Basta ya

Martes 19 de Noviembre, aun no son las 10 de la noche, estoy en el Estadio Nacional, Olga Tañon deja un segundo de saltar y de pronto escuchamos el intro de la balada con la que se hizo conocida (la popularidad le llegó años después con un pegajoso merengue), "Basta ya". Todo el estadio se emociona y corea. A mitad de la canción ella pide un aplauso para todas las mujeres que dijimos, o estamos por decir basta ya. Yo me aplaudí.
 
 
No se cuantos años tenía cuando escuché esa balada por primera vez, unos 13 o 14 años. Lo que es seguro es que tenía el corazón roto por primera vez. Por ese entonces era fanática de los programas de videos musicales, y en una de esas vi el de Basta ya, no sabía quien la cantaba, pero le presté atención a la letra y dije esta es. Desde ese día en adelante cada vez que escuchaba Basta ya recordaba al chiquillo ese que me partió mi corazoncito y cantaba voz en cuello la letra aprendida a la perfección.
 
"Y basta ya de tu inconciencia y de esta forma tan absurda, de ver a diario como echas a la basura mi corazón, lo que te doy con tanta fe de ver en ti felicidad". Basta ya de seguir exponiéndome a tus maltratos emocionales. El chiquillo este no hacía nada, solo se lucía con una y otra enamoradita y eso me dolía y me desmoronaba, porque de una manera equivocada creía que su cariño me pertenecía. O en realidad si, me perteneció en un momento que no era ese. Era suficiente. Basta ya.
 
Los años pasaron y me enteré que la cancioncita era de una boricua llamada Olga Tañon, conocida por cantar merengues. Por estas tierras se hizo popular por denunciar a los hombres mentirosos y a los muchachos malos, eso sonaba en las radios. En los karaokes sonaba Basta ya, aunque yo rompo el patrón, cuando voy a soltar gallos siempre abro con una de la Tañon, pero como se que no tengo su timbre de voz, no me arriesgo a hacer el ridículo con esa baladita.


"Me llevaré la dignidad de no caer mas en tu juego, haré de todo mi interior nuevo sendero y lloraré hasta lograr que algún día ya no te vuelva a recordar". Eso hice, el chiquillo reaparecía en los momentos mas inoportunos y yo me bañaba en aceite de bebe para que sus comentarios, actitudes, acciones y omisiones me resbalaran. Algunas veces tenía éxito, otras tantas no. Cuando ocurría lo segundo me ponía triste, lloraba, me deprimía y luego se me pasaba.

Siempre me he preguntado si uno tiene un límite de lágrimas por alguna persona. O sea tantas lágrimas para tal persona, si es así, lo mas seguro es que el chiquillo este le quitó su ración de lágrimas a alguien. Pero era chiquilla, era trágica (ok, lo sigo siendo), la adolescencia no llenó de barritos mi cara (gracias Dios), pero si de lagrimitas tontas mis ojos.

Hace unos tres años pude ver a Olga Tañon por primera vez. Y pude escuchar la balada en vivo, La canté con todo el aire que mis pulmones contenían, y si bien recordé al chiquillo este, fue una imagen que difuminé en cuestión de segundos, porque esa noche empezaba a escribir otra historia y el fondo musical que elegí también fue una canción de la Tañon, Miénteme, porque esa noche era para mi, me la regalaban completa, pero esa es otra historia.


El martes pasado repetí el plato. Volví a ver a "La Mujer de Fuego" sobre el escenario y quedé mas fascinada que la primera ocasión, cantando hasta quedarme sin voz, bailoteando, gritando y aplaudiendo. Y cuando entonó Basta ya pidió palmas para las mujeres que alguna vez dijeron o están por decir eso, hasta aquí nomás, se acabó, basta ya. Yo me aplaudí porque una vez dediqué esta canción y estoy a punto de volver a hacerlo.

"Tengo que renunciar a quererte antes que ya no tenga remedio, si mi vida dejara a tu suerte, mi camino será un cementerio". Aceptar a cierta persona es renunciar a un montón de cosas que en este momento quiero. Una relación constante, visible, formal, como debe de ser. Una persona que me acompañe, que esté ahí cuando quiera quejarme, y reírme también, que se alegre con una llamada o un sms inesperado, que devuelva gesto con gesto. Con esta persona no encuentro ni la sombra de lo que busco, ya lo comprobé, no pretendo terminar de convencerme y darme de bruces una y otra vez.

Por eso digo hasta aquí nomás, no puedo seguir, me duele entregar, propiciar, esperar en vano. Es momento de decir basta ya.

Canción para decir basta ya... obviamente si hemos hablado de la famosa canción a lo largo de todo el post, ilustrémoslo con la baladita en mención


Martes 19 de noviembre, miro el celular, son las 9:17 pm, canto voz en cuello, pienso en este minuto soy feliz y Olga Tañon cantaba Como olvidar, canción semi fija cuando me asomo a algún karaoke. Porque me trae tantos recuerdos como la balada citada aquí

 

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