Lee, piensa, vota... pero vota bien
Ya se, ya se, están hartos de leer, escuchar y ver tanta noticia sobre las votaciones. Es más, esta pequeña bitácora debería abstenerse de hablar del tema, ya que nuestra especialidad no es la política y tal vez la autora no es la persona más indicada para dar un speech sobre la coyuntura, pero realmente quiero decir un par de cosas en voz alta. Entre tanta nota desatinada que aparece, una más no creo que haga daño.
Desde que tengo uso de razón, no recuerdo unas elecciones tan complicadas, enredadas y disparatadas como estas. Empezamos mal con eso de tener 19 candidatos, que en el camino se han reducido a 10, estamos a menos de dos semanas, y el JNE sigue investigando a cada uno, algo que se debió hacer hace tiempo, cuando las listas se inscribieron. Por razones obvias, relaciono las elecciones generales 2016 con esa frase que cuenta que siempre se puede estar peor. Si, en materia de procesos electorales en el Perú, la situación tiende a empeorar.
El proceso electoral más engorroso, incorrecto y asquerosamente fraudulento que recuerdo es el primero en el que participé, las elecciones del 2000 y la sospechosa re re elección de Fujimori. Hoy, 16 años después todos sabemos que eso fue arreglado por el SIN, que la corrupción era más escandalosa de lo que podíamos imaginar y que vivíamos en medio de una democracia de mentira apañada entre cortinas de humo. Lamentablemente un gran número de ciudadanos, más del 30 por ciento de la población encuestada si queremos hablar de cifras, sufre de amnesia selectiva y vota alegremente por la primera dama de la corrupción. Esta claro por quien no votaría jamás, ¿no?
Se perfectamente que uno no elige a los padres y no debe responsabilizarse por los errores de ellos, pero tampoco defenderlos cuando la fregaron y con ganas, además esta señora con toda la intención de cortar un poco la red de corrupción instaurada por su padre retiró de su lista de candidatos al congreso a unas tías que dan vergüenza ajena, sin embargo yo no le creo. No le termino de creer que en su gobierno van a estar presentes todos los compinches con los que su papá cometió delitos, y no errores como ella no se cansa de repetir.
Atentó contra los derechos de todos, y quienes depositan su confianza en la candidata naranja son, en su mayoría, personas que no se terminan de enterar de casos como La Cantuta, Barrios Altos, los diarios chicha, las esterilizaciones forzadas, solo por mencionar algunos temas que estoy segura ella no desearía saber más. Y obvio que nadie rebusque, ni difunda. Pero este post no busca embarrarla más, de eso se encargará su entorno, como lo han hecho hasta ahora.
Tampoco voy a contarles por quien voy a votar y animarlos a que sigan mi ejemplo. No señores, el voto es secreto, y así lo voy a mantener por una cuestión de ética. Y esta decisión que no ha sido para nada sencilla, y con tanta tacha y candidato que se retira se me ha complicado más, ha sido basada en dos puntos de los que ya he hablado en posts anteriores y me parecen de primer orden, aunque en acaloradas conversaciones, algunos amigos y familiares me dicen una y otra vez que no es tan importante.
El país necesita estabilizar su economía, y eso se logra atrayendo inversiones extranjeras, pero cumpliendo las normas diplomáticas y ambientales que deben ser más estrictas, en eso estoy de acuerdo. Se necesita, y a gritos, un plan efectivo de seguridad nacional porque no es posible que te asalten a plena luz del día y en lugares ultra públicos, es algo en lo que también concuerdo totalmente. Sin embargo, yo no pierdo de vista dos puntos ante los que el gobierno se ha hecho el loco, olvidándose de la inclusión, y que ha sido llevado al baúl del olvido por un grupo de congresistas tarados que creen que mostrándole las muelas al inepto de Cipriani se van a ir al cielo (ex comúlguenme para convertirme en una mártir de la libertad de expresión ).
