Mito Azul

Mujeres del mundo, en especial esas mujeres que como yo crecieron leyendo cuentos de hadas, me pronuncio y les digo que esas películas repletas de magia, hadas madrinas, enanitos buena onda, hechizos que se rompen con besos, bosques encantados, brujas feas, princesas hermosas con sus respectivos príncipes que las llevan al palacio a vivir felices por siempre, son una estafa...es momento de asumir la realidad.


Ya se, lo que digo no es novedad. Ya cuestioné la existencia de príncipes en nuestro siglo, y si bien Disney y su maravillosa industria de sueños es responsable, en gran medida, de que sigamos esperando al príncipe que viene con la promesa de una vida perfecta bajo el brazo, creo que está, de una u otra forma, resarciendo su error. No se si por voluntad propia o por que las madres de todas las niñas del mundo empezaron a reclamar cambios profundos en los argumentos de las películas animadas al comprobar que el final con aires de nobleza es una tremenda estafa y prefieren ahorrarle la futura desilusión a sus hijas.

A las pruebas me remito. Repasemos las últimas princesas made in Disney: Rapunzel y la Reina de las Nieves. Enredados es una de mis películas animadas favoritas, fuí a verla con mis expectativas muy altas (ese era el cuento que me narraba mi abuela cuando era pequeña y no iba al nido porque algun microbio alteraba mi cuerpecito infantil y rechoncho) y  logró superarlas. En este película no hay príncipes, solo una princesa secuestrada. Punto a su favor. En contra podemos aludir a que hace creer a todas las niñas (o adultas residentes en el País de Nunca Jamás) que el poder del amor lo puede todo, por ejemplo convertir al delincuente en un caballero digno de ser futuro Rey.

Por el contrario, Frozen, una aventura congelada, es decir la versión animada de La Reina de las Nieves deja en claro dos cosas muy importantes y que he recalcado una y otra vez en esta humilde bitácora: las primeras impresiones no son siempre las correctas y no importa el título real, o profesional que tenga un hombre, hasta los príncipes pueden ser unos HP (y las reinas no son tan ladies como aparentan).


Disney nos presentó el modelo y nosotras seguimos la pauta, somos las pobrecitas, desvalidas, golpeadas por la vida que esperamos que el destino nos sorprenda con un galán hecho a medida. Hasta que por diversas circunstancias, a las buenas o a las malas, porque reaccionamos a tiempo o nos damos de bruces contra el suelo unas 10 veces, nos damos cuenta de que no es así. No somos pobrecitas, desvalidas, golpeadas por la vida y no esperamos nada del destino, porque o es muy complicado e irónico, o porque ya dejamos de creer en él.

Y a la par que nos olvidamos del caprichoso devenir de nuestras vidas, le decimos bye bye al príncipe azul, porque finalmente entendemos que el hombre perfecto no existe. Algunas se desilusionan, más todavía al ver que pasa el tiempo y no hemos logrado cambios sustanciales, otras también nos desilusionamos y asumimos a la persona como viene. No le voy a hacer caso a Bosé y decir con defectos y virtudes te amaré, pero si te acepto como eres, siempre y cuando tu hagas lo mismo.

Además, en esta época ya es bien sabido que una pareja no es un complemento. Señoritas, venimos al mundo completitas, y eso incluye un corazón entero, por lo que un chico al lado nos puede dar cierta estabilidad, o ser la contraparte de un montón de creencias que hemos defendido a capa y espada. Puede ser el opuesto de lo que toda la vida hemos soñado como el par ideal, y superar de lejos y con creces todas nuestras fantasías.


Entonces, porque no dejamos de ser tan tercas y nos aventuramos, con todas las precauciones del caso, a andar de la mano con ese pata que jamás nos despertó mayor interés y nos da señales recontra claras de que nosotras si le movemos el piso. Con esto no quiero decir de que nos conformemos con el primero que pase por la puerta, pero si que le demos chance a quien nos la pida, y nos demos una oportunidad nosotras también. Eso si, sin forzar nada, si no va, no va y ya, el amor nunca se fuerza, ni se inventa. Y por favor, ya saben huyan ante frases ambiguas, tipo "dejemos que fluya" o "mejor sin etiquetas", las cosas o son o no son, y a estas alturas ya todas deberíamos saberlo, o al menos nos debería sonar como materia conocida.

Hombres del mundo, no buscamos un complemento, ni un futuro que solo será verdad en tus mejores sueños, ni un valiente caballero que nos rescate de la bruja que nos tiene secuestradas, ni un camaleón que cambie de ánimo y cara a nuestro antojo. Queremos a alguien real a tiempo completo, que se acepte, para que nos acepte, que se aventure, para invitarnos a aventurarnos con él, que sea él, para saber que nosotras solo podemos ser una versión perfectible de nosotras mismas. Porque de besar sapos sin resultados a favor, ya estuvo bueno.

Canción para olvidarse de la terquedad... A veces hay que tomarse ciertos riesgos, si funciona bien y si no, pues al menos nos quedamos con la satisfacción de haberlo intentado y tener un cajoncito de recuerdos con todo lo que fue


Frozen, una aventura congelada hecha por tierra la teoría del príncipe multicolor, del amor a primera ojeada y rescata el amor filial. La vi gracias a mi hermana que me regaló unos minutos de su domingo para poder verla juntas. Otra cosa que le agradezco es presentarme a esta banda que canta esta tonada que es de mis favoritas locales (gracias Nana)

 

 

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