Soundtrack acuoso

"Lloro una vez al mes, sobre todo cuando hay frío" decía Shakira al cantar Inevitable, una de mis canciones favoritas, debo confesar. Pero yo lloro así sea primavera, verano, otoño o invierno. Si, cursi hasta caer en lo ridículo, sentimentalona extrema y, como si fuera poco, llorona consumada. Estas son las canciones que alguna vez me arrancaron más de una lágrima.


Mil Pedazos de Cristina y los Subterráneos. Esa era la canción que andaba de moda y yo no me cansaba de escuchar cuando el Eterno me rompió el corazón por primera vez. Media masoquista, cuando decía que se daba 400 golpes contra la pared; media melancólica, al decir que habría que esconder el dolor dentro, para llorar después; media despechada, por eso de dejar un trozo del corazón dentro de la bota del malhechor para que le duela cuando se vaya con la otra.

Pasaron muchos años después de esa primera hecatombe emocional y cierto día, mientras trabajaba sin pausa, pero sin prisa, como solía hacerlo, Mil Pedazos sonó en la radio, sin previo aviso. La empecé a escuchar y tararear, no la había olvidado, y de pronto mi subconsciente habló y se me cayeron las lágrimas, sin querer, por todo lo que esa canción significó en algún momento, por la chiquilla exagerada que fui, por la mujer híper sensible que soy ahora. Porque mal que bien esa canción me enseñó que hasta las penas más grandes, con música se llevan mejor.  

Tormento de Amor me trae a la cabeza al Intermedio, la primera persona a la que le dije cara a cara, y solo un poquito sonrojada que esa canción era suya, era nuestra, y si pues, él fue mi tormento en el mejor sentido de la palabra. Nuestra relación fue algo etérea, falta de tiempo, de coincidencias, de voluntad, pero melcocha de sobra, la misma que se rebalsaba cuando me llamaba por teléfono, un día si y otro no, cerca de las 8 de la noche, justo antes de escuchar otra canción que también se volvió nuestra, El Milagro de Amar, intro de la telenovela peruana Milagros (los abucheos y las pifias son bienvenidos).

Al Intermedio lo quise, y un montón, por eso terminamos y volvimos n veces, hasta que un día harta de tanta ida y vuelta, tanta falta de sensatez de su parte y de sentirme eternamente en el limbo de las relaciones dije, hasta aquí y se acabó. En un primer momento no me dolió nada, me sentí orgullosa de lo que había hecho. Pero esa sensación de bienestar se acabó a los pocos días, cuando escuché Tormento de Amor y empecé a lagrimear. Recordé todo lo bonito, pero también todo lo malo que había pasado y que podría pasar si aceptaba volver con él a la primera insinuación. Terminó la canción y también mis dudas, había hecho lo correcto y ya no valía la pena llorar.


Buscando la Victoria. Esta canción no me trae a la cabeza a nadie, pero me ha arrancado varias lágrimas y en varias situaciones, a veces un tanto incómodas. Recuerdo haber necesitado un kleenex la segunda vez que la escuché en vivo, en La Noche de Barranco, en medio de gritos ensordecedores y con un vaso de vodka tónic sobre la mesa. Pasó lo mismo cuando la canción me sorprendía en el reproductor MP4, o en el de la computadora, sin querer una lágrima se me escapaba, y si estaba en días de sensibilidad extrema, olvídense, esta cancioncita era el inicio de una hora de moco y baba, por que así me sentía, por todo, porque si, por las puras. 

Obviamente, en el concierto de reencuentro de TK, en mayo de este año, no pude contener las lágrimas, verlos de nuevo era conmovedor, escuchar Buscando la Victoria me sobrepasaba. No era tristeza, era emoción cien por ciento refinada. Eso de buscarás un amigo, cuando amante ta falte, buscarás un amante cuando falte cariño, y cuando quieras cariño ya mi amor se habrá ido, me traía a la cabeza un montón de escenas, todas me conmovían, por eso el lagrimeo. Fue más allá cuando el mismo compositor de la canción, Emilio Pérez de Armas, me contó un poco la historia. Buscando la Victoria es el resultado de extensas conversaciones nocturnas sostenidas con una novia suya que estaba en el extranjero, y que por esas cosas de la vida se llama Victoria. Las charlas intensas. se convirtieron en una canción escrita con lágrimas, y que tare de la mano más lágrimas, de parte de quien la escucha, corazón en mano.

