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Mostrando entradas de octubre, 2018

Disfrázate

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Halloween es una fiesta que entusiasma tanto a chicos, como a grandes. Al margen de ser una excusa para celebrar y que coincide con fin de mes, el día de las brujas nos da la oportunidad de jugar a ser un personaje, nuestro héroe de ficción favorito, el asesino en serie al que quisiéramos imitar alguna vez, el villano que nos causa un poco de pánico, la heroína con personalidad diametralmente opuesta a la nuestra, pero de la que somos admiradoras confesas, la protagonista de nuestro cuento favorito. Hay disfraces para todos los gusto y bolsillos, y algunos que no necesitan ni vestimentas estrambóticas, ni pelucas de colores, solo voluntad, tanta que nos podemos llegar a mimetizar con el personaje, total el mundo es un gran teatro. El papel de la romántica parece sencillo de interpretar. Nos vestimos de colores pastel, suma puntos si es rosado, nos ponemos florecitas en el cabello, nos rizamos las pestañas y nos ponemos brillo sabor cereza en los labios. Interpretar a la románt

Nosotras, las zorras

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Hace unos días una amiga me contaba, entre sorprendida, indignada y triste, que en una reunión, una chica, que recién había conocido, contó alegremente y libre de culpas, que ella tenía varios amigos con derechos, con todos se liaba, pero con ninguno tenía una relación seria. O sea, la estaba pasando bien. Todo el mundo tomó a la ligera el comentario, hasta que ella se fue y empezaron las críticas y, por supuesto, los juicios, de parte de todos los reunidos, hombres y mujeres. La señorita pasó a llamarse zorra. De la escena aquí narrada, se desprenden varias ideas. La primera, el hecho de que tanto mujeres como hombres juzguen a la señorita (a quien llamaremos Z). Tomemos en cuenta de que estamos hablando de personas de 30 años en promedio, o sea chicas que creen en el power flower, en la equidad de género, y que celebran con orgullo el 8 de marzo. Sin embargo, ellas sin compasión y sin asco criticaron, juzgaron y cambiaron de nombre a Z, que era sincera al contar su manera de

El momento de Lisa

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Un ejercicio de memoria para los que han visto la ópera prima de Frank Pérez Garland, Un día sin sexo. ¿Recuerdan la escena que protagonizan Melania Urbina y Fabrizio Aguilar, justo antes de la escena de Lisa, o sea Melania, caminando por una calle oscura, mientras suena de fondo Lisa en el espejo? Esa, en la que Lisa corta en una la calentura de Gabriel, que quería aprovechar la ausencia de sus papás. Si la recuerdan, vamos a desmenuzarla, y si no tienen idea de que estoy hablando, lean con atención este post. Un día sin sexo, es una película que evalúa el aspecto sexual de 4 parejas diferentes, el matrimonio maduro, el otro en crisis, los debutantes y las relaciones free, libres, sin ataduras, porque del gusto no pasa, o eso parece. En esas anda el personaje de Lisa, una chica que salta de no relación en no relación porque no se engancha, porque prefiere solo salir, porque nadie le entusiasma, porque es libre como el viento, peligrosa como el mar. Hasta que aparece Gabriel,

Se me olvidó

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Recién caigo en cuenta que este año, el 14 de octubre, día de tu cumpleaños, pasó desapercibido. Eso quiere decir que o mi memoria, infalible, única y asombrosa si de recordar fechas se trata, ya está fallando como producto de la edad; o has perdido progresivamente ese lugar tan importante que te regalé. Creo que es lo segundo. Es la primera vez, en muchos años, que se me olvida la fecha de tu cumpleaños y pasa desapercibida, como un día mas, sin nada en particular. Es la primera vez en todo el tiempo que llevamos de conocernos, poco más de 10 años, que reconozco que el lugar que tenías en mi mente, ya no está mas, por eso lo que pase contigo ni me va, ni me viene, y no me causa pena saberte lejos de mi vida. De repente, yo nunca tuve un lugar allí. Nuestra historia fue muy bonita, y tuvimos juntos la mejor primera cita de toda la historia, así la nombramos, así la recuerdo.Fue una noche de abril, yo llegué tarde, el bus me paseó por todo Lima, incluidas calles que en mi v

Con el estómago

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Hace muchos años una profesora a la que recuerdo con poco cariño, nos dijo que para transmitir emociones y para que un artículo sea brutalmente franco se debe escribir con el estómago, porque es ahí donde se centran los sentimientos. Con los años le he dado la razón, el estómago es un órgano vital, casi tan importante como el cerebro, el corazón o los pulmones. Los nervios se acumulan en el estómago. Imagino que esto le ha pasado a más de uno en su infancia, un resortijón en el estómago que nos pone más blancos que un papel y nos hace temblar como gelatina justo cuando mami o papi descubren la travesura del día, lo cual suele incluir algún nuevo adorno roto por jugar voley, futbol, basquet, o cualquier deporte que incluya un balón en la sala, a pesar de la advertencia de no hacerlo. Cuando nos atrapan, el estómago sufre. Las mariposas, signo de la ilusión temprana, revolotean en el estómago. De esto ya hemos hablado miles de veces. Cuando te gusta una persona, y te gusta