Las cosas buenas
Hace muchos años vi una lacrimógena película llamada las cosas buenas. La moraleja se resumía en el título del film, a pesar de todo lo malo que podemos encontrar en el camino, lo que debemos recordar, valorar y preservar son las cosas buenas. Creo que esto se puede aplicar al caótico 2016 que, por suerte, ya está terminando. Este año lo empecé con optimismo, con las cosas en orden e imaginando que el tiempo si me iba a alcanzar, porque total es año bisiesto y 24 horas más nos van a ser de mucha utilidad. Ese entusiasmo hizo que me olvidara que el 2015 dejaba el territorio movido, incierto, desordenado, y en ese escenario tocaba reconstruir. Y no hablo de una situación personal, hablo del mundo en general, un año electoral que fue por más convulsionado, y cambios políticos, que solo fue un saludo a la bandera, pues los mismos congresistas volvieron a sus mismas curules y nos siguen demostrando lo sinvergüenzas que son y, de paso, que miles de peruanos son ignorantes, pues esa es