Mala con jale
Nosotras los preferimos malos. Esos chicos que aman el peligro, que tienen alma aventurera, que avientan el protocolo y la etiqueta por la ventana, tienen algo que nos descuadra y nos seduce. James Dean revolucionó las mentes y los rebeldes sin causa jamás pasarán de moda. Pues parece que en eso coincidimos los dos géneros. Parece que ellos también nos prefieren malas.
Es lamentable comprobar que Disney y sus cuentos de princesas, las historias de Delia Fiallo made in México, las telenovelas que vemos desde chiquitas al lado de nuestra mamá o abuelita y esas fotonovelas que ojeamos en alguna revista y nos arrancaron algún tonto suspiro, son una tremenda mentira, una farsa, un cruel engaño. La heroína, generalmente humilde, desvalida e indefensa, y perdidamente enamorada de un chico de posición económica muy superior y medio malcriado, pero que se convierte por obra y gracia del amor, sufre porque se le da la gana, ni más, ni menos.
También es absolutamente falso que la villana, esa chica regia pero que cae antipática y es más conocida como la chinche, odiosa, antipática, sin vergüenza o simplemente RP (reverenda hija de su mamá sin que sepa su papá), no la va a pasar tan mal como nos cuentan. Es más, a la larga ellas la van a pasar igual o mejor que la protagonista de la novela, porque no van a estar llora y llora, si no haciendo lo que se les venga en gana. Total, ellas son libres e independientes y no tienen la culpa de haber heredado el gen del mal, muchas veces culpa de sus antecesores, y otras veces incubado en su corazón desde tierna edad.
Si, las malas se divierten, prueban, descartan, cuidan a su corazón, trollean a la buenita, juegan con el galán y no pierden ni un ápice de su jale. Es más, parece que a ellos las antagonistas les parecen más seductoras, guapas e interesantes. Las buenas les parecen aburridas, pero ¿a quién no? Tanta bondad, pureza y dulzura refinada, aburre, molesta y empalaga. Las villanas son más libres, aventadas, espontáneas, impredecibles, lo que parece atraer irremediablemente al sexo opuesto.
Entonces, no te esmeres en ser seguidora de las Misioneras de la Caridad, voluntaria en el albergue más próximo a tu casa, asistente del cura de tu parroquia de confianza o cualquier similar. A la mayoría de chicos interesantes eso no les mueve un pelo. Ellos quieren acción en esta vida, no sumarse puntos para una mansión en la eternidad. Eso se verá después. Durante los santos óleos, justo antes de irse al más allá, puede ser el momento ideal.
Y es que en esta búsqueda del hombre idóneo y nuestro intento de ser perfectas hemos perdido de vista un detalle vital. Mujeres del mundo: A ellos les gusta el maltrato, el sufrimiento, la indiferencia, el egoísmo. Es en eso, en lo que radica el éxito de la mala. Como es villana en algún momento hará sufrir al galán, hará que se pelee y distancie de su familia, que dude de sus amigos, lo llevará a la bancarrota, lo dejará sin techo y sin herencia, le sacará la vuelta. Eso está visto desde el inicio, pero el chico este, cegado por los encantos de la villana, no se da cuenta, recordándonos que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
¿Por qué se fija en ella si lo va a hacer sufrir? Porque le vacila el dolor. Está en su subconsciente, en su ADN, en un lugarcito bien escondido de su cerebro hay un post it neón que dice "Yo amo el maltrato emocional" (darlo y/o recibirlo). Después de entender, por fin, que la mala es una RP, entra en razón y busca consuelo en los brazos de la buenita. O sea, busca algo más soft después de haber vivido la vida loca al lado de la villana, que ahora está haciéndola linda con otro incauto.
El ejemplo más visible y notorio, aunque no se salva de la moraleja aleccionadora, es Rubí. El modelo a seguir, la tótem de muchas mujeres, la maestra, la ídola de multitudes, la woman del Calllao. Obvio, Rubí, por más telenovela educativa que puede ser, es ficción, Tú no tienes que matar, ni estafar, ni mentir compulsivamente, ni sacarle la vuelta a nadie. Si te nace ser buena, chevere por ti, pero no seamos tan fáciles de impresionar. Atráelo con un poquito de hambre y otro poquito de frío. O sea, no le prestes tanta atención. Ignóralo y triunfarás.
Si él está interesado, va a insistir con sumo cuidado para no caer chinche, ni parecer desesperado, aunque valgan verdades muchos patinan en el intento. A nosotras nos toca aflojar pero poquito a poco, dándoles un si, pero no y un no, pero si. Cuando él se la pegue de Pau Donés, el vocalista de Jarabe de Palo (al que voy a ver en octubre), y te diga, total en que quedamos, es si o es no, tú vete por la tangente, algo que aprendemos desde chicas cuando nuestros papás nos enfrentan con ese delicado tema llamado notas bimestrales.
Ahora, está es una buena técnica cuando encuentres a esa persona que te revolotee el corazón, el estómago y las hormonas, pero ahora que no hay nadie a la vista ¿qué hago? Disfruta de tu periodo en conmigo-misma-landia que no tiene nada de triste, ni antipático en esta época del año. Conoce gente, sal con tus amigos, reconoce esas cosas pequeñitas que te hacen inmensamente feliz, como ir de shopping y no comprar nada, solo un chocolate, o comerte un postrecito a media tarde, o caminar por esa calle que tanto te gusta al volver a casa, o almorzar un helado. No se, engríete, porque una vez al año no hace daño, y una decisión más sana es una vez por semana.
Siente el placer de ser alguito malévola, de decir no, de no prestar atención, de hacer lo que te plazca, de sacarle provecho a nuestro estado de ser mujer. A ellos también les gusta ser víctimas de afecto, sufridos héroes, drama kings, y podemos sacar provecho de eso, total, sarna con gusto no pica.
