Ese odioso te lo dije
Digamos que estás pasando por una catástrofe emocional, estás hecha leña, no quieres saber nada con la vida, estás pensando seriamente en destrozar la radio si programan una sola balada corta venas más y los paquetitos de kleenex se acaban uno a uno frente a tus ojos que no dejan de llorar. Nunca faltan tus amigas que siempre te darán su apoyo, pero de repente tienes la mala suerte de tener entre ese grupo a una desatinada que te va a decir "te lo dije" y acto seguido el mundo se te va a terminar de desmoronar.
¿Existe frase más lapidaria que esa? Yo creo que no. El te lo dije cumple la función exclusiva de restregarte en la cara que volviste a meter la pata y con ganas, y obviamente en plena fase post rompimiento, con el corazón destrozado, el apagón en tu interior que te borró de sopapo el brillito en los ojos y ese inexplicable escalofrío constante, además de la deshidratación que estas experimentando de tanto llanto, es lo último que quieres escuchar.
Pero nunca falta la amiga carente de tino, o la enemiga camuflada de amixer que te lo dice en una, sin anestesia. sin disimulo, sin tomar en cuenta que estás hecha puré y necesitas o simplemente ser escuchada y acompañada en tu dolor, o escuchar algún comentario que te levante el ánimo, verídico o no es lo de menos. Bajo ninguna circunstancia ese te lo dije te va a sacar del hoyo en el que estás hundida.
Lo peor es que recuerdas esa advertencia y sabes que tu amiga, a la que ahora odias con las pocas fuerzas que te quedan, y que te aguó la fiesta hace un tiempo, cuando todo era felicidad, tenía razón. Y claro, en algún momento lo reconocerás y hasta se lo dirás, pero todo a su tiempo, y no, este no es el mejor momento.
Puede que así como tu detestas escuchar esas tres palabras, a tu amiga le duele decírtelo, aunque siendo francas, si le cuesta porque no quiere verte en un estado tan calamitoso, ¿no sería mejor ahorrarse el comentario? Es lo más lógico, pero la vida no siempre es regida por principios que obedecen a la razón.
Soltar ese te lo dije puede obedecer a dos ideas. Una, la más noble y solidaria al cien por ciento es ayudarte a rescatar las lecciones de este último fiasco sentimental y ponerte alerta para que no te pase lo mismo en una próxima oportunidad, aunque en realidad es inútil porque entre tanto gimoteo, tú, la pobre y desvalida víctima, solo piensas en tu dolor, en lo mal que te sientes, en el tiempo que pasará para volver a confiar en la gente. el cual oscila entre lo que demore en llegar el próximo fin de semana y nunca.
La otra razón, que es guiada por el egoísmo, se debe a que la sujetilla que soltó alegremente ese letal te lo dije quiere demostrar que siempre tuvo, tiene y tendrá la razón, que es sabia, inteligente, intuitiva, casi casi la clon de Josie Diez Canseco. Tal vez sea así, que más de una vez le hayas dicho o pensado que está perdiendo plata y que debería ser coach y ayudar a las mujeres a alejarse de patanes antes de engancharse, sin embargo en este instante que no puedes hablar porque no dejas de sonarte los mocos, no se lo vas a decir.
Eso pasa si tú, querida lectora estás pasando por el dolor de una ruptura. ¿Qué pasa si tu amiga, otra gentil lectora, está sufriendo tras romper con un pata que desde que viste sabías que en algún momento le sacaría la vuelta y tú se lo advertiste en más de una oportunidad? Lo mejor que puedes hacer es quedarte callada, morderte la lengua, empezar a beber líquidos helados en cantidad hasta que tus cuerdas vocales se debiliten y por más que te esfuerces no se te escuche.
Porque, claro, es rico sentir que estás en lo cierto, que eres dueña absoluta de la verdad, que tienes el poder, pero la otra persona no lo va a reconocer, tal vez nunca lo haga, y tal vez vuelva a salir con un patán al que vas a descalificar en una, sin importarle un pepino en cubos lo que tú digas, porque ella sabe perfectamente que una relación es de a dos, o sea de ella y el patán del que sospechas desde antes de conocerlo.
Si por primera vez en tu vida te equivocaste y el chico de tu amiga, al que llamas cariñosamente hueverto, imbécil, huachafito poca cosa, galán de alcantarilla o similares, es un caballero que la quiere y acepta con todas sus virtudes y defectos, los que tú conoces a la perfección, porque es tu amiga, bien por ella. Y si era tal y como te lo imaginaste y le destroza la vida a tu amiga, lamentablemente es su roche. La puedes apoyar, la puedes ayudar, le puedes hacer sentir mejor, y vas a aligerar su pena, pero no desaparecerla por arte de magia.
Duele ver a otra persona sufrir, más aún si es una persona a la que queremos, estimamos y solo podemos desearle lo mejor, sin embargo es algo inevitable, todos los habitantes del planeta vamos a pasar por uno, dos o miles de momentos difíciles a lo largo de nuestra existencia. Esos resbalones injustos, tristes, inexplicables, y que siempre reciben una explicación: por algo es, son parte de la vida. Hay que caerse, quemarse y magullarse para crecer, así funciona.
En un primer momento no entiendes el por qué de la catástrofe, te pones en todas las situaciones y no puedes desenredar la madeja, no hay respuestas claras, hasta que el tiempo hace su chamba y respirando aliviada dices: ah ya. Del dolor se aprende, y eso es un tremendo trabajo que no se facilita si osas decir te lo dije.
Para mi Pepita Grilla, que se mordió la lengua mil veces. Me lo dijiste, nunca me lo reprochaste y me dejaste crecer. Por eso eres la mejor amiga que no pudo llegar en mejor momento.
Canción para olvidarse del te lo dije...Cada quien vive su vida bajo sus propias reglas. Eso lo aprendieron los ochenteros y noventeros al compás de Bon Jovi, que regresó con esta canción para armas y deshacer a su antojo
Este año no he despotricado contra Cupido, a propósito de la aproximidad del Día del Amor. Sin embargo, los medios de comunicación no seguirán mi ejemplo y derrocharán miel por todos lados. El infaltable de las radios por estos días es mi Gianamrco,y siempre habrá espacio para él en mi bitácora
Comentarios
Publicar un comentario