Y si no te gusta, denúncialo

El hobbie de algunos famosos, o la artimaña de algunos otros para obtener titulares y empezar a facturar por cada entrevista brindada, es poner denuncias, que van desde la más fundamentada hasta la más risible. ¿Es posible que una denuncia nos resuelva la vida? Probemos, previa advertencia de que este post no tiene fundamentos legales por ningún lado.


Si no te gusta lo que dicen de ti por ahí, pon tu denuncia, y si te gusta ser el centro de atención y que siempre hablen de ti, bien o mal es lo de menos, hazlo con más ganas, vas a sentar un precedente y siempre que haya un proceso legal de por medio, todos te van a recordar, vas a estar presente, no necesariamente para bien, pero vas a ser tomada en cuenta.

No hay libertad de expresión u opinión que valga, si Rafo León fue demandado y sentenciado por decir lo que pensaba, por qué no puede suceder lo mismo con un hijo de vecino. Pero eso si, di en voz alta que apoyas los derechos humanos, la equidad y la ética periodística, entonces al sentar tu denuncia pasarás tranquilamente como una pobre víctima cuya reputación está por los suelos por un grupo de malas personas que no hacen más que rajar de ti.

Si no te gusta que cierta fulana con mala fama hable contigo en la vía pública, pon tu denuncia. Cuenta que tú eres una persona intachable, noble, de excelentes propósitos, candidata fija a la canonización y que esa fulanita te lleva por el camino del mal, el cual tú, por supuesto rechazas, y si la sigues es porque quieres salvar su alma que poco a poco se anda pudriendo. Lleva tu rosario y tu traza más recatada al momento de denunciar, así será más creíble. 

Una advertencia, bajo ninguna circunstancia menciones esa bombaza que se metieron hace dos semanas en aquel antro impresentable, y tampoco menciones que ella te dijo para irse a las 4 de la mañana, pero tú le contestaste que la noche era joven y seguiste juergueando hasta no sabes bien qué hora. Menos conveniente es que cuentes que no era la primera vez que salías de cacería con la fulanita, llámese en adelante la denunciada, y que cada vez que se van de parranda no recuerdas cómo llegas a tu casa, si es que llegaste claro está.


Si te rompieron el corazón sin compasión, por tu denuncia. Agrega daños y perjuicios y pide una jugosa indemnización si el agresor este, no te hizo caso por más que te morías por él. ¿Es que acaso no se da cuenta de que tú te fijaras en él es casi, casi comparable a sacarse la tinka? Ve muy digna al ministerio público y cuenta con lágrimas en los ojos de que él, que no sabía que era quien te quitaba el sueño, se paseaba muy orondo, de la mano de una tipa que no te llega ni a los talones, pero quien si le da equilibrio a él, o, peor todavía, jamás te miró, saludó o llamó. O sea, le importabas tanto como un pepino cortado en cubos.

Tal vez esta denuncia lo tome a él por sorpresa, porque si tu presencia jamás le importó en el pasado, ahora no vas a ganarte ni su estima, ni su cariño, ni su admiración por las agallas de querer hacerte notar como sea. No es conveniente que al poner tu denuncia menciones que en los últimos meses te has convertido en una stalker profesional y no puedas vivir sin revisar su facebook, twitter, instagram y demás redes sociales. Y si quieres ir acompañada, no se te ocurra pedírselo a esa amiga que te ha dicho que estás desarrollando una obsesión, eso no suma puntos, y en estos casos un paso en falso puede ser fatal.

Si sientes que nadie te da la razón, o nadie te comprende, pon tu denuncia. Acusa a uno por uno, sin consideraciones, ni miramientos, porque es inaudito que estas malas personas no pongan ni si quiera un poquito de su parte para tratar de entender que tú tienes, tuviste y siempre tendrás la razón, que eres honesta, sincera y coherente. Y encima, te den la contra al recordarte todas esas veces en que dijiste una cosa e hiciste exactamente lo contrario. Siendo sincera contigo misma, no tienes propósito de enmienda y lo sigues haciendo, pero ellos, que son tus amigos, familia o conocidos deben aceptarte como eres, es su obligación.

Así como también es su obligación escuchar por enésima vez la misma historia, y darse cuenta de nuevo que tú metiste la pata con ganas. No es que no te valoren, es que no te comprenden, y como en esa constitución imaginaria que rige en el país de la ambigüedad, lugar en el que tú vives, se considera que tienes derecho a ser siempre escuchada, comprendida y consolada, ellos son culpables. Erraron y deben pagar sus culpas. Tú trata de aparentar ser una ciudadana cuerda, una persona con gran madurez, una pobre víctima. No olvides que es muy importante estallar en llanto en el punto cumbre de tu acusación.


Denunciar por las puras es una salida fácil, oportunista y que realmente no te lleva a ninguna parte, solo a un montón de trámites engorrosos, difíciles de leer y a los que se suma mensualmente la cuenta de algún abogado, que hará de todo para sacarte lo mejor parada posible de un lío en el que tú misma te entrampaste. ¿Por qué? Porque es más simple culpar a otros de nuestros desaciertos, faltas de tino, metidas de pata, antes que aceptar que nos equivocamos por tercos, por impulsivos, por vehementes.

Si las causas son justas, y esas no son tomadas en cuenta en este post, no nos faltan ganas de demandar, por ejemplo a esos serenazgos abusivos que se juran los justicieros de la calle, pero que necesitan urgente un manual de Carreño y unos talleres de educación, moral y buen trato. O a esos congresistas, que no hacen nada, y antes de representar a la ciudadanía, ponen zancadillas a proyectos de ley que pueden resultar en una sociedad más justa. O a esas madres que se hacen las víctimas y siembran en los hijos odio y rechazo hacia el padre, ya que esa es la mejor venganza. Y así un montón de ejemplos más en los que no podemos hacer mucho, pero cómo nos gustaría poner una denuncia.

Canción para sentar denuncias... El hecho de poner una denuncia no quiere decir que vas a ganar el caso y salir exitoso, así estés con el mejor abogado de Lima, o un maestro en las artimañas y los juegos de palabras. Si te enfrentas a la ley, lo más probable es que la ley venza, una vez más



Y la canción retro que no tiene absolutamente nada que ver, pero por algún motivo se cuela en este post viene de la mano de Vilma Palma, ya que el imitador del vocalista la viene rompiendo en la actual temporada de Yo Soy. Ojalá pronto cante esta canción, y recorriendo un camino hacia nosotros mismos, entendamos que no es bueno culpar a terceros por nuestras metidas de pata






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