¿No relación?
Hace varios años el diccionario de las parejas ha cambiado. Las landias se han proliferado, dibujado y desdibujado a su antojo, y en ese panorama aparecen las no - relaciones. Pero precisamente, ¿qué son esas relaciones que no son precisamente una relación?
Si pero no, no pero si. Suena a trabalenguas (y también es el trozo de una canción de Jarabe de Palo), pero para definir una no-relación, y no morir en el intento, primero debemos conocer lo que significa una relación. Veamos, la RAE dice: Conexión, correspondencia, trato, comunicación de alguien con otra persona. Es decir entablar un lazo con otra persona por mutuo acuerdo. En esta definición bastate técnica no figura un término que me parece clave para entender lo que es una no-relación.
La RAE no indica que en una relación debe haber compromiso. Este concepto es lo que diferencia una relación de su opuesto. Una relación como debe ser supone una preocupación sensata por la otra persona, la intención de conocerla mejor y de abrirse para ser descubierto, esas ganas de pasar horas con el otro/a hablando de todo, o simplemente matar el tiempo. Darle espacio a la complicidad para que nazca y con ella, empiecen a aparecer esas sonrisas de travesuras y esas bromas entre dos. Es decir, un compromiso, cos que una no-relación no necesita porque es algo mas light, algo que es, pero no es, algo que parece, pero es solo la fachada de la nada.
En el lenguaje cotidiano creo que muy poca gente dice: "tengo una no-relación con Fulanito". Las no-relaciones pueden camuflarse bajo la categoría de estamos saliendo. Uno llega a estamos-saliendo-landia y hay dos caminos. Por un lado puedes ir conociendo a esa persona, descubriéndola, redescubriéndote y finalmente pueden migrar a enamora-landia o no-pasa-nada-landia. En este caso estamos-saliendo-landia es una estación de paso en la que se va tanteando, pensando, decidiendo.
En el lenguaje cotidiano creo que muy poca gente dice: "tengo una no-relación con Fulanito". Las no-relaciones pueden camuflarse bajo la categoría de estamos saliendo. Uno llega a estamos-saliendo-landia y hay dos caminos. Por un lado puedes ir conociendo a esa persona, descubriéndola, redescubriéndote y finalmente pueden migrar a enamora-landia o no-pasa-nada-landia. En este caso estamos-saliendo-landia es una estación de paso en la que se va tanteando, pensando, decidiendo.
Pero del otro lado está el estamos-saliendo-landia sin salida. Bueno, en realidad hay una pequeña salida de emergencia que aparece con el tiempo, cuando las personas que caminan juntas en este barrio o se sinceran y deciden cortar por lo sano porque se dan cuenta que no llegan a ningun lado, o se aburren. Lo que ocurra primero. Cuando estamos-saliendo-landia se convierte en el barrio habitual hay intranquilidad, inestabilidad, desequilibrio, pero también una cuota de adrenalina, por lo que quienes se encuentran allí la pasan bien. Eso si, no vale pensar en el futuro. O sea, si puedes pensar en una próxima salidilla, pero un futuro lejano, planificado y socialmente aceptado, no. Eso implica compromiso, y en las no-relaciones el comprmiso no existe.
Que una no-relación puede quitarse la negación y tener final feliz, pues si, como romántica empedernida que soy creo que si pueden haber casos. Pero por lo general uno se involucra en una no-relación para pasar el rato. Si, puede gustarte esa otra persona, puede haber atracción, ligero interés y hasta alguito de química, sin embargo hay algo, que nunca se sabe con exactitud qué es, que no encaja. Eso que se desconoce es lo que hace que una no-relación nunca prospere.
