Cosas Imposibles

Dicen que quien pide al cielo y pide poco, está loco. Pues bueno, yo no voy a pedirle al cielo, sino a Papá Noel una breve lista de regalos, algunos probables, otros bizarros, a ver si la suerte me acompaña, estoy en la lista de niñas buenas y se cumple alguno de mis sueños.


Querido Papá Noel: Si ya sé, otra vez te envío mi carta un poco tarde, importunando a los duendes que están en plena chamba, atendiendo los regalos para los niños que enviaron sus cartas a inicio de mes, y no esperaron una semana antes, como yo. No te miento si te digo que pasó lo de siempre, quise hacerme pasar por tu asistente y los últimos fines de semana me los he pasado de shopping. Con mis regalos comprados (aunque aún me faltan envolver) ya puedo sentarme y pensar que quisiera que me regales.

Todos los años pido cosas sencillas, no te puedes quejar. Un bolso, colonias, algún perfume (aunque sigo esperando el Ángel o Demonio de Givenchy), un disco, un libro, ropa, sandalias. Nada extraordinario. Y esto es desde siempre, de niña jamás recuerdo haberte pedido algo extraordinario o imposible, tipo la casa de Barbie a tamaño natural. Ya que hablamos de eso, nunca me trajiste la casa de Barbie que tanto te pedí, solo el departamento, sin embargo no te guardo rencor gordito, yo sigo confiando en ti.

Eso es porque se cual es tu chamba, o me la imagino y se me hace agotadora, sobre todo en este mes y con esos niños que esperan escasos días para enviarte su solicitud. Uso mi imaginación y pienso que al recibir la carta, lo primero que haces es revisar si el remitente está en tu enorme lista de niños buenos, caso contrario sonó el pequeño malhechor.  Acto seguido envías la pequeña lista a los duendes que están en la fábrica produciendo uno por uno cada juguete sesudamente seleccionado, haciendo control de calidad para luego envolverlos y ponerles la dirección. Entre tanto tú, estimado Santa, supervisas, alimentas a los renos y armas tu ruta, para que todos los regalos lleguen a las casas de todo el mundo a las 12 del 25, o antes, o después, según la tradición de cada país. Así imagino yo, con mi fluida creatividad que funcionan las cosas en el gélido Polo Norte.


Ahora si, agárrate Papá Noel, que acá va mi lista, con pedidos sensatos y disparatados, este año, no me ando con miramientos, así que presta atención y esfuérzate. Demuéstrame que vale la pena soñar

- Los clásicos: Colonias para después del baño, jabones de Natura o los artesanales de Cuerpo y Alma. En ese mismo rubro, una cremita antioxidante no me vendría nada mal. Y no creas que las ando guardando en el anaquel, ahora si las uso, religiosamente todas las noches.

- Los antojos: Mi debilidad siguen siendo los chocolates, pero el año pasado recibí demasiados, así que este año solo quiero un par de paquetitos. Pueden ser las castañas bañadas en chocolate de La Ibérica que tanto me gustan, sino las Princesa, ya pues ya, pero los bombones, que se me hacen mas ricos que las barras.

- No me vendría mal una nueva ropa de baño, pero de Leonisa, que dicen que tienen control de abdomen, quiero ver que tan cierto y beneficioso es eso.

- Estoy retomando la sana costumbre de leer por las noches, así que quiero un par de libros: Social Climbing de Maki Miroquesada y Hey soy gay de María Luisa y Patricia Del Río.

- 365 días de sol. No de calor, pero sí de cielito celeste, así haga un frío inclemente porque si ya es bastante sacrifico levantarse casi a oscuras, soportar el cielo panza de burro todo el día, es peor pues.

- Así como hay pulseras VIP para los parques de diversiones, yo quiero una pulsera, arete, collar o pase de plástico que me permita entrar a todos los conciertos que se me antojen. En tribuna nomás. Pero si me quieres regalar una que me permita el ingreso a Platinium, ¿quién soy yo para quitarte el gusto?

- Un auto, y un chip tipo matrix para saber manejar sin horas de práctica. Y ya que vamos en ese sentido, haz desaparecer unos cuantos carros de Lima, sobre todo esos que cuentan con choferes incapaces, empezando por los micros con cobradores insolentes.

