Lo que callan los hombres

Es bien sabido que cuando una abre la boca y pronuncia la frase no me pasa nada, quiere decir que le pasa de todo. Como nosotras somos algo complicadas y nos gusta complicarle la existencia al compañero de turno, sea enamorado o no, esperamos que este adivine lo que ocurre, hasta que se da por vencido y le reprochamos algo que, probablemente, él hizo por inercia. Pero, hombres del mundo, no se hagan los desentendidos, que cuando ustedes se quedan callados, la cosa es peor.


Cuando los hombres se quedan callados, sospechamos que algo no anda bien, y no es exageración, ni lectura entre líneas, ni una mala interpretación. Hay algo raro, que en algún momento caerá de maduro. ¿Si mi chico se queda callado de buenas a primeras, debo asustarme, repasar mi comportamiento de las últimas horas y hacerme a la idea de que la próxima pelea será la definitiva, terminaremos para siempre y voy a estar muy triste? Pues no, porque hay un punto muy importante que no debemos perder de vista. En el complicado mundo varonil hay silencios, y silencios. Repasemos los más comunes.

- Silencio castigador. Sin querer queriendo haz metido la pata, de repente ha sido una palabra mal dicha, y mal interpretada, una acción que él detesta, una situación incómoda. Él, en vez de reprocharte en una y sin anestesia, se queda callado. Si pasan unos minutos y te dice por qué ha pasado de la risa a la cara de estreñido, tú admites que te equivocaste y prometes tener más cuidado la próxima vez. Caso contrario hablamos de otra cosa.

- Silencio resentido. Dijiste, hiciste o contestaste algo que no debías, o de repente si, pero a él le fastidió, porque es quisquilloso, tuvo un mal día o anda con el climaterio. Entonces se queda callado, pone su carota y la situación se prolonga por horas o días, si llegas a contar semanas ya esto es grave. En ese caso agárrate Catalina, porque en algún momento va a estallar, y va a hacerlo con furia, como si no hubiese sido más que suficiente aguantar un prolongado e incómodo silencio.

- Silencio rutinario. La rutina ha hecho el triunfal ingreso a tu relación y los dos piensan que ya no tienen nada nuevo que decirse, que siempre es lo mismo en la universidad, en el trabajo, con el grupo de amistades, así que, no tiene mucho sentido hablar. Andan en esas, y tú , recuerdas que la comunicación es uno de los pilares de las relaciones exitosas, así que empiezas a abrir la boca, pero él sigue sin responderte. Está callado por voluntad propia, porque todo es lo mismo, porque se está aburriendo y si no inventas algo novedoso pronto, tú también te aburrirás y este silencio se terminará con un estruendoso y doloroso crack. 


- Silencio ignorante. Tú andas sospechosamente callada y él lo ha notado, te sigue la cuerda y también está mudo. Pero su cerebro le habla y le dice que algo que pone en grave peligro la relación debe estar sucediendo: alejamiento involuntario, desaparición del interés y el cariño, decepción, desesperación o hasta infidelidad. A lo mejor él exagera, o de repente está en lo cierto. Sea como fuere, él opta por la ignorancia deliberada, prefiere verte callada y callarse también antes de que le digas algo que lo hiera y rompa ese lazo que los une para siempre.

- Silencio reparador. Él metió la pata, y antes de admitir su error prefiere quedarse callado. Tú estás molesta y demuestras tu fastidio quedándote callada. Entonces él en un acto de contrición, y valentía, también, decide sorprenderte con algo de repente cotidiano, pero que sabe que te gusta. Estos detalles van desde un mensaje deseándote buenos días, hasta llevar la ropa a la lavandería sin que tengas que decírselo, o llegar a la puerta de tu casa con esa torta que tanto te gusta, o pasar por ti a la puerta de la oficina a la hora exacta. No va a decirte perdóname, porque ese gesto silencioso es mejor que mil palabras.


Sea cual sea la silenciosa situación por la que has pasado, todos los silencios voluntarios suelen ser penosos e incómodos, no solo para los integrantes de la pareja, si no para las personas que por mala suerte estuvieron al rededor, cuando empezó el suplicio o en el trance.

Conversar las incomodidades es lo mejor, pero nosotras, por nuestra naturaleza y nuestra mala manía de decir no pasa nada cuando pasa de todo no somos quienes para decírselo. Por eso nunca está de más recordar y tener como principio de cabecera que las relaciones necesitan de confianza, respeto y comunicación. Recordemos que al ser pareja de alguien prometemos ser amigos, compañeros, cómplices, amantes y confidentes, y no podemos ser todo eso si no abrimos la boca. 

Canción para romper silencios incómodos... El tiempo nos enseña a manejar esas situaciones en que el silencio impera, y vale más que un parloteo que puede hacernos sentirnos el doble de incómodos. Es cuestión de tener mucha experiencia




El único silencio que debería repetirse una y otra vez, porque vale la pena ser compartido y escuchado es este que canta Dolores Delirio. Uno de mis favoritos del rock nacional, canción épica

  

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