Créelo #UnaSolaFuerza
En un país tan golpeado, contradictorio e improvisado como el Perú, la ley de Murphy es más acertada y respetada que la misma constitución, y eso lo podemos ver a diario. Por más increíble que parezca y por más hundidos que estemos en nuestro país siempre se puede estar peor.
Los últimos días han sido particularmente difíciles para todos. Creo que hace mucho el Perú no enfrentaba una catástrofe de tales dimensiones, catástrofe que se desató en Lima y se puso peor en el interior del país. Y como suele suceder en estas situaciones de alarma, alguna provincia tuvo que ver que su estado se pone color de hormiga para que los medios se trasladan y transmitan desde allá, y entendamos que Lima no es el Perú. A los limeños nos faltó agua tres días, a la gente de Carapongo, Barbablanca, Huarmey, Piura, y decenas de provincias más afectadas por la naturaleza, les falta todo.
Y cuando parecía que ya había pasado lo peor y la gente asumía que tenía que reconstruir por donde se pudiera, una lluvia en pleno verano azota a Piura y el río se desborda y se lleva todo a su paso, absolutamente todo. ¿Vieron? Siempre se puede estar peor. Sin embargo, estas situaciones en las que todo se pone horrible también puede ser vista como una oportunidad para rescatar lecciones.
La principal lección es que la generación que actualmente toma las decisiones y tiene el poder adquisitivo, quiere darle un nuevo rostro al país, ahora si se come el pleito, ahora si se mueve, ahora si quiera hacer algo más, ahora sabe que una sola persona puede hacer la diferencia, y por supuesto que eso conmueve. Así como conmovió la historia de Evangelina Chamorro, o la del periodista ayudando a un perrito a cruzar el río, o la de tantos hombres ayudando a la gente a ponerse a salvo, civiles, fuerzas armadas y bomberos. Todos nos comprometemos, porque después de todo somos #UnaSolaFuerza, y no solo lo decimos, nos lo creemos y eso es lo que vale.
Y a pesar de que no me gusta el fútbol, por lo cual no creo en la selección, proclamo a los cuatro vientos de que hay que ser recontra ilusos para creer que Perú irá a Rusia, y Guerrero no es santo de mi devoción para nada, debo confesar que esa victoria ante Uruguay me hinchó el pecho de orgullo porque era esa alegría que necesitábamos para olvidarnos de tanto fango y tantas necesidades aunque sea por un par de horas. Así como pasó tras el terremoto del 70, del 2007 y tantas veces más, el fútbol nos regaló una alegría, las más esperada, la más bonita.
No sabemos si ya pasó lo peor, no sabemos si volverá a llover con furia y se vuelva a desbordar un río, no sabemos que medidas van a adoptar las autoridades para que un próximo diluvio, desborde, helada o cualquier atrocidad no nos vuelva a devastar, no sabemos a ciencia cierta nada, solo que hay cientos de damnificados que aún necesitan ayuda a todo nivel, y por suerte hay voluntad, como siempre sobra la voluntad, y por primera vez parece que hay manos también.
No podemos bajar la guardia; no podemos alarmar a la población por las puras, y eso creo que ya quedó más que claro; no podemos alegrarnos porque ya tenemos agua y al diablo lo demás; no podemos olvidarnos de nuevo de tantas provincias que también son parte del Perú y que a diferencia de todos los que tenemos un techo sobre las cabezas, agua en el baño, comida en la refri, y el último grito de la moda en el closet, se han quedado sin nada, viviendo de la caridad y siendo rondados por la incertidumbre todos los días.
Cuando pasa lo peor, ya no tienes mas nada que perder y por eso te enfrentas a todo y sacas fuerzas de donde no hay para iniciar la tarea más difícil, empezar de nuevo, desde cero, sabiendo que todo se puede desmoronar y tendrás que reiniciar la tarea. Miles de personas en el Perú van a empezar de nuevo, esas mismas que no deben ser olvidadas de nuevo, que reciben el aliento colectivo y el apoyo de #UnaSolaFuerza.
Canción para empezar de nuevo... Suele suceder que tras las tragedias hay muchas iniciativas para recaudar fondos y ayudar como se pueda, y de paso hacer que la gente ayude con algo tan sencillo como ir a un concierto o comprar un disco. Gianmarco, por ejemplo, prepara una producción con un montón de artistas más, y no se por qué presiento que el resultado final me va a emocionar. Tanto como cuando recuerdo a un Estadio Nacional reventando de gente y cantando esta canción en setiembre del 2007
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