- Un viaje y buena compañía con todo pagado a Punta Sal, o a Varadero. Caso contrario, a Buenos Aires, me gustaría mucho conocer esa ciudad. Para que veas que soy buena gente, te acepto el regalo en temporada baja. Obvio que quiero todos los gastos pagados, incluso para comprar souvenirs para todos.

- Un decodificador, es momento de ver canales en HD y no estresarme cada vez que leo algo relacionado al apagón analógico.

- El CD de Zen, y los dos últimos de Mar de Copas. También hay un tributo a Los Fabulosos Cadillacs que me gustaría tener para incrementar mi pequeña colección.


¿Viste? No son cosas complicadas, y no me vengas con eso de que vamos a ver porque yo sé que estoy en la lista de niñas buenas. Una niña un poquito grande (porque las niñas grandes no lloran), pero buena. No estoy incluyendo agendas y bolsos, porque eso lo he pedido por acá, y siendo francos se que la agenda me la van a regalar, porque mi abue me mando a que la busque y compre, y mi mamá ya tiene mi bolso, el cual compró aprovechando un descuento que hubo hace un par de semanas en Do It. Es más, yo la llevé a la tienda.

Ahora si tú me quieres sorprender con un detalle sorpresa, no me voy a molestar. No lo he hecho antes y no voy a empezar ahora, así que dale nomas, con confianza. Ya lo has hechos antes y te lo he agradecido con una inmensa sonrisa, y lo recuerdo hasta la fecha. Recuerdo, por ejemplo, aquellas veces que me permitiste ver al Eterno horas antes de las 12, o el mismo 25 por esas coincidencias de la vida, es más un 25 de diciembre fue que decidimos abrir un paréntesis y escaparnos de la realidad.

También recuerdo aquella navidad cuando el Oficial me sorprendió con su llamada justo a las 12, y una semana después, a la luz de un nuevo año, empezábamos unas nueva historia juntos. O ese 25 en el que justo antes de le medianoche me encontré con el Salmón, proponiéndome empezar algo que nunca logró despegar, pero recuerdo con una pizca de recelo y otra de cariño.

Entonces Santa, recuerda que mi casa es tu casa. El árbol está justo al ladito de la chimenea y en la mesita de centro te dejo un pedacito de panetón y una taza de chocolate caliente de la abuelita. Ahora que si quieres algo más acorde con la estación hay coca cola en la alacena y helado en la refri, sírvete con confianza.


Si, ya sé, soy muy consumista. No les pido que sigan mi ejemplo, critiquen con confianza pero díganme, no es bonito darle permiso a nuestro niño interior para que haga de las suyas al menos una vez al año. Y mientras dejan salir a ese pequeño que alguna vez fuimos, rescatemos el verdadero sentido de la Navidad, el nacimiento más importante de la historia y compartamos con nuestras familias y amigos ese poquito de tiempo que a veces inventamos y el montón de cariño que les tenemos. Agradezcamos todo lo que tenemos, pensamos en qué más hacer por quienes no corren nuestra suerte y derrochemos buenos deseos.

Espero darme un tiempo el 24 antes de las 12 para poder desearles una Feliz Navidad, como lo he hecho desde que este blog vio la luz, pero por si las moscas (y como en estos días el tiempo es un poco tirano conmigo) desde ya les deseo una bonita y muy feliz Navidad. Que todos, toditos sus deseos se cristalicen y que puedan recibir y brindar cariño a todos los que les rodean. Felices Fiestas y que esta no sea una noche con tanta paz, seamos bullangueros, que por algo somos latinos, pero eso si, si vana  reventar cohetes, háganlo de manera responsable.

Nuevamente, ¡¡¡¡Feliz Navidad!!!!

Canción para desear Feliz Navidad... Como saben a mi me fascina la Navidad, pero odio los villancicos, así que les dejo esta canción navideña que ya es tradicional en este blog por dos motivos: me gusta mucho y es parte de la banda sonora de mi película favorita (y no solo en Navidad, sino los 365 días del año), Love Actually. Todo lo que quiero esta Navidad es...

  

Esta es la canción que titula el post. Me da bastante nostalgia ponerla ya que la muerte de Cerati aún duele, y creo que seguirá chocándonos porque era un grande, era excepcional, era un genio y a Latino América le hacen falta genios. Trabajemos en eso estos días de fiesta y busquemos hacer cosas imposibles









  

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