Víctima de afecto

Hace algunos días conversaba con una amiga y ella me dijo una gran verdad "a los hombres les gusta que los traten mal". Es cierto, si un pata te está rondando y tu respondes sus gestos con indiferencia, van a seguir ahí dando vueltas y vueltas hasta que les hagas caso. Es en ese instante en que ellos te cantarán con la misma moneda yo te lo pagaré y van a responder con frialdad cualquier detalle. Pero, ¿cuánto estamos dispuestas a tolerar?, ¿a nosotras también nos gusta el maltrato?

 
 
No nos hagamos las locas, que todas hemos pecado de drama queen por lo menos una vez. Tenemos talento para hacer de sufridas heroínas de telenovela, damas incomprendidas, doncellas desvalidas y demás en algún momento de nuestras vidas. Tras una pelea, desacuerdo, ampay o lo que fuera corremos a desahogarnos y contarle nuestra trágica historia de amor a las incondicionales amigas, las mismas que te van a escuchar, te van a consolar, te van a sacar arrastrando de tu depresión y, por supuesto, van a ponerle la cruz del odio al patán que te ha puesto en tan calamitoso estado. Le van a recordar a toda su familia materna, le van a hechar la maldición tailandesa, lo van a mandar a la hoguera en nombre de la solidaridad de género y de la amistad que las une a ti. ¿Para qué? Para que una vez superado el traspié y conversado como gente adulta, tu vuelvas con el sujeto este y tus compañeras de camino tengan que morderse la lengua.
 
Si ocurrió una vez y en realidad fueron palabras maldichas, o mal interpretadas, pasa. Si se repite la situación porque, bueno, se dieron cuenta que hay una incompatibilidad solucionable, ok, se comprende. Pero si el problema es materia de discusión diaria, que prefieren evitar para no terminar peleando, sin embargo procuran sacarla a la luz en cada enfrentamiento, no pues, ahí ya estamos en un menudo lío. Si algo no va, no va y ya. Haz tu pataleta, llora que eso ayuda, maldícelo todo lo que quieras, escucha esas canciones que fueron el soundtrack de tu relación con una caja de kleenex al lado, luego sal, respira, limpia tu  cara y deja que el tiempo haga su chamba. Para decir adiós hay que tener voluntad y la leve esperanza de un reencuentro decía la Bisso. Por pura precaución olvídate de las esperanzas y ármate de todo el valor que puedas, Supéralo, piensa que de peores situaciones haz salido solita, y siéntete orgullosa de eso (para andar ese camino con las indicaciones del caso lee el post anterior).
 

Yo no creo en el amor serrano. Eso de más te pego, más te quiero no es cierto. No es admitible para una mujer que tiene dos dedos de frente y al menos una neurona funcionando en óptimas condiciones. Pero, ¿pensamos igual cuando el golpe no deja huellas físicas?  Si, el abuso físico, sexual y verbal es inaceptable, denunciable y condenable. ¿Qué pasa con el maltrato emocional y moral? Ese pasa desapercibido, no requiere de ojos morados, huesos rotos, ni ofensas retumbando en los oídos, pero deja magullones invisibles que nosotras pasamos por alto, porque estamos ilusionadas, y en ilusión - landia no hay límites, vale todo.
 
Ejemplo 1.- Fulanita conoció a Don Tramposo un fin de semana. Don Tramposo es "el prospecto". Carrera concluída, mega puesto en la mega empresa, vive solo, tiene su pinta, habla bonito, es un galante caballero (como dice Albita, él es un tipo chévere). Entonces Fulanita deslumbrada empieza a salir con Don Tramposo y todo bien, hasta que cierto día ella llega al departamento de él y justo en ese momento, está despidiendo a una "amiga". Antes de que Fulanita inicie el interrogatorio de rigor, Don Tramposo le explica, con una riquísima frescura y calma, que es una ex, que ahora son amigos y ella había ido a visitarlo (si papito, y yo soy Britney Spears).
 
La visita de esta supuesta ex, es sólo la punta del iceberg. También hay llamadas que él contesta nervioso y de manera tajante cuando Fulanita está cerca. Fulanita no conoce a sus amigos, ni a sus familiares porque total, sólo estan saliendo y como nuestra amiga es recontra open mind, no le presta importancia a esas formalidades. Pero si al hecho de que vuelve a encontrar a Don Tramposo en el cine con otra "buena amiga", y en un bar al lado de una chica a la que el quiere como si fuera "su hermana", y subiendo a su auto a una "compañera de chamba" que le pidió que la jalara, y caminando con la "hija de la mejor amiga de su mamá" que está de visita y le pidió que haga las de guía turístico. Fulanita no es tarada, sabe que él sale con ella, y con 20 chicas más, pero se lo perdona porque no son enamorados, aunque cuando estan juntos parece que si, y porque está ilusionada y cree que con el tiempo Don Tramposo se dará cuenta que ella es la mujer de su vida y dejará a todas las amiguitas con las que suele salir.
 
¿Y el aguijón que hinca en su estómago cuando lo ve con sus ex, amigas, casi hermanas, compañeritas de trabajo y demás? Bueno, si, a Fulanita le duele, pero no importa porque llegará el día en que Don Tramposo cambie... si claro, cuando los sapos bailen flamenco.
 


