Respetos guardan respetos
Faltando muy poquito para celebrar el Día Internacional de la Mujer, la coyuntura nos pone en frente dos casos en los que vemos que nos falta un montón para alcanzar la equidad de género. Como mujeres pensantes no buscamos ser más que los varones, buscamos igualdad en todos los ámbitos, incluido derechos y respeto, lo que nos corresponde, no por tener XY en nuestra composición genética, sino porque somos humanas y valemos.
Muy a mi pesar, no tuve la oportunidad de ir al Alternativo Fest, aunque me parecía genial que participen agrupaciones de salsa y cumbia, en un festival que era exclusivo para el rock nacional. Total, todos los músicos peruanos deben tener la oportunidad de tocar en vivo y darse a conocer. Y los melómanos nos contamos por montones. De un tiempo a esta parte, los festivales muestran gran respeto al público, siendo rigurosos en el tema de horarios y tiempos de duración, lo cual demuestra profesionalismo de parte de los organizadores y, por supuesto, de los artistas.
Todos sabemos lo que sucedió en el último Alternativo Fest. Daniela Darcourt, salsera a la que admiro ya que tiene una trayectoria limpia, llegó a las 10:38 pm, cuando su presentación estaba programada entre las 10:00 y 10:30 pm. Solo interpretó una canción en medio de abucheos y pifias, ya que el público estaba molesto, y con razón. Sin embargo, esto no justifica la pataleta que hizo Salim, de Líbido, otra banda que me pone, y un montón. Marcarle la hora, y terminar por tirar el parante del micrófono es violencia, ni más ni menos. Y la gota que derramó el vaso fue su argumento de "así es el rock'n roll cariño", para explicarle a Darcourt lo sucedido.
Los dos estuvieron mal, si. Los dos deberían pedir disculpas al público, si. Hay una cuestión de género, si, pero en nombre de la equidad, no vamos a decir, pobrecita Daniela, y qué matón es Salim. No, la salsera tuvo una grave falta, que de repente no es culpa directa de ella, sino de su manager, que la repleta de compromisos de un cono a otro, sabiendo, de ante mano que no va a llegar, ya que el tráfico horroroso de Lima, nos complica la vida a todos. Y el reclamo de Salim, solo hizo leña del árbol caído. Solo nos queda decir que ni el rock, ni la salsa, ni el pop, ni la cumbia, ni la equidad, por supuesto, es así.
De otro lado, está el triste episodio protagonizado por Olga Poblet Sullaza, más conocida como la fresca, por decir lo menos, que no permitió que un hombre con un coche de bebé, y bebé, ingresaran al ascensor del Real Plaza Salaverry. Yo he ido cientos de veces a ese centro comercial, y jamás he utilizado el ascensor, porque es pequeño, se arman colazas en frente y porque hay un cartel gigante que indica el uso prioritario para personas con discapacidad, con bebés en coche o brazos, mujeres embarazadas, o ancianos.
¿Qué parte no le quedó clara a la mujer esta (porque está claro que no merece el título de señora)?, ¿tiene un coeficiente intelectual tan bajo que no comprende lo que es uso prioritario?, ¿cree que por ser mujer merece maltratar a un padre de familia?, ¿se siente con más derecho que un hombre con bebé, simplemente por tener vagina? Olga Poblet, tú no has hecho valer ningún derecho, ni te has convertido en abanderada del movimiento feminista. Tú eres una ignorante, y lo que has hecho es una falta de respeto, ni más, ni menos.
Claro, Poblet se excusa, pide disculpas, que no la sigan atacando y señala que si el trato del dueño del coche hubiese sido más cortés, ella habría abandonado el ascensor. Todavía no termina de procesar que le hombre no le estaba pidiendo ningún favor, estaba exigiendo un derecho, y él si se convierte en delegado de los padres que asumen su rol y no tienen problema de llevar a su bebe en coche o brazos, y que pueden utilizar los espacios reservados.
Si bien este post está referido al Día Internacional de la Mujer, los casos tratado aquí hablan de respeto. De un tiempo a esta parte, las mujeres nos hemos puesto ultra feministas, algunas creen que simplemente por ser mujeres tienen más derecho, cuando no es así, y el 8 de marzo no es una fecha para celebrar, es una fecha para revisar lo avanzado y comprometernos a seguir trabajando por la igualdad, no por el favoritismo.
Somos mujeres, no eternas víctimas, aunque puede parecer por las cifras de feminicidios, violaciones, agresiones y demás, y el 8 de marzo conmemoramos a esas mujeres que a punta de esfuerzo, fueron conquistando derechos de los que ahora, tú, amiga lectora, y yo, disfrutamos como lo más normal del mundo. También es una ocasión para revisar todo lo que nos falta avanzar, que es un montón, siendo la primera tarea pendiente, erradicar el micromachismo en nuestros hogares, centros de estudios, labores,grupo de amigos, círculo social, o donde andemos.
Por último, recordemos que el mejor regalo que podemos recibir de parte de un hombre, es su respeto y su unión a nuestra causa, aunque un saludo sincero, unas flores, un chocolatito, un regalito en general, jamás será despreciado. El hecho de ser feminsita no nos convierte en malas gracias, consciente pues chicas.
Canción para exigir respeto... Como decía al inicio del post, ser humanas nos hace merecedoras de respeto, cosa que todo el mundo dice, pero no todos aplican. Nos corresponde y nos lo ganamos por la manera en que somos y tratamos al resto, no por nuestra forma de vestir, cosa por la que me he mechado en los últimos días, tratando de ser lo más respetuosa posible (juro a los afectados que se los aclaré con todo el cariño posible, y valiéndome de la confianza ganada)
Ya que hablamos de Daniela Darcourt en este post, aprovecharé la ocasión para compartir una canción harto conocida de ella, que debo confesar, me encanta y puedo escuchar 20 veces al día sin aburrirme. Probablemente esté desarrollando, de nuevo, mi gusto por la salsa
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