Color Esperanza. Entre el 2000 y 2001, América Latina vivía tiempos difíciles. La democracia no era más que una pantomima, y la gente ya no se quedaba callada, los jóvenes salíamos a la calle a exigir el respeto de nuestros derechos. Lo mismo que pasaba aquí, lo vivía Argentina. En ese escenario reaparece Diego Torres con su Color Esperanza, el nuevo himno de América Latina, una canción que realmente me conmueve por lo que dice, porque es un poco lo que la gente necesitaba, quitarse los miedos, sacarlos afuera.

Nunca la he escuchado en un estadio, de hecho sólo he visto a Diego Torres una vez, en el concierto de 20 años de Gianmarco, y no cantó el colorido tema. Pero imagino que si algún día veo en vivo a Torres, no voy a poder corear Color Esperanza, sin que el llanto me gane. Tengo razones para sospecharlo. Cuando se llega o se sobrepasa la meta de algún evento benéfico, suena esa canción, y me conmuevo toda, porque compruebo que cuando se nos da la gana, lo podemos todo, sin embargo muchas veces pecamos de indiferentes. La esperanza de construir un mundo mejor nunca muere, creo que eso nos debería remecer a todos, porque no sé ustedes, pero yo quiero heredarles un mundo mejor al hijo o hija que algún día va a llegar y va a revolucionar mi vida.

Arranca corazones. Esta canción es un hit de aquellos, y cuando la escucho, empiezo a lagrimear y recordar a dos personas que fueron esenciales en mi vida. Primero, al Oficial, porque alguna vez se la dedique, ya que se puso de moda cuando nos hicimos enamorados y, como me dijo alguna vez una amiga, es una canción que cuenta la historia de un amor, que como todo en la vida se termina, pero te lleva a hacer de todo. Yo juro que por el Oficial hacía de todo. En serio lo quise un montón y me dolió el doble cuando al terminar él me dijo, es aes tu canción porque me has arrancado y destrozado el corazón.

Al ser una canción intensa, Arranca corazones me lleva a una relación intensa, la vivida con el DJ que me rompió el corazón. Eso de evitar, resistir, tu hechizo de suave adicción; hoy antes del final quiero intoxicarme en vos; o que al fin te seguí por un laberinto de espejos rotos, eran frases que me lo traían a la cabeza, al margen que esta es una power ballad, y al DJ le gustaban esas canciones, algo romántico, pero nunca tanto. Al inicio sonreía, pero cuando todo se acabó con él, evitaba escuchar esa canción, era demasiado, era recordar cada capítulo con él, era combatir unas ganas impulsivas de llamarlo, era luchar con todas mis fuerzas con mi lado masoquista. Afortunadamente el tiempo, que lo cura todo, hizo que volviera a oír Arranca corazones y de repente lagrimear, pero por el feelling del tema, nunca más por alguien en especial.


Si bien no están todas, estas son por mayoría, por recuerdos y por excelencia las canciones que hicieron y/o me hacen lloriquear hasta la fecha. Si, lo sé, soy exagerada, demasiado susceptible y hasta ridícula por llorar con estas canciones, que hasta pueden parecer sosas, pero no es posible entender mi vida sin estas tonadas. Asumo que esto que me pasa a mi, le sucede a todos. Les propongo un ejercicio mental, piensan en todas las canciones que le gusta y elijan al menos una, no que les haga llorar, pero que los pongo sentimentales y nostálgicos. El sentimiento es inevitable, ¿o no? Quien esté libre de lanzar un suspiro que tire la primera piedra. Entre tanto yo voy a buscar un casco para no morir apedreada.

Canción para ponerse sentimental... No me pregunten por qué, pero hace unas semanas escuché esta canción y empecé a lagrimear. Si no la he incluido es porque no se que decirles, solo que Crímenes Perfectos, y en la voz de Fito Paéz, me conmueve


Always fue la canción con la que Bon Jovi cerró su concierto en Lima, en septiembre del 2010. Yo chillé desconsoladamente, y no porque la canción me trajera algún recuerdo, aunque efectivamente lo hace, si no porque jamás me atreví a imaginarme que alguna vez escucharía esa canción en vivo y en mi pais. Fue pura emoción, y un recuerdo que me llevo a la tumba



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