Lo admirable

Una vez, hace muchos años escuché una frase que se me quedó dando vueltas, y sobre la que vuelvo cada tanto: Solo se ama lo que se admira. ¿Es verdad?, ¿qué cualidad nuestra puede ser admirable?, ¿qué virtud masculina nos puede asombrar?, ¿el cuento de la fan enamorada puede hacerse realidad?

Cuando era chica y un slam (léase cuadernito de recuerdos muy popular entre las colegialas de los 90's) llegaba a mis manos, en algún momento saltaba la pregunta ¿a quién admiras? Y las respuestas variaban. Algunos contestaban a mis padres, otros a María Elena Moyano (yo estaba en ese grupo), por ahí se encontraba el que se pegaba de intelectual citando a un célebre escritor y algún politólogo en potencia decía que a un senador, diputado o ex presidente de antaño . Absolutamente nadie citaba a su enamorado, porque o no lo tenían, o a los 14 no buscas una persona admirable, solo alguien que te guste. Suficiente para entablar una relación que en un primer momento juras que es eterna y con los años te hace sonrojar y sonreír por lo ingenua que pudiste haber sido.
En la adolescencia, la mayoría de personas somos impresionables, hasta esa amiga tuya que se las da de existencialista, madura y consciente. Entonces para que un chico nos guste bastaba que sea bien parecido, algo gracioso y suelte por ahí un comentario que demuestre que al menos ha leído su libro de historia de quinto grado. Con los años la cosa cambia y aunque estamos en la era de la imagen y algunos creen fervientemente que todo entra por lo ojos, hay quienes queremos algo más que una cara bonita.   
Es ahí donde reparamos sobre ese precepto de solo se ama lo que se admira. Puede que admiremos la belleza de una persona, o que nos impresione más su inteligencia, o sus cualidades, las mismas que son muy raras de encontrar en estos días. Lo físico es algo sobre lo que no se puede mentir, aunque se puede modificar gracias a los anabólicos, y que tarde o temprano se extingue, a menos de que salgas con Dorian Grey o Fausto.
Sin embargo, otras características, que nada tienen que ver con la apariencia externa de una persona, nos pueden impactar de entrada nomás. Y podemos vivir en permanente estado de embobamiento si la persona es auténtica, realmente posee las cualidades que detectamos y las mantiene aunque pasen los años. Eso es lo difícil, porque es bien sabido que los años no pasan en vano y con el correr del tiempo la gente cambia, porque como dicen por ahí, lo único constante es el cambio.

Digamos, entonces, que una persona te asombra por su amabilidad. Todo un galante caballero que te derritió, pero los años han pasado y sus gestos o han desaparecido, o ya no te emocionan como al principio. ¿Se acabó la admiración y por consiguiente al amor? Yo creo que no. Imagino, quiero creer y espero que en el tránsito de conocer a la otra persona con la que se está viviendo una bonita ilusión que puede mutar a amor, se descubran un montón de defectos, es verdad, pero también otras cualidades que nos dejen con la boca abierta. O que adquiera por si mismo y con el correr del tiempo algunas virtudes con las que soñamos, Ojo, eso último no siempre se da, pero como dice Blades, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
Entonces, ¿solo se ama lo que se admira?. No en el sentido absoluto, pero para que nazca el interés, paso previo a que una relación aparezca, debe haber algo que nos llame la atención. Algunas somos exigentes y eso que nos causa admiración va más allá de una sonrisa perfecta y un cuerpo trabajado el algún gimnasio local. Yo doy fe de ello.
Los chicos con los que he salido, o son parte de mi "historial" no se han distinguido por ser guapos, necesariamente y nunca me he hecho líos con eso. Por nombrar algunos, el Intermedio no tenía una cara linda, y con los años la cosa ha empeorado; el Oficial tenía unos kilos de más, y la verdad eso me encantaba, cien por ciento apachurrable; al chibolo al que mandé al país de nunca - más - quiero - saber - de - ti landia le faltaba talla; y el DJ que me rompió el corazón, bueno él era un tema aparte, nada guapo, pero su talla, su sentido del humor y sus contados comentarios acertados me hacían pasar por alto cualquier falla de empaque. Si, estaba embobada con él, y la ilusión hasta ciegos nos hace.
Del otro extremo se ubican Barney, que se me hacía simpático cuando lo conocí, justo antes de que perdiera sus proporciones diametrales; el factor divertido, que es guapo, tiene una linda sonrisa y con unos elevate shoes sería el hombre físicamente perfecto; y el Eterno, que siempre me pareció guapo, pero los años lo han desmejorado. ¿Ven? Una cara bonita o un cuerpo perfecto no son para siempre. O José José tiene razón y hasta la belleza cansa.



Aclarado todo esto aparece la pregunta ¿qué es digno de admirarse? Más allá de lo que sea digno o no, es lo que cada quien valora. O sea, de repente para ti un chico que pasa 12 horas diarias en el gimnasio, come sano y a escondidas se hace la manicure es digno de admiración, porque tú quieres un cuero con el que te puedas lucir. Pero no a todas nos interesa lo mismo.
Ya, ya, no me voy a hacer la disimulada y les voy a contar lo que yo admiro, aunque creo salta a la vista, y si leen el blog religiosamente ya deben saberlo de paporreta. Yo quiero un chico inteligente, con sentido del humor, hablador como yo, que sea paciente y por encima de todo, que sea un galante caballero. ¿Existe? Aunque a veces lo dudo, no pierdo la fe en que aun debe quedar alguno solterito por ahí. Ah, y en lo físico tengo intenciones de ponerme exigente, si mide 1.80 como mínimo, es bienvenido.

Si desde ahora vamos a cambiar nuestra percepción de las cosas y cumplir a raja tabla esto de que solo se ama lo que se admira, sería bueno admirar cualidades que valgan la pena y valorar el doble aquellas que posee la persona que tenemos al lado, y no las que podría llegar a poseer, porque en el noble intento se puede quedar, y la sensación de frustración es inevitable.

Canción para amar y admirar... Se puede admirar las virtudes de una persona, y su manera de ver, ser, sentir, vivir, hacerlo todo. Un pretexto para poner de fondo una de mis canciones favoritas en inglés


Como he contado, las cualidades pueden permanecer con el correr de los años, o desaparecer, y esto sumado a la rutina nos precipita al final. En esta situación solo nos quedan dos cosas: o aguantar un poco más, o lo echamos a suerte, como entonan las Ella Baila Sola

  
 

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