No tiene sentido
Cuando el tiempo sobra, o queremos abstraernos de la realidad, o simplemente pasa algo que nos remite a una circunstancia o persona, empezamos a darle vueltas a una idea que imaginábamos, ya había pasado. Nos planteamos situaciones que rozan lo ridículo, lo imposible, lo insensato, y terminamos por concluir que ya no tiene sentido. No tiene sentido recordar esos días en que una llamada tuya quebraba la inercia, el equilibrio, el orden que trataba de poner en mi vida. Te lo he dicho cientos de veces, ese quiebre me gustaba un montón, porque tú me gustabas un montón, no tienes idea de cuánto, y honestamente no sé por qué. O de repente si lo sé, me gustaba tu sentido del humor, tus arranques tiernos, tus comentarios subliminales, coquetos y zalameros, todo eso fue lo que mató al galán que jamás me ha importado tener al lado. Confesarlo corazón en mano, o quedarme callada y decir en voz alta no tengo idea de por qué me fijé en él, ya no tiene sentido, porque eres parte del pas