Cierra el libro
Alguna vez hemos repasado que decir adiós es difícil, tal como cuenta Amén en una canción. Duele, es verdad, pero es necesario. Y va más allá, no es solo terminar, es tratar de terminar bien y quedarnos con el mejor recuerdo de esa relación, o no - relación, que dejó de funcionar.
Así hayas estado con un patán, así lo que has terminado fue una no -relación, así te duelan las despedidas, así se te haga innecesario o demasiado dramático, lo mejor es terminar bien con esa persona que en algún momento, que parece no es este, significó tanto en tu vida. Pero si fue un maldito hijo de su madre, un desgraciado, una horrible persona, que no se merece ni mi mirada, por qué despedirme como gente si él no es más que una basura. Porque sea como fuere, ese innombrable fue parte de una relación, que sea como fuese y haya terminado como sea, te hizo crecer. Esa es la idea, que una relación te aporte, caso contrario, sólo has perdido tu tiempo, has embromado, has estado en un remedo de relación, y no, eso no es bueno.
No es necesario ver a esa otra persona, porque verlo puede ser incómodo, puede ser poco probable, puede ser dañino, sobre todo cuando estás atravesando el luto, o cuando te ha costado un montón superar esa etapa. Pero es indispensable tener contacto, por lo menos telefónico con esa persona y limpiar su conciencia, si quieres quedar como una dama, así le desees en verdad que le aplaste un camión, o pedirle que te aclare esa cuestión que no fue resuelta, esa pregunta que quedó en el aire, o decirle eso que siempre se quedó en tu garganta y después cerrar ese capítulo y a otra cosa mariposa. Los finales abiertos puede parecernos mejor, pero en la vida real no funcionan.
Es como contaba una canción de Pedro Suárez Vértiz y Red Zafiro, TalkShow. Por si no la recuerdan, o no la ubican, se las resumo. En la tonada Pedro cuenta, literalmente ya que la canción es hablada, la no -relación que tuvo con una chica, la cual asumió que estaba, aunque no fue así. La chica se fue del país, el perdió el contacto, vivió su vida y al recordarla y buscarla se entera que ella había muerto. Finalmente él rescata la lección y la comparte: "digan adiós si hay que decirlo, cierren su historia de amor, terminen el libro".
Ese paso, ese decir adiós, ese terminar la historia, es doloroso, es fastidioso, pero es obligatorio, porque es la única manera de continuar con la vida sin cargar mochilas innecesarias, sin llevar pesos negativos al nuevo camino que vamos a emprender, sin dudas flotando en el aire. Solo cerrando un capítulo, podemos abrir otro que al final no sabemos ni cómo será, ni cuánto durará, pero al menos sabremos que podremos enfrentarlo con mas sabiduría y sin revivir líneas pasadas.
A esa conclusión llegué hace muy poquito, mientras conversaba con Pepita Grilla, que cayó en cuenta de que debía cerrar una historia que pensó, ya había superado. Me decía: no quiero quedarme con un mal recuerdo de él, y no quiero que se quede con una mala impresión de mi, porque después de todo hemos compartido muchos años juntos. Y era verdad, a pesar de que era una no - relación, ese tiempo juntos, con quiebres e incertidumbre, significó mucho para ella, por lo que necesitaba cerrar el libro y así lo hizo, Se citó con el co protagonista de su antigua historia para dejarle y quedarse con una mejor impresión, para quedarse con las cosas claras.
Mientras me lo contaba, yo pensaba con cuántas personas terminé bien. La lista es muy corta. Preferí desaparecer de la vida de la mayoría y cerrar la historia por mi cuenta. Aunque no es saludable, no voy a revivir a varios pseudo héroes a quienes dejé en el pasado, pero si conservar una relación lo más cordial posible con esas personas que en algún momento de mi vida tuvieron un lugar importante y significativo. Entre ellos están el Eterno y el Oficial. Con el DJ que me rompió el corazón terminé como debía de ser, varias veces, y prefiero mantenerme alejada. Lo mejor para los dos.
Sólo cerrando las historias pasadas, de la forma que sea si es que son tan antiguas que pertenecen a nuestra pre historia, podemos caminar en el presente y asegurarnos en el futuro, con una mejor relación, una mejor decisión, una mejor versión de nosotros mismos. Ya lo dije al inicio de este post, decir adiós, pero de verdad, no es sencillo, porque asumir que alguien forma parte de nuestro pasado no es papaya. Eso supone atravesar un luto, algo que es desagradable, que supone un sinsabor, un apagón interior, una desolación.
Después de ese luto, que no debería durar tanto, podemos volver a empezar, aunque al inicio no sepamos bien por donde y empecemos a reconstruir con cuidado. Solo con una historia cerrada, tendremos la certeza de que no cometeremos los mismos errores, y dejando el miedo y la torpeza podremos decir con todo el orgullo del mundo que estamos creciendo, madurando y ahora sabemos decir adiós.
Canción para decir adiós... Sabemos que sólo los cuentos terminan con el "y vivieron felices por siempre". Para nosotros, las personas de carne y hueso el final es solo un nuevo inicio, por eso los finales felices no existen... o se vuelven irónicos como canta Avril Lavigne
A veces se escapa de nuestra voluntad finalizar una relación, o no - relación, es porque para la otra persona lo que teníamos dejó de funcionar, es por las circunstancias, es porque no era nuestro momento, es porque solo sabemos escribir frases tontas cada semana
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