Ejemplo 2.- Menganita conoció a Mister Pendex en la universidad. Se caen bien, llevan varios cursos juntos y coinciden en uno que otro grupo de trabajo. Hay química entre ellos, conversan, ríen mucho, tienen intereses similares, se van a especializar en lo mismo, ojo que Mister Pendex tiene enamorada. Una enamorada que a Menganita no le simpatiza, aunque ese es un detalle intrascendente. Una tarde, después de los siempre extenuantes exámenes finales, Menganita y Mister Pendex salen a beber.  Por causa del alcohol, la desbordante felicidad de concluir un ciclo más y la proximidad del verano, Mister Pendex está particularmente efusivo y de pronto besa a Menganita.
 
No solo la besa, sino que le dice que le gusta, que le ha tomado cariño, que es la chica mas linda de la facultad (¿y su enamorada? no, ella estudia otra cosa) y un extenso bla, bla, bla. Cuando Menganita sale del shock post beso inesperado solo atina a preguntarle "¿y tu enamorada?". Mister Pendex le cuenta que está con ella mas por costumbre que por otra cosa, que hace rato ya no le mueve el piso, ya no siente lo mismo y que va a terminar con ella porque la cosa no da para más. Va a poner punto final pero después de Navidad, y Año Nuevo, y Bajada de Reyes, y San Valentín, y Carnavales, y Semana Santa, y comienzo de clases, y día de la cebolla... y nada de nada.
 
En todo este tiempo Menganita y Mister Pendex han seguido besándose y saliendo, pero a espaldas de todos, especialmente de la enamoradita, que a lo mejor lo sabe, pero canta voz en cuello la canción de Shakira bruta, ciega, sordo muda. Menganita también se hace la desentendida, está jugando el papel de la querida (por no decir la amante, o la otra) y le gusta estar al lado de Mister Pendex, en el fondo sabe que él jamás va a terminar con su enamorada, o tal vez tiene la vaga esperanza de que algun día lo haga ¿Este papel de amante le gusta? No. ¿Le hace bien? Tampoco. ¿La destruye emocionalmente? Si. Pero su corazón, y valgan verdades sus hormonas, anulan la razón. Menganita piensa que no le hace daño a nadie.... solo a ella misma, pero puede soportar el dolor, ella dice ser valiente.
 

Estos son solo dos ejemplos de los muchos que hay en el universo. Muchas veces porque se nos da la gana nos entrampamos en relaciones (o peor aun, no-relaciones) nocivas, dañinas, autodestructivas y nos quedamos felices de la vida porque estamos cegadas por la ilusión, por nuestro tonto corazón y por una descarga hormonal que se escapa de nuestra manos. ¿Podemos evitarlo? Si. ¿Cómo? Pues hablando, porque dicen que hablando se entiende la gente. Las cosas claras desde el principio, asi sabemos en que clase de relación nos estamos metiendo, en una de verdad, en una clandestina, en una de amigos con derecho, para saber que terreno pisamos y no patinar, caernos y dejarnos esos magullones tan difíciles de curar, y de ocultar.

Otra buena idea es conocer a la otra persona antes de aventurarnos. Pero conocerlo bien, recontra bien. Ponerlo en un montón de sitauciones y tantearlo. Tomemos en cuenta de que cuando un hombre desea que se le preste atención se luce, saca lo mejor de si, todas las virtudes que posee, y las que no  también, para después ¡zas! mostrarse tal cual y reventar esa idea que teníamos de él. Por eso, si un pata es muy perfecto, sospecha, y si te tropiezas con uno que muestra sus defectos y manías, celebra, porque es auténtico. Si ya se que suena un tanto imposible, pero yo creo que aun hay hombres que valen la pena y que estan disponibles (fe ciega).



Se nos pemrite ser drama queen y tener historias sacadas de una enciclopedia de cuentos de terror, siempre y cuando nos suceda por casulaidad, y no porque miramos a otro lado cuando aparecen las señales de alerta en nuestras narices y terquísimas nos involucramos mas, y mas, y mas, y no paramos hasta ver nuestros corazones hechos puré. Siempre están nuestras amigas para escuchar nuestros dramas, pero ellas también tienen sus propias paltas ¿les parece si les ahorramos trabajo y evitamos golpecitos para una próxima ocasión? Yo prometo hacerlo, porque ya se me acabó la crema para los golpes y maquillar los moretones me da mucha flojera.

Canción para ser una drama queen... porque de vez en cuando no hace daño, siempre y cuando querramos jugar ese papel y no dejar que nos den golpes que demoran en sanar. Natalie Imbruglia es una de mis cantantes favoritas por su voz y sus ojos de loca. Ella a veces se siente atormentada


Esta canción titula el post. Más de una vez la he bailado y he reparado en su letra, mientras mas daño me haces ¿mas me gusta eso? Si a él le vacila, su problema, a mi si me quieres, quiéreme bien y bonito, si no, puedes irte con tu palabreo y tu pinta a otro lado






 
   
 
 

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