Cosas que pasan
Estás sola, soltera, sin apuro y con ganas de tonear. Entonces tus amigas y tú se ponen de acuerdo para salir. Es noche de chicas, es noche de cacería, es una noche para disfrutar, y en noches así cualquier cosa puede pasar.
Puede pasar, por ejemplo, que entre baile y baile ves a un pata que puede interesarte, se te hace simpático. Esa pinta de entre intelectual y chico malo y despreocupado te llama la atención. Disimuladamente te acercas, para comprobar si en verdad su sonrisa es linda, o son los efectos secundarios de esa tercera botella de cerveza que estas tomando de pico. Compruebas que no solo su sonrisa es linda, sino que también tiene los ojos negros más bonitos que has visto en mucho tiempo, que su corte de pelo le queda bien y que tiene las manos limpias.
Te emocionas, y justo en ese momento, aparece una chica con el cabello rubio más falso que has visto en tu vida, una maquillada llena de imperfecciones (y tú lo sabes, porque has visto absolutamente todos los tutoriales que cuelga Antonia del Solar en su blog), una minifalda cinco centímetros más arriba que la tuya y una sonrisa de revista. Ella llega y sin querer choca con el chico lindo que tú viste primero, brindan, empiezan a bailar y mientras tú buscas con la mirada algún otro tipo que te parezca interesante, este primer prospecto ya está agarrando con la tipita, la intrusa, la mal teñida esa. La odias con todas tus fuerzas y decides hacer una última inspección y tomarte otra chela con alguna de tus amigas que comparte esa noche tu poca suerte.
Puede pasar, por ejemplo, que no la estás pasando tan bien, porque todas tus amigas se han encontrado con sus amigos, compañeros, vecinos, amigos de sus amigos y un largo etcétera. No encajas en ningún grupo, te sientes aislada, se te viene a la cabeza eso de que puedes estar rodeada de muchas personas, pero sola a la vez. Decides beber y pones todo de tu parte para involucrarte en alguna conversación. Es inútil, hablan de cosas que ni conoces, ni te importan, y prefieres quedarte callada antes de soltar alguna pachotada. Lo más inteligente en estos casos es hacer acto de desaparición, así que empiezas a ubicar la ruta de escape más próxima.
Justo en el minuto en el que te pones de pie para irte, sin despedidas, porque sospechas que nadie te va a a echar de menos, el DJ suelta una canción, tú canción, esa misma que cantas y bailas eufórica y siempre te pone de bueno humor, entonces empiezas a tonear sola, con el brazo en alto, y cuando decides quedarte hasta que termine esta rueda de euro dance, aparece de la nada un chico aceptable que te saca a bailar. Bailan, conversan, ríen, beben. Ahora si la estas pasando bien, ahora si quieres prolongar la noche.
Puede pasar, por ejemplo, que otra vez tus amigas se encuentran en el antro (o discoteca de moda si el presupuesto te ayuda) con sus amigos, compañeros, vecinos, amigos de sus amigos, pero ahora ellos si hablan de temas que entiendes, que te interesan y en los que puedes opinar concienzudamente. Uno en particular captura tu atención, brinda contigo, va a tu lado, empiezan a conversar, y antes de que te des cuenta ya están bailando con él. Hay química, y eso se siente en el ambiente, tanto que tus amigas y sus amigos, compañeros, vecinos o amigos de sus amigos, se miran cómplices, efectivamente se nota que la estas pasando muy bien.
Y de pronto, en medio del baile se acercan, él te abraza, primero impidiendo que te aplaste la avalancha de gente que acaba de invadir el recinto fiestero. Después para probar tu reacción, vuelve a abrazarte, y al ver que te sientes a gusto, roza tu mano, entrelaza sus dedos con los tuyos y no te suelta más. Puede que se besen, puede que en un arranque de lucidez, recuerdes que ya estas cansada de andar de agarre en agarre y te hagas la desentendida. Puede que antes de ir a casa le dejes tu teléfono, puede que él te llame, puede que recuerdes con cariño ese casual primer encuentro. Puede que no.
