La luna de abril
Esta semana vino repleta de recuerdos. Así, uno tras otro, llegaron tres fechas para recordar a tres personas diferentes. Dos marcaron época, y uno parece que esta por hacerlo. Yo eso espero y lo espero. Y mientras espero lo recuerdo, evocando los detalles de ese sábado de abril en que nos conocimos.
Era un sábado de abril por la noche. Era una noche particualrmente aburrida. Yo acababa de terminar una relación larga e "importante" y disfrutaba al máximo de mi libertad recién recuperada. Pero ese sábado por la noche no iba a salir, había ley seca y yo, ciudadana responsbale, respetaba la ley. Así que decidí escapar de mi aburrido encierro y entré al chat para matar las horas de esa noche otoñal. Allí estaba él. No recuerdo porque le hice el habla, creo que me gustaba su nick. Conversamos horas y finalmente intercambiamos correos.
Al día siguiente seguimos con la conversa. Nuestras coincidencias me sorprendían. Habíamos estudiado en colegios de la misma congregación, en algun momento de nuestras vidas contemplamos la posibilidad de estudiar literatura, éramos románticos, detallistas y, tal vez lo mas importante, los dos estábamos recién salidos de relaciones importantes. Claro, él había terminado por razones muy diferentes a las mías. Un tiempo después, tras la cancelación de la "primera cita", conocí los motivos por los que había acabado su relación. Me causó algo de lástima, decidí andar con cuidado y entablar una amsitad, exclusivamente eso.
Durante meses nos comunicábamos por Internet y charlábamos horas de horas. Hablábamos de todo, de música, de política, de nuestras historias universitarias, de las historias de nuestros amigos, de bares y otros huariques, en fin, de todo. Y por horas. Así fue durante un año. Un año encontrándonos en el msn, conversando, contándole cosas a veces interesantes, otras tantas irrelevantes. La pasábamos bien. Y después de un año él me dijo, es ahora o nunca, quiero conocerte.
Nos pusimos de acuerdo. Era un sábado, eran fines de abri, era otoño. Él me advirtió que me esperaría puntual, pero igual llegué con retraso. Nos encontramos, nos miramos, sonreímos y empezamos a caminar. Entramos a un café, en realidad era un chifa disfrazado de café y ahí descubrimos una nueva coincidencia, a los dos nos gustaba el vino. Pedimos una botella. Empezó a develarse y no dudó en mostrarme su fascinación por Calamaro (no por gusto le dicen El Salmón) y brindamos por eso. Hablamos de nuestras carreras, de nuestro pasado, de nuestras familias, de nuestros gustos.
Decidimos salir y seguir caminando. Fuimos a un parque y nos quedamos boquiabiertos porque todo era perfecto. La noche era perfecta. El cielo estaba despejado, había una que otra estrella y había luna. La luna de abril. Mejor que eso, todo se estaba dando de una forma natural, espontánea, sin disfuerzos, sin sorpresas desagradables. Durante ese año de comunicación nos habíamos llegado a conocer realmente, no habíamos exagerado en nada, y creo que en estos tiempos en que el chat es un peligro inminente, sobre todo para adolescentes curiosas, encontrar a una persona honesta es un gran golpe de suerte.
Tan bien se estaba dando todo que en el momento menos pensado nos besamos. Sonaba de fondo Canción de Amor, de Gianmarco. Parecía una película romática de bajo presupuesto, y eso lejos de darnos risa, nos enternecía. La pasamos genial, y en adelante marcamos esa salida como la más romántica y perfecta de todas las citas del mundo.
Seguimos en contacto, apareciendo y desapareciendo. Él metido en sus cosas, yo en las mías. Con intenciones de volver a salir, en algun momento, mas adelante. Así se nos pasaron los años, recordando esa fecha en común cada vez que coincidíamos en el msn. O cuando me llamaba por teléfono, de vez en cuando y sin un motivo, solo para saber como estaba, o como dice Franco de Vita, para oír mi qué tal.
Hasta que hace un par de años, una noche después de Navidad todo cambió. Por enésima vez hablamos de esa cita perfecta y me planteó repetirla. Obvio que acepté. Pero se encendieron mis señales de alerta cuando me dijo que sería bueno repetirlo semana tras semana. No me daba para tanto porque me conozco, y hacer de esas escapadas una rutina iban a lograr una sola cosa, que me tome licencias que no tengo, al menos no oficialmente. Sorprendentemente él, de forma resuelta me dijo que esa era la idea, que a él le gustaría que yo me tomara esos permisos. O sea, en cristiano, quería intentar algo más que una amistad.
Me quedé helada y con la propuesta dando vueltas de bailarina de ballet en la cabeza. ¿Arriesgarme o no?, ¿darle la mano y a lo que venga o no?, ¿aventurarme y subirme al globo aerostático o quedarme en tierra firme?, ¿saltar al vacío o aferrarme al piso?
De ese día a la fecha ha pasado algun tiempo. Sin embargo, se que la propuesta sigue en pie, me lo ha recalcado varias veces. Hace varios años, cuando nos conocimos decidí que solo íbamos a ser amigos por las circusntancias de ese momento, pero ya han pasado seis años. Seis años que no han pasado en vano. Somos distintos a esos chicos que se conocieron una aburrida noche de abril, pero en esencia los mismos. Ese no era nuestro momento, tal vez este si lo sea. O a lo mejor no. No lo se, solo quiero sentarme a conversar con mi corazón, decirle que vamos a probar, y si funciona volveremos a conversar. Como dijo Alicia Bisso (mi mentora) una no sufre por las puras. hay que tomar precuaciones y viajar, pero con cinturón de seguridad y bolsa de aire, por si acaso.
De ese día a la fecha ha pasado algun tiempo. Sin embargo, se que la propuesta sigue en pie, me lo ha recalcado varias veces. Hace varios años, cuando nos conocimos decidí que solo íbamos a ser amigos por las circusntancias de ese momento, pero ya han pasado seis años. Seis años que no han pasado en vano. Somos distintos a esos chicos que se conocieron una aburrida noche de abril, pero en esencia los mismos. Ese no era nuestro momento, tal vez este si lo sea. O a lo mejor no. No lo se, solo quiero sentarme a conversar con mi corazón, decirle que vamos a probar, y si funciona volveremos a conversar. Como dijo Alicia Bisso (mi mentora) una no sufre por las puras. hay que tomar precuaciones y viajar, pero con cinturón de seguridad y bolsa de aire, por si acaso.
Canción para recordar la luna de abril... y para sentir una nostagia alegre, para ponerse optimista, abrir las cortinas y ventanas de par en par y pintar todo de colores pastel, o neón, segun sea el gusto del nuevo habitante
No se si él lo sepa, pero cuando veo un edificio en construcción lo recuerdo (es ingeniero civil), cuando paso por la PUCP también (es ex alumno de esa universidad) y cuando escucho a Calamaro me pongo de buen humor, porque no por gusto él es El Salmón, y segun sus propias palabras, El Salmon logra lo que se propone (espero que no este en sus planes romperle el corazón a esta ilusa por naturaleza). Y utilizando las mismas palabras de Calamaro (y de Vicentico en algun momento) no quisiera yo morirme sin tener algo contigo
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