La felicidad jaja

En el último post publicado renegué con todas esas cosas y actitudes que odio, aunque en realidad fue una lista bastante resumida. Pero así como hay cosas que detesto, hay cosas que amo y me hacen instanténeamente feliz. Se me escapará más de una, sin embargo el intento de hacer un conteo vale la pena.


Amo el verano y los días de sol. El cielo celeste me pone optimista y de buen humor. En días de sol todo me parece bonito. Por eso los días de sol deberían permanecer todo el año. Amo el verano porque puedo ir a la playa, conversar con mis amigas mientras nos tostamos, tomar cremoladas y raspadillas, vestirme ligera pero de todos los colores imaginables. Amo el verano porque así soy yo.

Me encanta pasar horas con mis hermanas. Hace mucho que no lo hacemos, pero me gusta ver televisión con ellas, o algún video, o fotos y matarnos de la risa criticando todo lo que se nos ocurre. Incluso ir de compras con ellas. Escuchar sus sugerencias y comprarles algo que no necesitan, pero quieren. Consumista como soy, me gusta ver sonreir a las personas que quiero, por eso doy pequeños regalitos sin necesidad de una fecha especial. Ojo, pequeños detallitos, los regalos grandes son para Navidad, cumpleaños, día del padre o de la madre.

No soy nacionalista, pero amo a mi país. Amo el festejo, el landó, la fusión y los valses corta venas, así como el rock nacional. Amo la comida peruana, sobre todo la criolla: el ají de gallina, la carapulcra, los anticuchos, el pollo a la brasa, la papa a la huancaína, la causa (si es rellena con pollo, como la que hace mi papá mejor). Amo los postres criollos: la mazamorra morada, el arroz con leche, los picarones, en fin. Y para brindar, nada como el cóctel de algarrobina. Me gusta comer rico, y nací en el lugar correcto, la capital gastronómica de América. También me gustan los microclimas que conviven en un mismo territorio, los paisajes que se encuentran en cada rinconcito, las culturas que nos hacen distintos, históricos, únicos.

También me gusta viajar. No es algo que haga a cada rato, pero cuando se me presenta la ocasión no la dejo pasar. Huír unos cuantos días de Lima, si es a algún lugar soleado mejor. Tomar distancia y ver las cosas desde otro ángulo, regresar extrañando todo y con las ideas claras. Eso hice hace 6 años en un viaje por trabajo a Chiclayo. Sola, columpiándome en un parque me dí cuenta de que ya era demasiado, de que debía poner fin a una relación que no daba para más. No me equivoqué, pero esa es otra historia.
Aunque odio el insoportable tráfico limeño, pasear en bus es algo que también me gusta, siempre y cuando tenga tiempo. Conocer callecitas escondidas o regresar a sitios que hace mucho no veo es una idea que me entusiasma. 

Soy melómana, ya lo he confesado, me encanta escuchar música. Soy fanática de los karaokes, y me encanta ir a discotecas. Aunque para bailar nada como las fiestas familiares. Me encantan esas reuniones familiares, sobre todo aquellas que empiezan con el pretexto de un almuercito y terminan convirtiéndose en el tono de la vida. Volviendo a la melomanía, romántica como soy, las baladas son mi debilidad, pero también me gusta el rock en castellano, el latin pop, la salsa y algunas canciones en inglés. Me hace muy feliz despertar, encender la radio y escuchar esa canción, mi canción, para empezar el día. Ir a conciertos me fascina. Sea en un pequeño local barranquino o en el estadio. Soy feliz cunado voy a ver a Mar de Copas a La Noche, fui feliz viendo a Oasis en el Estadio Nacional. Soy feliz coreando voz en cuello Donde Este de El Diario de Hank, fui igual de feliz cantando y saltando cuando Bon Jovi cantó Pretty Woman en un concierto que, creo, nadie olvidará. 

Pasar horas con mis amigas es algo que me encanta. Conversar con ellas, pasear, salir a caminar o por un café, es algo que me gusta mucho, me hace feliz, y valoro más ahora, que por el trabajo y mi agotamiento permanente no hago muy a menudo, aunque ya toca.
Y así como me gusta ver a mis amigas y amigos, pocos pero ahí están, me encanta ver a mis sobrinos, soy una tía orgullosa, y nada me hizo más feliz que ver a Mati jugando en la piscina comprada especialmente para él, o enterarme que a Antonella le había gustado la muñeca que le regalé por su cumpleaños. Verlos vitales y felices me contagia. Me encanta ser tía.

Me gusta leer e introducirme en el libro sin importar que el mundo se caiga. Ver buenas películas  en el cine o la televisión. Dormir mucho sin depertadores al lado. Ver escaparates de tiendas e ir de compras, si se trata de comprar zapatos, bolsos o algun caprichito inesperado, mejor todavía. Jugar pacman o tetris durante horas. Me gusta mi trabajo, cargar información a la web, revisar notas de prensa, crear el boletín, organizar las actividades internas. Me gustan los detallitos, las cositas simples de cada día. En diferentes momentos de mi vida he sido infinitamente feliz y esa es una suerte que no todo el mundo tiene, por eso creo que soy, como alguna vez leí por ahí: una mujer con buena estrella

Canción para ponerse de buen humor... una de las tantas canciones que me hacen sonreir siempre, elegir una es difícil, pero tal vez esta sea una de las más representativas

 

Por los recuerdos que me trae y por su onda, esta canción me hace feliz y me gusta, aunque la cante mal. Para mi, para mis amigas y para todas las pretty woman, nuestra sonrisa nos hace ver más lindas de lo que ya somos.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Tumba la fiesta

El retorno de la duendecita

Solteronas y solteros codiciados