Es como pisar arenas movedizas. ¿Quién se atreve? Nadie, a menos de que quiera hundirse. Entonces ¿por qué involucrarse en una no-relación? Porque hay un no se qué en esa otra persona. Puede ser porte, carita linda, cuerpazo, sentido del humor, astucia, o esa cualidad que no se encuentra así nomás (billetera también vale), pero según vamos conociéndolo mas, nos damos cuenta que no va, no da para más. O de repente el otro es el tipo malo, con el que una quiere aventurarse, pero nunca tan en serio. Al menos no, si hablamos de una persona con pleno uso de sus facultades mentales. Está bien perder la cabeza y que el amor tenga una piza de locura, pero tampoco, tampoco.
Una no-relación es divertida siempre y cuando se tome en cuenta una regla importantísima: quien se enamora, pierde. Y duele perder. Porque mientras te das de bruces contra el suelo, al no ser correspondido, te das cuenta de que esa inofensiva no-relación camuflada en el estamos saliendo no solo te destrozó el corazón. También hizo añicos el tiempo, energía, ilusión y, finalmente, amor depositados en otra persona que no te quiere, al menos no como pareja. En una no-relación la pasión abunda, pero al corazón es mejor esconderlo en una caja de metal. De ser necesario depositarlo allí enmarrocado, y que no nos de pena, porque es por su bien. Y por el nuestro también.
Vivir para contarla. El DJ y yo tuvimos una no-relación larga. Había amistad, química, compañía y hasta alguito de complicidad, pero yo no encajaba en el prototipo que él estaba buscando (eso y otras señales que yo le daba y él interpretaba como falta de interés, si lo sé, sobreactué y patiné mal, muy mal). Por lo tanto lo que hacíamos era pasar el rato, pero estaba bien porque ambos estábamos en la base 2, y en esa base está permitido divertirse sin pensarla tanto, caerse, tratar de levantarse, volver a tropezar y así. Sobrevivir como se pueda. Como dijo mi estimada Sarah Jessica Parker bajo el papel de Carrie en Sex and the city, la película, para eso son los 20, para pasarla bien. A los 30 aprendes las lecciones y a los 40 pagas los tragos.
Entonces una no-relación es una conexión entre dos personas en donde no existe la palabra compromiso, y todo lo que trae consigo: compañía, incondicionalidad, respeto, cariño, y una larga lista de etcéteras. En donde existe la pasión, pero nunca el amor. En donde se deben respetar algunas reglas. La primera e inalterable es que al amor dile NO. Al menos al amor bien concebido. Por lo tanto no se apuestan sentimientos, y por si las moscas construímos altos muros de concreto para protegernos, y para proteger a nuestro corazón.
¿Es una mala decisión meterse en una no-relación? No lo creo, y no opino sobre ello. Simplemente es una elección que depende de cada quien. Como en todo, siempre hay un riegso que se puede correr, o evitar, pero hay que amar para vivir, y vivir para contarla. Yo ya lo pasé y aprendí la lección, dolió caer y quedarse con un montón de recuerdos desperdigados por todos lados. El tiempo hizo su trabajo y ahora sonrio cuando recuerdo lo que pasó, y solo por precaución cuando escucho radio por las mañanas procuro cambiar de dial.
Canción para aventurarse.... Esta mañana escuchaba esta canción y me remitió al DJ, que equivale a esa única vez en que me metí de narices a una no-relación con pleno conocimiento de causa y salí perdiendo. Si, él me arrancó el corazón, pero por suerte lo dejó a la mano, como para que yo lo reocgiera, lo recosntruyera y le jurara protegerlo con uñas y dientes
Para mi, este es un momento dorado del cine local. En "Un día sin sexo" de Frank Pérez Garland, Lisa (Melania Urbina) es la chica fresca, aventurada y desenvuelta que no se hace paltas, porque ella no está enamorada. Hasta que decide ponerle fin a su no-relación, aunque le cueste, y le costó porque ya se había enamorado. Seamos honestas, ¿alguién le diría no a Fabricio Aguilar? Bueno, Lisa si lo hizo, y yo la aplaudo de pie
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