Aun lo espero, y te espero... ¿te espero?
El título es de autoría de Diego Peralta, del blog Fe de Ratas. Él utilizó este párrafo haciendo referencia a una chica con la que nunca coincidía, dando fe de que la vida es caprichosa e irónica y el destino juega con los caminos que las personas transitamos, a veces alejándolas de por vida, otras veces volviéndolos a poner frente a frente. La pregunta es, ¿debemos dejar que el destino haga su chamba y esperar a que llegue nuestro momento de suerte? Primero vamos a caer en una pregunta recontra trillada, pero necesaria ¿creemos en el destino?, ¿en qué medida existe y en qué medida lo forjamos?, ¿venimos a este mundo predestinados, o en el camino vamos trazando y volviendo a trazar el camino que seguimos?, ¿qué tan cierto es eso de que un día en el camino se cruzan nuestras almas?, ¿ese camino es el destino? Levanto la mano y les cuento lo que yo opino. Yo creo que nosotros decidimos por donde ir, casi siempre a ciegas, pero que llegamos a este mundo con una hoja de ruta