Ignorancia deliberada
El conocimiento nos hará libres, y la ignorancia, además de hacernos atrevidos nos puede hacer felices en algunos casos. ¿Qué tan cierto es eso de ojos que no ven, corazón que no siente?
Enfrentar y asumir la realidad es algo que nos toca, que debemos hacer, que corresponde, que responde a la sensatez, pero en miles de situaciones, por no decir en todas, es mejor hacerse los de la vista gorda, decir que aquí no pasa nada, mirar para otro lado, hacerse el loco. O, si queremos ponernos en plan más intelectual, aplicar ignorancia deliberada.
Es decir, sabemos lo que pasa, no somos tontos para no darnos cuenta, ni necios para tratar de tapar el sol con un dedo, pero eso que está sucediendo y que puede que sea peor de lo que imaginamos, o una cosita de nada, amenaza con romper nuestra estabilidad física, mental, emocional o todas las anteriores de un sopapo; quitarnos nuestra tranquilidad; quebrar la inercia con la que estamos tan cómodas en one. Entonces, por una cuestión de supervivencia preferimos aplicar la ignorancia deliberada y decir no sé, encogernos de hombros y, como si fuera poco, poner cara de sorpresa y descuadrarnos cuando nos dicen frente a frente, y sin bajar la mirada, eso que ya sabíamos, pero preferíamos no enfrentar.
Obvio, la situación pasa por agua tibia y es ignorada o pasada por alto en nuestro imaginario, que es incompatible con la realidad, por lo que en algún momento vamos a tener que aceptarlo y vivir con ello. Por lo general, la vida real es cruda y fea, y podemos tener la voluntad de abrazarla de buena gana y tragarla sin asco, llevando como lema que por algo son las cosas. Sin embargo, no es fácil asumir lo que nos toca de buenas a primeras.
Por ejemplo, notas a tu enamorado raro. Se pone nervioso cuando suena su celular, evita contestar o se encierra en el baño para hablar por teléfono. Antes él pasaba por alto las pichangas con sus amigos y prefería quedarse viendo televisión o yendo al cine contigo, pero de un tiempo a esta parte, sus partidos de fulbito son sagrados, inamovibles y puntuales cada jueves. Algo pasa, tú lo intuyes, de repente hay otra, pero ojos que no ven, corazón que no siente. Momento preciso para aplicar ignorancia deliberada.
O de repente, tú que siempre has sido una enamorada fiel y amorosa tienes una crisis de apatía. Salir con tu chico es algo que desde hace unas semanas ya no te emociona. Vas con él por aquí y por allá porque ya pues, que se hace, el entusiasmo de los primeros meses brilla por su ausencia. te molesta su forma de hablar sin parar, sus pocos modales a la hora de comer y hasta su respiración te irrita. Además te aburre, ya te ha contado la misma anécdota mil veces, te la sabes de paporreta y ya no causa ni risa, ni interés. Has caído en rutina, se te acabó el amor, que en realidad era ilusión, pero tú quieres creer que es solo una etapa y que ahorita se te pasa. Ignorar deliberadamente antes que afrontar lo que pasa tristemente, ese es tu lema.
También se da el caso de que conociste a un pata y se nota a leguas que le gustas, que babea por ti, que lo descuadras, pero a ti ni te va, ni te viene, por eso lo has mandado en una y sin escalas a la gris friendzone, porque después de todo es tu amigo, y viene bien que de vez en cuando te levanten el ego, te inviten a uno y otro sitio, te jalen a tu casa gratis. Tu círculo de amigos te repite una y otra vez que le gustas, pero para evitar caer en algún malintencionado corralito, siempre dices: no nada que ver, y cambias el tema, o sea te haces la loca. Y no es que no te quieras dar cuenta, por el contrario hace rato lo sabes pero te amparas bajo la ignorancia deliberada para chotearlo y no sentirte mal, total tú no sabías.
Mejor tarde que temprano aterrizar, ver la realidad y entender que las cosas no son como las imaginamos y las tenemos que aceptar y superar, como hembra que se respeta, porque la actuación de ingenua no será eterna, no puede serlo, aunque todo fue más sencillo bajo esa máscara. La realidad es cruda, pero los únicos que gritan que se debe celebrar porque la vida es un carnaval, son los Fabulosos Cadillac, y no, ni Vicentico, ni sus buenos muchachos, que son sus amigos, son lectores de esta bitácora.
La ignorancia deliberada es una técnica de supervivencia, que a la larga es nociva, porque aplazas indefinidamente una situación que afrontada a tiempo puede evitarte futuros dolores de cabeza. Al mal paso darle prisa, con pleno conocimiento de causa, sin vendas de por medio para no tropezarse y tener que maquillar un nuevo moretón.
Canción para aplicar ignorancia deliberada... Como lo hemos dicho, el término es más conocido como hacerse el desentendido, el de la vista gorda, el loco, ese mismo al que le canta Calamaro
Si sabes que has caído en rutina, pero no lo quieres asumir, pierdes tú, pierde él, y pierde una historia de amor con final triste, pero repleta de momentos bonitos, pero destruidos por la apatía. Cuando se va la ilusión y las ganas de verle, la decisión va entre aguantar un poco más, o echarlo a suerte
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