Cómo ahuyentar a un hombre en cinco pasos
Estas sola, soltera, pero con algo de apuro. Ya destruiste, reconstruiste, aprendiste de tus errores (y horrores) y vuelves al ruedo, porque ya no quieres estar sola, entonces empiezas a conocer chicos, varios te interesan, pero sientes que la cosa no funciona y no tienes la más mínima idea de por qué. Aquí algunas claves (levante la mano si alguna se le hace conocida)
A pesar del flower power, el empoderamiento de las mujeres, la liberación femenina y demás teorías, el hombre sigue manteniendo su perfil de cazador, por ello no está bien visto de que la mujer sea quien dé el primer paso, pero puedes darle un empujoncito. Es decir, si te da señales claras de que hay atracción, pero no te dice nada, proponle una salida casual, pero solo eso. Déjalo elegir el lugar, la hora, o sea déjalo ser. Si te dice que no, es no. Asúmelo con la frente en alto y a otra cosa mariposa.
Bajo este principio podemos deducir una idea. A los hombres les gusta acosar, pero no ser acosados. Y de eso ya hemos hablados un montón de veces. Si le despiertas interés él va a estar ahí, puedes ceder si, pero con cautela y ni se te ocurra voltear la situación. Deja que él te busque, que llame tu atención y hasta que insista. Con esto no quiero decir que no lo empelotes, dale entrada pero solo la justa y necesaria. Por ahí que puedes enviarle un sms, escribirle al whatsapp, msn o llamarlo, pero solo para preguntarle qué tal.
No lo acoses con llamadas todos los días, ni le insistas en salir a cada rato porque lo único que conseguirás será que te califique de loca y deje de buscarte, porque si así eres como amiga, no querrá ni imaginarse como te comportarás al convertirte en su enamorada. Acosa a un hombre si no quieres verlo más en tu vida.
De esto se desprende otra idea para ahuyentar a un chico, o no volver a cometer el mismo error. Ellos aman y defienden con capa y espada su espacio. Por eso sus jueves de patas son sagrados, sus sábados de pichanga y fullvaso inamovibles. Y no esperes que eso cambie porque apareciste en su vida, puede negociarlo en casos extremos, pero no abandonarlo. O tal vez lo haga al inicio, pero en algún momento lo va a empezar a extrañar y querrá retomarlo, lo cual es lo más saludable del mundo.
Pongámonos racionales y en sus zapatos. Es lindo salir con él y andar de la mano de arriba para abajo, pero tanta miel empalaga, entonces es bueno que cada uno tenga y conserve esos espacios distanciados, porque estar con una persona no equivale a desaparecer de un plumazo a tus amistades, familia, compañeros de trabajo o de universidad y demás. La idea es balancear las horas de forma tal que compartan tiempo juntos, pero sigan frecuentando a sus amistades por separado. Difícil si, pero conversando todo se puede.
Eso si, el hecho de que él quiera compartir tiempo con sus amigos, sus compañeros de trabajo, su familia, su equipo de pichanga sabatina, amigos del barrio, su grupo del colegio y demás no quiere decir de que te deje de último y te dedique el tiempo que le sobre. Si ocurre eso, vete en una y ahórrate disgustos interdiarios y sensación de culpa cuando le pidas más de una hora por semana. Dale su espacio, pero exige el tuyo también.
Hombres y mujeres somos diferentes, pero no somos difíciles de entender. Hay un principio universal que jamás debes perder de vista. Si no todos, la mayoría de hombres tienen un pensamiento plano, ellos si pueden pensar en nada, cambiar de cara porque si, extraviar la mirada sin motivo, quedarse callados de pronto. Y todo eso no es una forma de lenguaje no verbal, es lo que es, así que leer entre líneas es un tanto inútil.
Así que no lo hostigues con preguntas del tipo ¿en qué estas pensando?, ¿estás molesto?, ¿por qué la miras tanto ah? o similares. Ellos nos facilitan la vida con un pensamiento sencillo, entonces devolvamos el favor y tratemos de ser un poco más directas. Si tú les dices no me pasa nada, pero pasa todo, no te van a insistir, así que hagamos el esfuerzo por el bien de ellos, de nosotras y de esta relación que no queremos arruinar.Si nos pasa algo, habla, cuéntale, explícale, haz catarsis y continúa con lo que venga. Después de todo una relación es sana, si tiene como cimientos la confianza y la comunicación.
No te alucines. Está bien pensar en el futuro, pero en el futuro cercano, por ejemplo que pueden hacer el fin de semana, en vacaciones, a lo mucho proponer un viaje a fin de año. Pero ni se te ocurra ponerte a hablar de buenas a primeras sobre la boda que sueñas en la catedral, la casa que quieres comprar con él, los nombres de sus hijos y el colegio en el que van a estudiar. No pues, hazlo solo si quieres que salga disparado por la salida de emergencia más próxima.
Las románticas empedernidas como yo habrán imaginado alguna vez el vestido blanco, la iglesia llena de azucenas, el salón inmenso con las mesas vestidas, la primera canción que bailarán con el flamante esposo y el destino de la luna de miel, por eso más de una vez hemos ojeado revistas de bodas, reseñas de matrimonios y sabemos cual es la última moda, si de partes se trata. No es necesario compartir ese gusto con él, porque a los hombres el compromiso no los entusiasma tanto como a nosotras. Llegado el momento, si nace espontáneamente de los dos, conversalo sin tanta alharaca. Despacito y buena letra, que si esta relación termina en la iglesia o el registro civil de tu distrito, será porque así lo quieren ambos.
Son cosas tontas, evidentes, previsibles, sin embargo siempre por algún motivo desconocido, o porque nuestra naturaleza de mujeres nos indica ser así, caemos en lo mismo, buscarlo desesperadamente, hablar demasiado, o muy poco, soñar desmedidamente, exigir más de lo que ese hombre, por más perfecto que sea, está dispuesto a darnos, o a ceder.
Eso es otra cosa, que al menos yo me he propuesto no hacer en una próxima relación, llenar a mi chico de atenciones. Ya lo he hecho y no he recibido absolutamente nada a cambio, y eso es frustrante. Que voy a tener uno que otro detalle, eso lo doy por descontado, porque está en mis genes, pero no voy a esmerarme en buscar el mega regalo porque si. ¿Quieres presentes, sorpresas y demás? Gánatelo, esmérate, sorpréndeme, y ya veremos. Eso de dar sin esperar nada a cambio es algo en lo que ya no creo.
Y, un último consejo, renueva y sigue construyendo tu relación, plantea cosas nuevas que ambos disfruten, hagan nuevos planes, trata de que a él le guste el tiempo que comparte contigo, así sea muy poquito, engrielo y déjate engreir. Sácale la lengua a la rutina y no cometas esos horrores que por ser mujeres, solemos permitir (y lo siento si suena machista).
Canción para no ahuyentar hombres idóneos... Y para estar atentas, porque cuando no lo estas buscando lo ves, y él te ve a ti, y si cuentas con demasiado almíbar ese choque de miradas puede que el chuequeado huya despavorido. Sin tanta miel, Fito Paez cuenta lo que le pasó con un vestido y un amor
Esto no tiene absolutamente nada que ver con el tema, pero TK ha lanzado un tema nuevo y antes de que cale en el gusto popular (en el mío ya caló hondo) repaso su anterior disco, Núcleo y les dejo esta canción que fue el corte promocional y, junto con Recuerdo, mi canción predilecta. Al final de una relación nos quedan fragmentos
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