Si queremos que el Perú deje de ser un país tercer mundista, porque lamentablemente lo somos, pensemos en leyes progresistas, pensemos en la unión civil y en la despenalización del aborto en casos de violación. Debo reconocer que al inicio lo de la unión civil ni me iba, ni me venia, me mantenía tranquilamente en el grupo de no sabe, no opina. Pero ante tanto laberinto me informé, busqué mas información, me afané más cuando el debate se enraizó y me comprometí con mas ganas cuando archivaron el proyecto. Escribí con el hígado revuelto el post sobre la unión civil, porque el término gay si existe, no como cierto monseñor dijo (y es monseñor, ¡qué le pasa!), y porque ellos son humanos con los mismos derechos que todos, entre ellos de elegir pareja, de convivir y de tener los mismos derechos y deberes matrimoniales pasados los tres años de concubinato.
Obvio, el sector ultra conservador de la sociedad, entre ellos esos cuatro gatos homofóbicos que hicieron una protesta ridícula frente al congreso y celebraron el que se archive el proyecto, empezó a dar su visión sobre el asunto y sacó a la luz testimonios, reportajes y documentales en los que se ejemplifica claro porque una pareja no debe adoptar niños. La unión civil es un paso que acerca a las parejas gays a la adopción, pero esa es una realidad recontra lejana en el Perú. Si para una pareja heterosexual adoptar un niño es un proceso larguísimo y abandonado en el intento, y una persona soltera y solvente está vetada, ¿creen que las leyes van a ser flexibles para una pareja homosexual? Triste, frustrante, pero real. Lamentablemente real.
En cuanto a la despenalización del aborto en casos de violación, no necesito hablar mucho, ¿o si? Obligando a una mujer a cargar nueve meses un su vientre a un bebe concebido en una situación deplorable, misma situación que será recordada minuto a minuto cada instante del tiempo que dure ese embarazo, y que dudo la ayude a superar el trauma, e imponiéndole una maternidad ¿se hace patria? Limitémonos a responder la pregunta sin más argumentos. La respuesta lógica es no, para algunos esta respuesta será acompañada de un montón de replicas que ya escuché y no me convencen.
Replicas del tipo, puede darlo en adopción. Acabamos de hablar de eso, dar en adopción a un niño es condenarlo a vivir en abandono. Con una madre sustituta, en un albergue rodeado de otros niños, es verdad, pero sin la imagen de familia convencional defendida a capa y espada por el mismo sector ultra conservador que marcha por la vida y celebra que se rechace el aborto. O argumentos que afirman que para la madre es terrible haber sido violada, pero mucho peor abortar. Eso es discutible, pero ojo, esa ley debe dar las facilidades a la víctima en caso decida hacerlo y debe venir acompañado de ayuda psicológica, y por supuesto denuncia de violación en mano. Es un tema espinoso, pero impostergable.
Estos dos temas, que determinaron mi voto, han escandalizado a medio mundo, y ahora resulta que si opto por dos candidatos que apoyan estas mociones, aunque la verdad solo uno lo apoya abiertamente, el otro no fija posición, lo cual levanta sospechas, estoy en pecado (en mi caso, una raya más al tigre). ¿En qué estaba pensando ese obispo?, ¿será que nunca recibió clases de educación cívica?, ¿será que ni de casualidad escuchó hablar de la libertad de elección? No es una cuestión ni religiosa, ni política, ni moral. Todos los ciudadanos con DNI al día podemos votar por quien se nos de la gana, ¿qué parte no entiende para explicársela claramente?
Votar se trata del futuro del país. Un país conformado por 30 millones de personas con diferentes demandas que requieren respuesta serias determinadas y mantenidas por un líder real y progresista. Un líder que debe tener como precepto personal el espíritu y la vocación de servicio, Ahora si, leamos, informémonos, pensemos y votemos... pero votemos bien.
Canción para tomar decisiones... El tema es denso, es apabullante, es estresante, así que nada como una salsa de aquellas para relajar un poco el asunto. A tomar decisiones acompañados de Rubén Blades que, cosas de la vida, también se involucra con la política
Para variar, pondré una canción que nada tiene que ver con el tema, pero me alegró la mañana. A la larga depositamos nuestra confianza, pero no sabemos cómo será retribuido esto. De alguna manera, andamos a tientas
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