Canción para jugar a ser malas... Si ya te decidiste y vas a despertar con baldazos de agua congelada a esa villana que habita dentro de ti, este soundtrack te puede ayudar con la transformación. El título lo dice todo, La Descarada. A la maestra Rubí, con cariño
También es absolutamente falso que la villana, esa chica regia pero que cae antipática y es más conocida como la chinche, odiosa, antipática, sin vergüenza o simplemente RP (reverenda hija de su mamá sin que sepa su papá), no la va a pasar tan mal como nos cuentan. Es más, a la larga ellas la van a pasar igual o mejor que la protagonista de la novela, porque no van a estar llora y llora, si no haciendo lo que se les venga en gana. Total, ellas son libres e independientes y no tienen la culpa de haber heredado el gen del mal, muchas veces culpa de sus antecesores, y otras veces incubado en su corazón desde tierna edad.
Si, las malas se divierten, prueban, descartan, cuidan a su corazón, trollean a la buenita, juegan con el galán y no pierden ni un ápice de su jale. Es más, parece que a ellos las antagonistas les parecen más seductoras, guapas e interesantes. Las buenas les parecen aburridas, pero ¿a quién no? Tanta bondad, pureza y dulzura refinada, aburre, molesta y empalaga. Las villanas son más libres, aventadas, espontáneas, impredecibles, lo que parece atraer irremediablemente al sexo opuesto.
Entonces, no te esmeres en ser seguidora de las Misioneras de la Caridad, voluntaria en el albergue más próximo a tu casa, asistente del cura de tu parroquia de confianza o cualquier similar. A la mayoría de chicos interesantes eso no les mueve un pelo. Ellos quieren acción en esta vida, no sumarse puntos para una mansión en la eternidad. Eso se verá después. Durante los santos óleos, justo antes de irse al más allá, puede ser el momento ideal.
Y es que en esta búsqueda del hombre idóneo y nuestro intento de ser perfectas hemos perdido de vista un detalle vital. Mujeres del mundo: A ellos les gusta el maltrato, el sufrimiento, la indiferencia, el egoísmo. Es en eso, en lo que radica el éxito de la mala. Como es villana en algún momento hará sufrir al galán, hará que se pelee y distancie de su familia, que dude de sus amigos, lo llevará a la bancarrota, lo dejará sin techo y sin herencia, le sacará la vuelta. Eso está visto desde el inicio, pero el chico este, cegado por los encantos de la villana, no se da cuenta, recordándonos que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
¿Por qué se fija en ella si lo va a hacer sufrir? Porque le vacila el dolor. Está en su subconsciente, en su ADN, en un lugarcito bien escondido de su cerebro hay un post it neón que dice "Yo amo el maltrato emocional" (darlo y/o recibirlo). Después de entender, por fin, que la mala es una RP, entra en razón y busca consuelo en los brazos de la buenita. O sea, busca algo más soft después de haber vivido la vida loca al lado de la villana, que ahora está haciéndola linda con otro incauto.
El ejemplo más visible y notorio, aunque no se salva de la moraleja aleccionadora, es Rubí. El modelo a seguir, la tótem de muchas mujeres, la maestra, la ídola de multitudes, la woman del Calllao. Obvio, Rubí, por más telenovela educativa que puede ser, es ficción, Tú no tienes que matar, ni estafar, ni mentir compulsivamente, ni sacarle la vuelta a nadie. Si te nace ser buena, chevere por ti, pero no seamos tan fáciles de impresionar. Atráelo con un poquito de hambre y otro poquito de frío. O sea, no le prestes tanta atención. Ignóralo y triunfarás.
Si él está interesado, va a insistir con sumo cuidado para no caer chinche, ni parecer desesperado, aunque valgan verdades muchos patinan en el intento. A nosotras nos toca aflojar pero poquito a poco, dándoles un si, pero no y un no, pero si. Cuando él se la pegue de Pau Donés, el vocalista de Jarabe de Palo (al que voy a ver en octubre), y te diga, total en que quedamos, es si o es no, tú vete por la tangente, algo que aprendemos desde chicas cuando nuestros papás nos enfrentan con ese delicado tema llamado notas bimestrales.
Ahora, está es una buena técnica cuando encuentres a esa persona que te revolotee el corazón, el estómago y las hormonas, pero ahora que no hay nadie a la vista ¿qué hago? Disfruta de tu periodo en conmigo-misma-landia que no tiene nada de triste, ni antipático en esta época del año. Conoce gente, sal con tus amigos, reconoce esas cosas pequeñitas que te hacen inmensamente feliz, como ir de shopping y no comprar nada, solo un chocolate, o comerte un postrecito a media tarde, o caminar por esa calle que tanto te gusta al volver a casa, o almorzar un helado. No se, engríete, porque una vez al año no hace daño, y una decisión más sana es una vez por semana.
Siente el placer de ser alguito malévola, de decir no, de no prestar atención, de hacer lo que te plazca, de sacarle provecho a nuestro estado de ser mujer. A ellos también les gusta ser víctimas de afecto, sufridos héroes, drama kings, y podemos sacar provecho de eso, total, sarna con gusto no pica.
Canción para jugar a ser malas... Si ya te decidiste y vas a despertar con baldazos de agua congelada a esa villana que habita dentro de ti, este soundtrack te puede ayudar con la transformación. El título lo dice todo, La Descarada. A la maestra Rubí, con cariño
Esto no tiene nada que ver con el post de esta semana, pero me emociona escuchar algo nuevo de Gianmarco, y me emociona el doble que me encante. Cosas así me hacen presentir que Gianmarco me va a gustar la vida entera
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