Sex and the city... and me
Lo admito. La serie Sexo en la ciudad es, para mi, la mejor de todas, o al menos la mejor de los últimos tiempos. Mas allá de marcar parámetros en producción y moda (¿qué mujer no sueña con los fabulosos zapatos que compra Carrie?), rompió un mito y dijo en voz alta eso que nadie se atreve a confesar: Señoras y señores las mujeres también hablamos de sexo.
Sex and the city, la serie, no tenía la mas mínima importancia para mi, hasta que vi un capítulo, por causalidad, y me enganché. La vi en desorden, por canal Cosmo (si, ese es mi lado calabaza) los primeros capítulos y en un canal local pude ver completa la última temporada. Confirmé lo que todo el mundo decía: Sarah Jessica Parker es un ícono de la moda, la serie es una oda al consumismo y muestra que los tiempos han cambiado, ahora las mujeres pueden hablar de sexo en un café y nadie tiene por qué escandalizarse. Bueno, al menos en Nueva York no.
Después de terminada la serie, Perú hizo su versión y no funcionó. Era lógico. La serie de Carrie Bradshaw y sus secuaces son mujeres típicas, comunes y silvestres de una sociedad harto diferente a Lima. Aquí la doble moral y la cucufatería aun abundan. Todo el mundo sabe que las costumbres en cuanto a relaciones de pareja han cambiado, pero nadie lo dice (al menos no en voz alta), y hay otros tantos que prefieren hacerse de la vista gorda. Nuestra sociedad no esta preparada para ver algo como la serie de Parker, menos en prime time, por lo que Placeres y Tentaciones pasó a ser una caricatura de cuatro chicas limeñas, pitucas, con historias o algo sosas, o muy irreales, o totalmente faltas de moral.
La película me encanta, Ojo, solo la primera, la secuela me parece innecesaria, irrelevante, y algo frustrante. En la pantalla grande Sex and the City contó lo que todo el mundo se preguntaba tras el final de la serie, ¿qué fue de estas cuatro neoyorquinas después de que tras mucho trajinar, se redescubrieron y encaminaron sus vidas sin dejar de ser ellas mismas? Creo que no me equivoco al decir que Sex and the City, la película, tuvo resultados muy distintos a otras series que saltaron al cine. A esta pela, la taquilla le sonrió.
Cada vez que me quedo pegada a la película pienso en muchas cosas. Primero en los zapatos bellísimos que Carrie deja en el enorme walking closet del pent house en el que iniciaría su vida de casada. El look de su matri en el ayuntamiento es digno de copiarse. Es mas, si algun día me caso, yo quiero que mi boda civil sea así. Un vestido súper sencillo, unos zapatos de ensueño y una reunión chiquitita, enana, solo con la gente a la que amo (solo en el civil, la fiesta tras el matrimonio religioso vas a ser de revista, eso lo aseguro).
También pienso en cada uno de los personajes centrales. Miranda, Charlotte y Samantha reflejan a la enésima potencia una característica de cualquier mujer de cualquier parte del planeta. La metódica y seria, la romántica y cursi (levanto la mano), la ninfómana y divertida (levanto el dedo meñique y luego me escondo entre la multitud). Digamos que Carrie es el consumismo andante, pero también tiene algo de crítica . algo de romántica y algo de open mind. Tiene equilibrio y no me incomodaría hacer lo que ella hace. Es más, creo que la imito un poco, solo un poquito, cuando me siento a escribir un nuevo post. Insisto en que hace falta que en alguna revsita que circule en el país haya una columna que hable de las relaciones entre hombres y mujeres, los Monólogos de la Bajita en Somos se aproximaba, y si piden mi opinión, creo que deberían seguir publicándolos.
Pero Sex and the City no solo es sexo. También describe la amistad femenina. ¡Y vaya qué amistad! Esa que es auténtica, honesta, sincera, comprometida, lúdica. Esas amigas que creo, todas las chicas tenemos. Esa amiga que es confidente, compañera, incondicional, franca, que llora contigo, ríe contigo. Como en la película, te dice las cosas corriéndose el riesgo de que le quites el habla, o recorre miles de kilómetros para abrazarte en la noche de Año Nuevo. Esas amigas que le ponen pausa a su vida para acompañarte a esa luna de miel sin novio (mi momento favorito de la película, definitivamente).
Más allá de que las mujeres hablamos de todo y sin tapujos, ni falsas morales, Sex and the City describe como pocas producciones, la amistad entre féminas, asegurando que este lazo entre mujeres es una verdad universal. En relaciones de pareja un tercero sale sobrando (una vez lo dije, lo reafirmo ahora), eso es indiscutible, pero la opinión de las amigas tiene un gran valor y peso. Analicemos: señor X y señorita Y inician una relación. Señorita Y va a contarles a sus amigas con pelos y señales como va la relación con X y finalmente ellas pueden dar una opinión mas sensata y conciente de por donde van las cosas porque ya vieron enamorada a Y, vieron sufrir a Y, la consolaron y vieron como Y se ilusionaba nuevamente.
Big deja plantada a Carrie y todo el clan le declara la guerra. Ninguna aprueba que Miranda se haya separado de Steve porque él sacó los pies del plato, pero respetaron su decisión. Esas son las amigas, y tengo la suerte de decir que así son las mías. Se sumaron a mi causa cuando le puse la cruz a mas de un ex, celebran mis buenas nuevas, corrieron a abrazarme cuando lo necesité, reconocen cuando mis ojos se ilusionan, no se ilusionan tanto y se decepcionan, respetan mis silencios, me dejan volar, pero también son mi cable a tierra.
Todas las mujeres tenemos algo de las chicas Sex and the City, en mayor o menor medida. Yo tengo algo de Carrie, una pizca de Miranda, un toque de Samantha (ok, una cantidad grande) y cantidades inmesurables de Charlotte (fuí la Susanita de muchos grupos), pero a diferencia de ellas, yo no tengo solo tres grandes amigas, tengo muchas más que me complementan, me inspiran, me arrancan risas y dejan que yo les arranque una también.
Hombres del mundo, si quieren entender algo mas a las mujeres de hoy, del siglo XX1, las flower power, los códigos entre féminas, entre otras cosas, vean con atención un solo capítulo de la serie (y si tienen paciencia, tiempo y suerte, la película, ojo la primera) y después conversamos.
Por si queda alguna duda, me encanta Sex and the City, la serie y la película. Cuando encuentro a cualquiera de las dos, una tarde o noche cualquiera haciendo zapping, el mundo se detiene y me quedo viéndola. Porque soy consumista, porque me encantan los zapatos, porque me encanta ver hablar a estas mujeres sin guardarse nada, porque yo también tengo mis chicas Sex and the City.
Canción para celebrar a las chicas Sex and the City.... y para festejar a las amigas en general. Porque no importa si no opinamos igual, si nos peleamos, si dejamos en claro nuestras diferencias insalvables, siempre estaremos allí, y eso es lo que importa
Y ya que hablamos de series, películas, canciones de película y Bon Jovi, tengo que poner si o si esta canción. No será la mejor película del mundo, pero si tiene a un galán de aquellos y a una tremenda actriz. Aunque este tema no lo canta Bon Jovi, su versión es uno de los momentos mas recordados de aquella histórica noche del 29 de setiembre del 2010. Vamos con la original, para todas nosotras, las mujeres bonitas
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