Querido Santa

En los últimos años, mi espíritu navideño, tan festivo y jacarandoso, anda medio extraviado. Pensaba en eso el otro día, y justo frente a mis ojos, apareció un buzón lleno de cartas a Papá Noel. Eso me hizo recordar mis años mozos, tendría unos 5 o 6 años, y mi abuelita me llevaba de la mano a la oficina de correos, a depositar una cartita en la que le detallaba todos mis deseos a Papá Noel, para que ponga a trabajar a sus duendes, porque yo siempre estaba en la lista de niñas buenas. Hace algunos años emulé aquella tradición aquí, y a falta de ideas, me animo a hacerlo una vez más.


Querido Papá Noel: ¿Cómo andas? Si, ya sé que para variar te escribo un poco tarde, y que este año no tengo justificación porque tus duendecitos ya te datearon que no me he presentado a trabajar, puntualmente, buscando por todos lados los regalos perfectos para toda mi familia y amigos. Comprende Gordito, que la recesión me desanima un poco, y no hay festividad que revierta ello. El año pasado, le hice la competencia a tu querida Mamá Noela, y me metí a la cocina, a hornear alfajores para regalar, y este año he defendido a capa y espada mi título de Princesa del Ahorro, respetando el presupuesto pactado para cada regalo.

Aunque el consumismo me gana en Navidad, y no hay película, libro de autoayuda o mensaje solidario que me haga cambiar, Grinch no soy, no está en mi genética, y creo que si me propongo serlo, no me saldría natural, no convencería y caería en el evidente difuerzo. Al margen de ello, no seré Santa Tersa de Calcuta, ni la Beatita de Humay, pero haga mi máximo esfuerzo por portarme bien, e imagino que algo de mérito tiene hacer el esfuerzo, y por eso mismo, asumo que mi nombre debe estar en la lista de niñas buenas, busca bien por favor. Este año no pienso coimear duendes, porque desterrar la corrupción empieza en casa.



¿Ya encontraste mi nombre? Entonces, paso a detallarte mis deseos navideños. presta atención, y si algo no te queda claro, avísame y te lo detallo, recuerda que aunque los años me han hecho cambiar un poco, sigo siendo paciente, a veces demasiado. Esto es lo que quiero:

- Jabones artesanales. Pueden ser los Herva Dolce de Natura, o Heno de Pravia, o Dove, ya pues, ya, pero esto es prioritario, porque es algo que uso de manera obligatoria, diariamente, y este verano, que parece que será abrasador, me va a obligar a correr a la ducha, más de una vez por día, aunque tú sabes bien que yo me baño dos veces al día, sea verano o invierno. Limpieza es salud.

- Una agenda. Puede ser de Mafalda, de Maitena, de Disney, o la que está de oferta en Casa Ideas, o esa de precio recontra módico que vi, sin mucho entusiasmo, en Plaza Vea. No te puedes quejar, estoy bastante flexible este año.

- Zapatos, y al por mayor, ya que la humedad me obligó a desechar unos cuantos pares con el dolor de mi corazón. Necesito unas slaps; dos pares de alpargatas, unas negras y las otras cremas, o un solo par que combine ambos colores; sandalias de vestir con las franjas cruzadas, como las que vi con tanta emoción en Azaleia, o en la galería 5 Continentes del Centro, ya te dije que soy misericordiosa; y un par de zapatos marrones Mery Jane, con punta redonda, correíta y taco 5.

- Un vestidito veraniego, una blusita off shoulder y un capri o short moderado en colo entero que le haga juego. Para facilitarte las cosas y no te hagans problemas, o me pongas como excusa el tema de la talla, regálame una gift card y yo me encargo de todo. Es más, hasta lo envuelvo para no descartar el efecto sorpresa.


- Libros. Ayer revisando Somos, me encontré con que han salido varias novedades literarias, sumadas a esas publicaciones que no pude comprar en la feria Ricardo Palma. Encontrando bajo el árbol las dos ediciones de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes. H & H, Nunca seremos normales y No la llamen Cruela de Vil, me conformo.

- Una entradita para ver a Lenny Kravitz. Tú sabes que a mi Luis Miguel no me emociona, y me sentí media bicho raro cuando todo el mundo reventaba cohetes y festejaba la noticias de que el cantante este venía, y a mi no se me movía un pelo. Pero, no lo vamos a comparar con Lenny, pues. Él es meno fashion, nada posero y se conserva mil veces mejor que Luismi. Aprovecho el tema, para felicitar de manera pública a los organizadores de Viña 2019, que le bajaron el dedo cuando empezó con sus exquisiteces, entre ellas que no transmitan su concierto en vivo. Así se trata a los sobrados.

- En ese sentido, y sabiendo que tú, Papá Noel, todo lo puedes, ¿crees que puedas regalarme un abono para ver cada primer viernes de mes a Mar de Copas en La Noche? O, en su defecto, facilitarme unos S/.60 adicionales cada inicio de mes para poder ir. Este año no los he visto ni una sola vez, y se me hace urgente y necesario mi dosis mardecopera esporádica. Ya pues, yo se que tú puedes.

- El nuevo CD de Alejandro Sanz, y el de El Diario de Hank, ese solo lo venden en sus conciertos, pero moviendo tus contactos, haciendo un par de llamadas o visitando a la hija del vocalista, de seguro lo consigues sin mayor problema. 

- Esto no es urgente, pero otro celular me vendría bien. No te pido el último smartphone, con la mejor resolución para fotos, ni nada por el estilo. Solo uno con una memoria mucho más grande que el que tengo ahora. Un Moto G me haría feliz. ¿Viste? Nada que esté fuera de tus posibilidades.


Nada del otro mundo, nada disparatado, nada que tú, súper Papá Noel, no puedes conseguir, porque total para ti no hay imposibles, aunque aún recuerdo que jamás me trajiste la casa de la Barbie que te pedí innumerables veces cuando niña, por lo que tu credibilidad está en juego, así que lúcete y cíñete a la lista, que está bien ordenadita, y, como te dije antes de empezar a soltarte mis deseos, si tienes alguna duda de dónde conseguir lo solicitado, avísame y mándame a un duende para llevarlo de la mano al sitio correcto.

Siempre volvemos al tema de que la Navidad no debe ser la oda al consumismo andante, pero es difícil resistirse a la tentación de hacer un regalo, o desear recibir aunque sea uno, o cumplirse un deseo, porque total, una vez al año no hace daño. Ejercicios como este, escribir una carta a Papá Noel, reviven un poco a mi niña interior, la misma que se fue de paseo con mi espíritu navideño, y se olvida que nunca recibió una casa de muñecas, porque a cambio recibe muchos regalos más. Y los sigue recibiendo hasta la fecha. No me puedo quejar.

Canción para escribirle a Santa... Como comentaba en el post, este año no he ido ni una sola vez a ver a Mar de Copas, pero me di el gusto de ir a un festival que reunió a varias bandas de pop que escuché durante mi adolescencia. Uno de estas fue Ella Baila Sola, que aprovechó su presentación para grabar el video de su nueva canción, que por esas cosas de la vida, he incluido en mi lista de canciones nuevas favoritas


No es novedad que no me gustan para nada los villancicos, y mi eterna canción navideña es esta, que se incluye en mi película favorita de la temporada, Realmente Amor, y que pienso ver por enésima vez en cuanto tenga la oportunidad. Además, sería bonito decirle a alguna persona, en un tono muy almibarado, que todo lo que quiera en Navidad es a ti





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