Puede pasar, por ejemplo, que estas pasándola bomba, la música está buena, tus amigas están tan empiladas como tú, y encima hay ofertas en los tragos, lo de la dudosa procedencia no amilana tu sed y tus ganas de pasarla alucinante. Estas celebrando cada canción, entonándolas voz en cuello y bailoteando, cuando de pronto, volteas la vista y ahí está él. Si él, ese indeseable que te sumió en una profunda depresión después de inflar tus expectativas y reventarlas en una y sin anestesia.
Tratas de ignorarlo y no puedes. La situación empeora cuando te das cuenta que esa chica de piernas largas y sonrisa de utilería que él tiene de la mano no es ni su hermana, ni su prima, ni ninguna pariente, ese tremendo beso que se acaban de dar a unos cuantos metros de ti, no deja lugar a las dudas, pero si un aguijón en el estómago. Entonces te pones a coquetear de forma descarada con quien se te pare en frente, y si te sacan a bailar vas a seguir coqueteando hasta chapar, mientras más cerca del indeseable ese, mejor. Digamos que no es una salida muy decorosa, pero es una alternativa. La resaca emocional al día siguiente puede sumergirte en una tremenda desolación. Y si no es así, te informo que acabas de superar con éxito ese luto, que a estas alturas parece inútil.
Puede pasar, por ejemplo, que sales no solo con amigas, si no también con amigos, y en ese grupo esta el chico este que tanto interés te despierta. Como son amigos, comparten la mesa, la botella de chela y varios bailes. Te sientes bien cuando lo tienes cerca, estás feliz, más eufórica que de costumbre, lo miras y te preguntas, ¿sentirá lo mismo?, ¿esta noche será nuestra noche?, ¿soltarán una lenta como para redondear la escena? Él te mira, sonríe y de pronto desvía su mirada hacia uno de sus amigos.
Ese amigo inoportuno está haciéndole el habla a dos chicas, una le gusta, la otra no tanto. Como quiere sacar a bailar a la chica que le atrae y no quiere que le diga que no, so pretexto de "no quiero dejar sola a mi amiga", tiene la brillante idea de pedirle a tu prospecto, con el que la estás pasando tan bien, que le haga la taba. Ves alejarse a tu amigo que podría haber pasado a ser algo más esa noche, le pones el rótulo de ex amigo al amigo en común que se lo llevó y esperas inútilmente volver a sentir esa emoción que te embargaba hace dos canciones. Esa chica que no le gustaba tanto a tu ex amigo, tenía algo que si le interesa a tu prospecto. Vuelves a odiar a tu ex amigo.
Puede pasar de todo, o nada. Puedes pasarla increíble, o ahí nomás, o muy mal. Puede ser tu noche de suerte, o la noche de suerte de una de tus amigas. Parafraseando a Rafael ¿qué pasará qué misterios traerá?, Eso es algo que puedes descubrir saliendo una noche cualquiera, tentando a la suerte, con el firme propósito de pasarla bien, sin expectativas, sin esperanzas, sin el corazón en la mano. Tomemos en cuenta eso y ahora si, vamos a bailar.
Canción para disfrutar la noche... Hace algunas semanas, en una noche en la que pasó una de las cosas descritas aquí, escuché esta canción y me enamoré a primer oído. Efectivamente, la vida puede ser comparada con un gran baile y el mundo con un salón. A veces, amar es tan sencillo y a la vez tan complejo como bailar (sin perder el ritmo)
Como mucho de ustedes, imagino, yo tengo un ritual antes de salir a tonear, mientras me maquillo, me peino y me cambio al menos cinco veces de ropa, hasta que el espejo y yo coincidamos en que me veo muy bien, tengo la radio encendida, y ruego que suenen canciones como estas, para empilarme y decidir que pase lo que pase, la voy a pasar bomba
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