Días raros
Estas últimas semanas han sido inusuales. He extrañado y valorado mi cama, he estado mimetizada con la silla de mi escritorio, no me he inmutado pro las noticias, empezando por la que Paolo Guerrero, que me da pena, pero tampoco es un peruano ilustre, no se pasen pues, y lo más increíble de todo, no he restado las horas para mi cumpleaños con la algarabía usual.
Me encanta mi cumpleaños, siempre digo que el 19 de mayo es el día más feliz del año, me reviento cohetes, me gusta tener un día para mi. Y este año, el alboroto debería haber sido el triple, ya que cayó sábado, pero no, por el contrario, los ánimos se desplomaron, junto con mi entusiasmo característico, mis energías se fueron a menos mil por ciento, no me sentía con ganas de celebrar, lo único que quería era quedarme en la cama. Parece inverosímil lo que voy a contar, pero es cierto, quería que el 19 de mayo pase inadvertido, solo un día más.
Yo suelo decir que uno debe agradecer lo que tiene, y no quejarse por lo que le falta, pero cuando sientes que te falta todo, ¿qué puedes hacer? Además, hace rato quiero realidades, soluciones, respuestas, no frases motivadoras sacadas de algún libro de auto ayuda de título deprimente. Sentía que tal como la situación del país en los últimos meses, mi vida ha pasado del castaño al negro, y que un rayito de luz que se filtra al final del túnel, es solo eso, una luz que se cuela, la puerta no está cerca, o tal vez si. No quiero pecar de optimismo, no estoy para eso.
Sin embargo, el buen humor y algarabía de algunas amigas, que esperaban este día, con muchísima más expectativa que yo, se me contagió. Ok, no haré una mega celebración, tampoco iré a La Noche a exigir un montón de canciones en el rock a la carta, porque total es mi cumpleaños, o me emborracharé hasta terminar cantando amor mío, déjala, pero algo atípico haré. Empecé por cerrar por las malas ese cachuelo que me tuvo atornillada al escritorio y me dediqué a una actividad que me encanta, irme de shopping.
Salí a comer y lorear con mi Institución, Pepita Grilla armó y desarmó planes por culpa de su sueño, recibí las 12 en buena compañía, y me dispuse a celebrar los 37 con la mejor actitud posible, aunque estuviese cayendo de nuevo en las frases de auto ayuda que no sirven para nada. ¿O si? Si te dicen exactamente que hacer, la situación es diferente, o no. Pensé en eso esta mañana, cuando por esas cosas de la vida, me enganché con Tiempo de Leer, un micro programa literario de Clara Elvira Ospina, y escuché algo que me dejó pensando, y que quiero adoptar como filosofía de vida: Seduce a la vida aunque te de la espalda.
¿Y cómo seducir a la vida, cómo llamar su atención, como hacer que se muera de ganas de voltear a verme? Aprovechando cada entrada que me de, así sea mínima, buscándole el lado amable a las cosas, sin perder la sonrisa, y repitiéndome que Dios no se muda, aunque la cosa esté fea, aunque se ponga en duda todo, hasta eso que tanto deseo, aunque la crisis de la mediana edad merodee y me asalte, aunque me cueste decir tengo 37.
Contra todo pronóstico, estoy pasando un bonito día, recibiendo muchos saludos cariñosos, comiendo rico, y recién son las 5 de la tarde, justo la hora en que nací, así que recién estreno los 37, y lo digo con la frente en alto, porque un año más, me hace mucho más interesante, lo que tanto me repetía cuando llegué a la base 3.
Rescatando lo bueno, y colándome por esa ranura de puerta que la vida ha dejado abierta por descuido, agradezco que tengo una familia increíble, que tengo unas amigas fabulosas, a las que me he sabido ganar, y que en algún momento todo esto va a dar una vuelta de tuerca y voy a volver a sentirme ubicada, orientada, tranquila, en mi sitio, o sea, en la mega oficina de la mega empresa siendo reconocida, consultada y apreciada, ese es el principal objetivo en mi vida.
Mientras lo visualizo, voy a ponerme a tono con la fecha, voy a escuchar una buena canción, responder saludo, y seguir celebrando, que solo se celebra una vez cumplir 30 años por séptima vez. ¡Qué viva la dueña del santo! Con permiso
Canción para celebrar los 37... Escuchar esta canción me levantó las revoluciones y despertó mi ánimo que andaba, tal como lo conté en este post, por el subsuelo. Y recordé que hace algunos años celebré mi cumpleaños escuchando en vivo esta canción, que es algo mía. Pienso seducir a la vida enloqueciendola con mi forma de ser
Siempre hay alguna canción que me sorprende en mi cumpleaños. Este año le tocó a Campo de Almas, desconozco si este tema es nuevo o no, pero el título es preciso. A pesar del frío y del cielo gris, es momento de olvidarse del letargo y de despertar
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