la vía láctea completita si brindamos una oportunidad a ese pendenciero que te va a hacer pasar las de San Quintín. Y caemos, una, dos, tres, mil veces con el mismo argumento, pero dicho por diferentes sujetos, todos con características distintas, porque total aun hay hombres buenos en el mundo. Por supuesto que los hay, pero no los vamos a encontrar si no nos reconocemos como buenas personas primero. Personas que no nos vamos a conformar con pobres diablos que necesitan una inflada de ego mensual, por lo que se lucen hasta que les hacemos caso, para luego buscarnos una vez al mes, siempre que nadie más les hace caso.
 
No nos merecemos menos de lo que exigimos porque lo valemos, porque nos cuesta tratar de ser mejor, porque ya la tenemos clara, porque sabemos a donde vamos y tenemos una idea de con quien queremos ir, porque somos, como dijo la genial Soltera Codiciada, harto esfuerzo y no merecemos tan poco premio. Y si nos tildan de exigentes, pues si, lo somos, y que yo sepa no hay nada de malo en eso.
 
Lo malo es conformarnos con el primer patán que nos sonría y nos prometa una vida llena de (in) satisfacciones e inolvidables momentos (de angustia, desazón y frustraciones), o del Don Juan de Caja de Agua que nos jura amor eterno, al igual que a todas las que estuvieron antes de nosotras y que vendrán después de que nos haga añicos la cabeza y el corazón, para no quedarnos solas, porque como ya lo he dicho, para muchos cualquier barrio es mejor de conmigo - misma - landia, incluso tristeza - landia, o solo - te quiero - para - agarrar - landia.
 
Si tenemos la opción de cambiar la pauta, dándole chance a un pata que parece sincero, y tomamos las medidas del caso, repasando todas esas reglas para que no hagan trizas nuestra vida emocional, ¿por qué no hacerlo? De repente no tiene el carro del año, pero si una conversación interesante; o a lo mejor aun no hace el MBA, pero si te toma en cuenta para sus planes a plazo inmediato (léase próximo fin de semana); o sea, no encaja a la perfección en tu prospecto, pero se aproxima, y lo más importante, no va a atentar contra tu corazón. ¿Por qué no?
 

 
Si ya te decidiste a tentar suerte con ese chico al que no le prestaste mucha atención, pero te manda señales recontra claras de que tiene interés en ti, recuerda pisar con cuidado, y entender que es la coherencia. Te puede jurar y perjurar que te quiere y que así será por toda la vida (aunque como dijo Luis Enrique, yo no sé mañana), y todo el parloteo que quieras y que tus oídos toleren escuchar, pero si ese bla bla bla no viene acompañado de acciones concretas, huye, porque estamos hablando de no creer en esas promesas tan bonitas que en ideas se van a quedar.
 
Confía en quien demuestra con hechos todo lo que predica. Si sus pensamientos van de la mano con sus decisiones y su proceder, estas al lado de una persona auténtica, transparente, coherente, tienes suerte, aventúrate y sigue el ejemplo, habla con tus formas de hacer las cosas, demuestra con hechos tu personalidad, tu actuar, tu línea, porque de palabras ya tenemos bastante con los aspirantes a presidente y congresistas que ya están listos para desfilar, cual Parada Miliar, en la franja electoral.
 
Canción para creer de nuevo... El título de este post está inspirado en una canción de El Diario de Hank, una de mis favoritas debo confesar. Y como esta noche ellos vuelven a La Noche, vamos a escucharlos por partida doble


Estamos listas para cambiar el molde, cambiar algunas actitudes que nos molestan, empezar con nuevos aires y mejor cara. Entonces hay una pregunta de cajón que queda por hacer y que solo el tiempo va a permitirnos responder, ¿Qué ocurrirá?

  
 
 
   
  
  
   
 

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