Siempre fuiste mi Amor (cín)

De un tiempo a esta parte he decidido no quitarte mérito, porque no tiene sentido negar todas las virtudes que tienes y de las que yo me enamoré. Eso sería negar a la persona que fui, la misma que te repetía que solo se ama lo que se admira. Por eso siempre fuiste mi Amorcín.



Porque eras tierno, hasta la pared de enfrente de ida y vuelta. Siempre abrías tus brazos para acogerme en ellos, sea para consolarme, o para compartir mi algarabía y decirme al oído me siento orgulloso de ti. Yo también me sentía orgullosa de ti, de quien eras, de lo que lograbas, de los sueños que trazabas, demasiados idílicos para mi realismo, casi pesimista. Tus gestos, tus besos, tus abrazos, tus miradas embobadas y tus mensajes siempre me enternecían y hacían que me enamorara un toque más de ti. Por eso, siempre fuiste mi Amorcín.

Porque eras detallista, tanto que cualquier esfuerzo que hacía por tratar de sorprenderte era en vano. Tú lo valorabas, te emocionabas y me lo agradecías. Por lo general, tu gratitud venía acompañada de un gesto el triple de especial que el mío y sentía que debía preparar algo mucho mejor para la próxima vez. Si, ya se que eso era una relación, no una competencia, pero estaba acostumbrada a ser la detallista, la de los regalos sorpresa, la de los mensajes porque si. Debo confesar que ese cambio de roles me gustó. Por eso, siempre fuiste mi Amorcín.

Porque tu corazón era enorme, como un zapallo y siempre tenías gestos nobles. Eres un hombre bueno, gentil, generoso, caballero. Eso fue lo que hizo que me fijara en ti, tu preocupación por mi, por mi bienestar, por mi entorno. Por lo general, esos gestos de los primeros meses, de la etapa de cortejo, desaparecen. Tú siempre los tuviste presentes. Alguna vez alguien dijo que eras el novio perfecto, yo empecé a buscar tus imperfecciones, pero no pude dejar de repasar esas cosas que te sumaban. Si, insisto en que eres un hombre bueno. Por eso, siempre fuiste mi Amorcín.


Porque te involucrabas en las cosas que me importaban. Escuchabas a las bandas que me gustaban, te informabas sobre esos temas que atrapaban mi atención, empezaste a leer los títulos que te sugería para que nuestros temas de conversación nunca se acabaran y nuestras charlas se extendieran. En esos diálogos empezamos a recorrer caminos nuevos, en los que nos sorprendíamos con algo nuevo. No se si me hiciste mejor persona, no se si aporté algo a tu vida, al margen de ampliar tus horizontes musicales y sumar libros a tu biblioteca. Te puedo reprochar muchas cosas, pero siempre te importé, y valgan verdades qué rico se siente eso. Por eso, siempre fuiste mi Amorcín.

Porque construiste proyectos conmigo. No sabíamos el momento exacto en que los echaríamos a andar, no sabíamos muy bien por donde empezar, aunque estábamos conscientes del tremendo esfuerzo que tendríamos que hacer para cristalizar nuestros sueños. El hecho que los compartas conmigo, ya era halagador. Me incluías en tus planes a plazo largo, mediano, corto e inmediato, eso confirmaba lo que yo sabía muy bien, tenía un lugar en tu vida. Tú también tenías un sitio muy importante en la mía. Por eso, siempre fuiste mi Amorcín.



Después de muchos años, de cierto grado de madurez, de varias lecciones aprendidas, y de arrebatos que a veces me sorprenden a mi misma, puedo admitir que te quise un montón y me sentí querida. No voy a justificar mi mal comportamiento de aquel entonces diciendo que tanto cariño me apabulló, que en ese entonces la estabilidad no me sentó bien, o que me malcriaste, aunque eso si lo hiciste, me engreías cada vez que podías, y yo también, pero, como lo expliqué aquí, mis gestos se minimizaban al lado de los tuyos.

Quienes se enamoraron, derrocharon miel, y utilizaban sobrenombres tan cursis, como románticos, fueron dos personas que llevaban nuestros nombres y andaban por aquí hace más de 10 años. Dos personas que ya no están más, porque al separar sus caminos se enfrentaron a situaciones diferentes, experiencias nuevas, se cayeron, se levantaron, empezaron a rescatar las lecciones. Fue justo ahí, cuando cambiaron, quemaron y crecieron. Sin embargo, siguen esbozando una sonrisa cuando escuchan esa canción que hicieron suya, y que en un primer momento se iba a llamar "Bonita, o la historia de Amorcín".

Canción para Amorcín... Alguna vez les conté con punto y comas porque Sometimes Bonita es una canción a la que le guardo gran cariño, y me remite a la, tal vez, relación mas importante sostenida hasta la fecha




Esta canción tan pre histórica, como buena, es la que inspira el título de este post, y que corona muy bien este post, si te estás sintiendo solo, me puedes venir a ver, hace tiempo fuiste mi amor. Ahora eres mi amigo, y yo siempre tengo los brazos abiertos para las personas a las que quiero


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