El prospecto

La perfección no existe, eso lo sabemos. Por lo tanto el hombre perfecto no existe, o eso parece. Pero ya que soñar no cuesta nada, ¿por qué no soñar con el hombre perfecto, el ya no, ya, nuestro ideal?, ¿por qué no hacer un prospecto?


Hace algunos años, conversaba con unas amigas y, ya que no teniamos nada útil que hacer, empezamos a enlistar esas cualidades que haría de un hombre cualquiera, el prospecto. Los términos de referencia eran de lo más disparatados, desde que tenga título, maestría y piense en un doctorado, hasta que viva solo, o tenga auto, o todos los anteriores, y que asegure cubrir nuestras carencias económicas.

Mientras enumerábamos los requisitos y lanzábamos ideas en desorden, yo pensaba, el día que nos enamoremos, nos vamos a templar mal y ni vamos a recordar la lista, es más, a lo mejor nos topamos con una persona opuesta, y mientras lo conocemos nos daremos cuenta de que la billetera no es tan importante como el cariño, los detalles, las atenciones. 

Ya hemos hablado de eso, de que muchas veces terminamos al lado de un hombre que no es el príncipe con el que soñábamos, no tiene sonrisa encantadora, ni ojos azules, ni el cuerpo musculoso, ni nada de eso. Pero es un caballero, nos trata como a reinas y derrocha carisma a diestra y siniestra. Yo concluí hace tiempo de que no me importa una cara bonita, porque eso me durará a lo mucho 20 años, y el día en que se esfume, puede que me quede al lado de una persona que me emocione tanto como una gripe en pleno verano.

Entonces ¿qué me importa? Medio en broma, medio en serio, una característica que fue una de las primeras en la ordenada lista fue que tenga carrera. Yo se que puede sonar un poco frívolo e interesado, pero reflexionemos, usemos esa pizca de razón que se escapa de esa miel que sale del corazón y nos recubre la cabeza, ¿no sería bueno estar al lado de una persona que ya la tiene más o menos clara, y no que esté buscando por dónde recursearse cada fin de mes?

Además, el hecho de que tenga una carrera que en el mejor de los casos ejerce y apasiona, le da ese toque de ambición que hace interesante a toda persona. Nos da la idea de que un sueño, laboralmente hablando, es posible y no una meta que solo será accesible en una película de final feliz, pero poco presupuesto y tan baja taquilla que solo duró 2 días en cartelera.


Otro detalle que yo lancé fue que viva solo. En ese momento yo estaba escapando de Don Gruñón y con el capitulo del DJ que me rompió el corazón superado al 90 por ciento, y ambos tenían en común eso, vivían solos, tenían su propio espacio el cual yo invadía sin medida. Si quería me podía meter a la cocina a experimentar con lo que hubiese en la refri, o quedarme en la sala ojeando alguna revista, o encender la radio y cambiar compulsivamente de estación, en fin, ocupar cualquier espacio de la casa sin reservas. Me había acostumbrado a eso, y quería mantenerlo.

Pero ahora, pensándolo mejor, no me importa si vive solo o con todo su familión, como en mi caso, lo vital es que sea independiente, física y emocionalmente. Es decir, a la mamitis le digo no. Que pueda hacer y deshacer con su vida a su antojo, que tenga sus propias ideas (y no una fotocopia de los anhelos de su pata), sus propias metas, que ame su espacio y respete el mio.

Al margen de los diplomas decorando su pared, el departamento con vista al mar (o al parque con acequia, ya pues ya), el auto deportivo, la tarjeta dorada, la afiliación al Regatas, los fines de semana en Asia o Los Cóndores y demás banalidades, ¿qué más incluía esa listita?, ¿en algún momento tomamos en cuenta la fidelidad, el cariño, la comprensión, la dosis exacta de celos y demás componentes que dan como resultado el amor? Pues si, incluímos un par de cuestiones sentimentales cuando nos dimos cuenta de que andábamos muy materialistas.

Recuerdo que exigíamos dos cosas fundamentales: fidelidad y cariño. Yo sumo a eso comprensión, porque siendo media chiflada como soy, sería ideal tener a mi lado a una persona que con el correr del tiempo conozca mis ataques de histeria y euforia, que pueda interpretar mis silencios y auto exclusiones, que no se sorprenda cuando solo le pida un abrazo. Soy complicada, lo sé y lo asumo, porque locas quedamos pocas, y qué lujo serlo.


Honestamente no se si alguna de mis amigas tomó nota de los términos de referencia para que un hombre cualquiera sea el prospecto. Tampoco se si con los años algunos requisitos se hayan modificado, aunque imagino que si. Así como imagino que con los años comprendimos que esos puntos trascendentales, se vuelven invisibles cuando el amor llega.

Yo he estado con chicos titulados, con carrera concluida, con departamento propio, con auto, bien vestidos y perfumados, y una larga lista de etcéteras. Y si no estoy con alguno de ellos en este momento, es porque no cumplían con el requisito inamovible, aunque pasen los siglos, que es el cariño que le debe nacer, porque lastimosamente los sentimientos no se fuerzan. Si hay amor bien, y si no también, la vida continúa, y como ya sabemos llegamos solos y completos, y así nos iremos también (aunque a lo mejor al momento de partir nos falta algún órgano tipo apéndice o riñón derecho).

Ustedes ¿alguna vez han hecho un proyecto así de disparatado?, ¿recuerdan alguno de los requisitos?, ¿su pareja actual los cumple?, y si estamos solteros ¿pensamos igual o hemos hecho alguna modificación?, ¿nos aventuraríamos con alguien totalmente distinto al prospecto? Yo si, total cuando el amor llega, llega y como yo quiero aventurarme lo hago, como siempre a brazos abiertos y respirando fuerte.

Canción para el prospecto... Puede que se pegue a la regla, o puedo que sea bastante distinto. Si el amor está, nada más vale la pena, nada más importa




Esperar, o buscar al prospecto requiere de paciencia y de ojos bien abiertos, porque sería triste empeñarnos en una persona, asegurar de que él es "el hombre" y después darnos de bruces y descubrir que, una vez más, la terquedad pudo más. Yo no pienso esperar la vida para darme cuenta que las cosas no son como las imagino




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