Un cumpleaños diferente

Llegaron los 38, y no me agarraron desprevenida, en realidad me encontraron cantando los grandes éxitos de la cumbia peruana e himnos de liberación femenina de ayer, hoy y siempre. Este ha sido un cumpleaños que quería celebrar como se debe, como me provocaba, sin grandes pretensiones, pero con gente querida a mi alrededor, eso si. Y así fue. se me cumplieron todos los caprichos.


Cual fiesta patronal, este año celebré desde 2 días antes con sorpresa en la oficina. Mi escritorio decorado y todos mis compañeros cantando el Happy Birthday, y esperando que apague la velita que decoraba un postre que me devoré en cuestión de segundos, mientras culminaba mis tareas del día y pedía un taxi para ir a un taller que me sería útil para desempeñar mejor mi trabajo. He aprendido a tomar de buena gana las capacitaciones, talleres y cursos a los que me manden. Un cartón nuevo siempre es bienvenido.

El sábado, después de voltear mi closet, dándole la bienvenido nuevamente a chompas, casacas, chalinas y demás prendas típicas de los días de frío, corrí a hacer mi actividad pre cumpleañera favorita, irme de shopping. Este año tuve un presupuesto más holgado que el de los últimos años, por lo que me consentí comprando todo lo que quería, o caso todo, encabezando la lista un par de zapatos lindos, que espero me acompañen por mucho tiempo.

Volví a casa con el tiempo justo para bañarme, ponerme guapa, tomar lonche con mi tío y jugarme una partidita de naipes, antes de volar al karaoke donde me encontré con un pequeño y muy divertido grupo de amigas, entre las que se encontraba para mi sorpresa Pepita Grilla, con quienes brindé, canté y bailé. Así, entre tragos, micrófonos y pasos de danza improvisados recibí los 38, recordando que la vida siempre debe celebrarse y hay que seducirla, así nos agarre cólera e insista en darnos la espalda.

Si bien estaba contenta, por lo que estaba pasando y lo que se venía al día siguiente, había algo que me faltaba. El Oficial, que se ha convertido en buen amigo, porque no vamos a estar resentidos de por vida por algo que nuestras versiones juveniles hicieron, estaba de paso por Lima, quería verme, saludarme y el tiempo nos jugaba en contra.



Pero, como era mi cumpleaños y yo me merezco cosas bonitas porque soy bien buena, y gracias a que mis papás decidieron almorzar temprano, el Oficial y yo pudimos vernos, aunque sea un toque, lo suficiente para hablar de nuestros trabajos, nuestras familias y nuestros sueños. Sobre todo los suyos que son más nítidos y ambiciosos que los míos, que en realidad se adaptan a las circunstancias y se terminan de acomodar en el camino. 

Volví a casa en dónde ya me esperaban algunos tíos y primos que se multiplicaron según avanzaba la noche. Recibí muchos regalos, es verdad, y todos me encantaron, pero uno en especial, que vino acompañado del abrazo mas efusivo que recibí, fue el que más me emocionó. Mi sobrino me regaló una tarjetita hecha por su mamá y firmada por él, en la que me recuerda lo mucho que me gusta ser tía.

Así se sucedieron las cosas el último fin de semana, y fue un cumpleaños diferente, celebrado con toda la parafernalia que se merece. Quiero que este sea un gran año, una gran etapa, y sigo con el mismo precepto de cabecera: seduce a la vida, aunque te de la espalda. Querida vida, te cuento que a mi nadie me dice que no.

Canción para recordar un cumpleaños diferente... Para mis celebraciones pre cumpleañeras, siempre elijo un karaoke. Este año respeté la tradición, aunque el repertorio varió bastante. Esta canción llegó para cerrar la noche, y recordarme cuanto me gusta La Oreja de Van Gogh

 


El primer regalo de cumpleaños de este año, lo recibí de la manera mas inesperada en abril, y me encantó, porque me encanta Fito Páez y ese intercambio de energía, que se hizo casi palpable cuando entonó Mariposa Tecnicolor





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